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La agresión se debe a que quiero ser alcalde, señala Jesús Cantú

Ex candidato a edil se queja en CNDH por secuestro, golpes y amenazas
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Jesús Cantú al presentar su queja, ayer en la CNDHFoto Carlos Cisneros
 
Periódico La Jornada
Sábado 16 de enero de 2010, p. 6

Jesús Cantú Rivera, ex candidato a presidente municipal de Juárez, Coahuila, por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), presentó ayer una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) por el secuestro, golpes y amenazas de que fue víctima el pasado 19 de diciembre en aquella entidad.

Aseguró que la agresión está relacionada con su decisión de volver a participar en los comicios para renovar el ayuntamiento de Juárez, las cuales fueron anuladas por la autoridad electoral local.

La sentencia, ratificada por la instancia federal, determinó la invalidez de los comicios del 18 de octubre de 2009, en los que Cantú Rivera obtuvo el triunfo con 370 votos, contra 316 del PRI, 248 del Partido Verde y 29 del PAN.

Los resultados fueron impugnados por el PRI por la irregularidad en que incurrió Jesús Corona de León, quien a pesar de que se desempeña como secretario del ayuntamiento, participó como funcionario de casilla.

Ante la anulación de una de las cinco casillas instaladas en el municipio, 20 por ciento del total, los magistrados decidieron que la elección debería repetirse.

Desde la primera sentencia, señaló Cantú Rivera, también empezaron las hostilidades en su contra. A mediados de noviembre, dos desconocidos que se negaron a identificarse lo buscaron en su domicilio. Un familiar del perredista lo comunicó telefónicamente con los sujetos, pero al preguntarles su identidad, colgaron.

Camino a casa, se los encontró y decidió seguirlos sin lograr darles alcance. Después, el 19 de diciembre, Cantú se encontraba en el municipio de Sabinas alrededor de las 22 horas, cuando un par de policías municipales le pidieron su identificación.

Me negué porque no había cometido ninguna infracción. Estaba a bordo de mi vehículo estacionado y hablaba por teléfono, recordó. Ante la insistencia de los uniformados les presentó su licencia de conducir. En ese momento, dijo, ya estaba rodeado por unos 10 policías, y un grupo de encapuchados con armas largas.

Lo bajaron de su vehículo, lo esposaron, le cubrieron la cabeza con una capucha y lo llevaron a bordo de una camioneta Navigator, hacia el panteón localizado en las afueras de Sabinas.

En el camino, el perredista fue víctima de agresiones físicas y cuestionamientos sobre por qué había seguido a los policías que lo buscaron en su casa, que si era el candidato del PRD en Juárez y que dejara de andar chingando porque me iba a arrepentir.