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Su obra, valorada en Bélgica, país que ha representado en festivales

Sin apoyo ni reconocimiento en el país, el etnojazz de Luiz Márquez
 
Periódico La Jornada
Martes 22 de diciembre de 2009, p. 3

Las flautas de carrizo y el piano sí combinan. El sonido de las conchas y el saxofón se mezclan bien. Aunque parezcan dos géneros opuestos o al menos lejanos, el jazz y los ritmos prehispánicos encuentran un lugar de confluencia en la obra del músico mexicano Luiz Márquez, uno de los precursores del llamado etnojazz.

Triste pero cada vez más común: la propuesta de Márquez es mucho más conocida y valorada en el extranjero que en su tierra. De visita en el Distrito Federal, en una pausa de su trabajo en Bélgica –país donde reside desde hace 26 años–, Márquez platica con La Jornada sobre su más reciente disco y sus planes de darse a conocer entre los melómanos mexicanos.

A la cabeza del grupo Márquez Ensamble Mezcal, formado por seis músicos de diversos países, el jazzista lanzó hace un par de años su disco más reciente, From Shell to Sax, Mov. II, en el que combina el sonido de los caracoles marinos, las percusiones y las flautas con el de instrumentos occidentales, como el violín, el piano y la guitarra.

Contemporáneo de otros músicos que también exploraban la raíz, como Jorge Reyes y Luis Pérez, Márquez comenzó a experimentar con marchas de música clásica y las mezcló con ritmos prehispánicos, blues, jazz y huapango.

“Saqué mi primer disco a los 24 años, en el que empecé a fusionar elementos africanos, europeos y prehispánicos, incluso con pop, rock y música árabe. Llevo un lp y cinco cds, y siempre han sido producciones underground. Trato de seguir con sentido experimental, más que repetir lecciones” ya establecidas, definió.

A pesar de haber alcanzado reconocimiento como intérprete en Bélgica, sobre todo en la ciudad de Gante, donde vive y trabaja, las instituciones culturales mexicanas no lo han ayudado a ser reconocido en su país de origen, deploró.

Lamentablemente suelen apoyar más los proyectos comerciales, y promueven sólo las manifestaciones más trilladas, como el mariachi o la lucha libre, cuando hay mucho más que eso. Nosotros no queremos seguir reproduciendo esa imagen gastada. Hay muchas propuestas, pero pocas oportunidades para mostrarlas.

Al encontrar más eco y apoyo en Bélgica, el grupo ha representado a ese país en diversos encuentros internacionales, como la Expo Sevilla 1992 y otros festivales, sobre todo en Europa.

En septiembre pasado fuimos a uno de los encuentros más importantes de la zona de Flandes, y tuvimos una recepción tremenda. Sé que la gente no esperaba ver simplemente una cosa folclórica. Nuestro éxito se debe a que no somos predecibles, consideró.

Los 26 años de vivir y trabajar en Europa no han sido fáciles, “porque allí no puedes llegar y querer impresionar. Hay gente de todo el mundo y de muy buen nivel. Mi sonido se basa en mi identidad y mis raíces, y ellos respetan y admiran eso. No voy a ir a tocarles be bop o straight jazz”, cuando allá esos ritmos se cultivan de forma extraordinaria.

Estoy seguro de que también en México tendríamos buena recepción, si nos diéramos a conocer mejor. Íbamos a venir en marzo de este año para el Ollin Kan, pero con lo de la influenza se cayó todo, recordó.

La próxima oportunidad para acercarse a este grupo y escucharlo en vivo será en el Festival Culturas en Equinoccio, a realizarse los días 18, 19, 20 y 21 de marzo de 2010 en Xochimilco, a reserva de que ofrezca conciertos posteriores en algún otro recinto del país.

Los interesados en conocer a la banda, pueden consultar las páginas de Internet www.luizmarquez.net y www.mezcalvzw.com