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Los votantes abrieron las puertas a la historia, dice la ex activista de derechos gays

Conmueve al conservador Texas la elección de Anisse Parker a la alcaldía de Houston

Otras ciudades de Estados Unidos, como Portland y Providence, cuentan con ediles homosexuales

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La alcaldesa electa de Houston, ayer durante una rueda de prensaFoto Ap
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Periódico La Jornada
Sábado 19 de diciembre de 2009, p. 21

Houston, 18 de diciembre. El estereotipo de Houston como capital petrolera, lugar favorito para las segundas opiniones médicas, con una enorme comunidad migrante y primera ciudad del muy conservador estado de Texas (con paisanos como la familia Bush), cuyo gobernador ha ejecutado a más personas que nadie, se rompió cuando se convirtió en la metrópolis más grande de Estados Unidos con alcalde gay.

El pasado sábado, Annise Parker fue electa alcaldesa de la cuarta ciudad más grande de Estados Unidos, noticia que dio la vuelta al país y asombró a muchos, particularmente luego de derrotas de iniciativas pro gay en varios estados hace sólo un mes. Los votantes de Houston han abierto las puertas a la historia. Sé lo que significa esta victoria para muchos de nosotros que nunca pensamos que podíamos lograr ocupar los puestos más altos, declaró Parker ante sus simpatizantes, tras ganar.

Aunque su campaña no giró en torno a que es lesbiana, la funcionaria nunca lo ha ocultado. Los analistas señalan que, como afirmó el editorial del diario Houston Chronicle, ganó no porque es gay, sino porque la gente creía que ella podía ejercer el puesto.

Pero la comunidad gay de esta ciudad, que se calcula en unos 60 mil, le otorgó apoyo clave junto con organizaciones nacionales homosexuales como Human Rights Campaign y el Fondo de Victoria Gay y Lésbico. Los que suelen determinar ganadores y perdedores al otorgar o no fondos para las campañas, no se atrevieron a apoyarla al inicio porque dudaban que una gay pudiera ganar en Houston.

Otras ciudades como Portland (Oregon) y Providence (Rhode Island) tienen alcaldes gays, pero ésta es la primera vez que se logra en una de las 10 ciudades más grandes del país. El estado es un bastión republicano desde los tiempos en que George W. Bush ganó la gubernatura, pero esto está cambiando una vez más, en parte por el creciente poder electoral de la comunidad latina. Houston es una isla demócrata en este estado, aunque la elección de Parker provocó una campaña de fuerzas antigay y la poderosa comunidad religiosa conservadora en la ciudad y a escala estatal.

La comunidad gay celebró el triunfo en Houston como un paso histórico. Por supuesto sorprendió a muchos fuera del estado, a pesar de que en Texas existen por lo menos 20 funcionarios gays, incluyendo el sheriff del condado de Dallas. Parker fue activista de derechos gays en los años 80 en esta ciudad, pero también ha ocupado puestos en el gobierno municipal: fue electa seis veces, primero al concilio municipal y después contralora de la ciudad.

Houston es la capital del mundo petrolero de este país. Aquí, al descubrirse petróleo en 1901 en el este de Texas, se fundaron las empresas que ahora se llaman Exxon Mobil (la más grande del mundo), y Chevron. También es sede del complejo médico más grande del mundo y es la ciudad de mayor extensión geográfica del país (unas 656 millas cuadradas). También donde ocurrió uno de los fraudes empresariales más grandes del mundo, Enron (se han borrado las huellas de la empresa: el lujoso estadio de beisbol del equipo los Astros se llamaba antes Enron Field y ahora es Minute Maid Park). Como se dice aquí con orgullo: todo es más grande en Texas.

Pero también esta ciudad tiene problemas tamaño texano, o sea grande. La nueva alcaldesa, que asume funciones en enero, hereda un mar de problemas, acentuados aún más por la crisis económica. Más de una quinta parte de su población vive en la pobreza y es la tercera ciudad entre las 10 más grandes en familias que viven en la pobreza. Según estadísticas de la FBI, también es la tercera con la mayor tasa de criminalidad.

Con una población de 2.2 millones, enfrenta antiguos conflictos raciales. Es la ciudad donde los blancos son minoría, con 28 por ciento de la población; los latinos son el sector más grande con 42 por ciento y los afroestadunidenses 24. A la vez, 28 por ciento es inmigrante. De las 10 ciudades más grandes, es la cuarta con una concentración de habitantes nacidos en el extranjero, la mayoría mexicanos pero con alta concentración de salvadoreños. Y es sede de la mayor comunidad vietnamita de Estados Unidos. Con consulados de 90 países, tiene el tercer cuerpo consular más grande del país.

El centro de la ciudad muestra una combinación de un reciente auge (interrumpido por la crisis) con antiguos rasgos de riqueza extrema proveniente del petróleo y pobreza masiva. Nuevos rascacielos, teatros lujosos y gigantescos malls están junto a viejos edificios abandonados. Mexicanos ricos establecen casas aquí para escapar de la inseguridad pública en México y hacer compras en Galleria; los menos ricos llegan por la inseguridad económica. Es palpable la incertidumbre aquí, como en todo el país, sobre el futuro.

Pero con el Centro Espacial Johnson de la NASA, desde donde se controlan los vuelos espaciales, esta ciudad viaja en un cosmos entre acentos texanos y mexicanos, el excelente barbeque, tacos de pescado y un aire cosmopolita resultado de la globalización, junto con intensas corrientes provinciales de un pueblo –en el estado de la estrella solitaria– anclado en la nostalgia del pasado.

Tal vez ha llegado el momento para que esta ciudad obtenga una segunda opinión.