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El académico recoge la polémica que causó el escritor en las filas comunistas en 1950

Escudero se ocupa del Revueltas combatido mas no derrotado

El cuadrante de la soledad y Los días terrenales desataron críticas que lo afectaron profundamente, asegura

Lo acusaron de regalarse a la reacción: lamentable y absurdo, señaló el periodista

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Una de las lecciones invaluables de José Revueltas es la tolerancia, sostuvo Roberto Escudero en entrevistaFoto Carlos Cisneros
 
Periódico La Jornada
Lunes 9 de noviembre de 2009, p. a11

La vida intensa y la obra imprescindible de José Revueltas siguen dando de qué hablar. No puede ser de otro modo al tratarse –palabras del académico y periodista Roberto Escudero– de una de las figuras centrales de la cultura mexicana en el siglo XX.

Escudero acaba de publicar el libro Un año en la vida de José Revueltas, donde se ocupa de las fuertes polémicas que el escritor sostuvo con diferentes interlocutores –compañeros de militancia comunista– en los años 50 del siglo pasado, a raíz de la publicación de dos de sus obras referenciales: El cuadrante de la soledad y Los días terrenales.

Ambas incomodaron a distinguidos comunistas de la época y desataron una andanada de críticas y descalificaciones que afectaron profundamente a Revueltas. De acuerdo con Escudero, los críticos de Revueltas lamentaban que El cuadrante de la soledad –obra teatral– retratara “el mundo de los bajos fondos –droga, prostitución, alcahuetería, pederastia– sin los propósitos moralizantes a los que acudía la izquierda en estos casos, y para colmo, en relación con una huelga de transportes dirigida por los comunistas”.

En cuanto a Los días terrenales, lo que escandalizó a los detractores de Revueltas fue que en un periodo de represión extrema conocido como el maximato, los personajes de la novela fueran dos militantes comunistas, uno atormentado y lleno de dudas y el otro obtuso e implacable con todo lo que se desviara siquiera un poco de la ortodoxia marxista de la época.

Calidad estética, también en duda

Entre los detractores de Revueltas, estuvieron Enrique Ramírez y Ramírez, Antonio Rodríguez y Pablo Neruda. De los tres, el que le parece menos dotado intelectualmente a Roberto Escudero es Rodríguez, sin embargo, éste acuñó una de las acusaciones que más eco tuvieron en su momento: que Revueltas se había regalado a la reacción: es un acusación lamentable y absurda.

Ramírez y Ramírez hizo un análisis más serio y detallado, cuestiona la calidad estética de las obras y finalmente dice que las posturas asumidas por Revueltas en ellas no son propias de un militante.

José Revueltas se enfrasca en una áspera polémica con ambos, pero a Neruda no le responde. Incluso, años despúes, dedicó su obra maestra, El apando, al poeta chileno.

Roberto Escudero –miembro del Comité Nacional de Huelga durante el movimiento estudiantil de 1968 y amigo de Revueltas– señala que entre las afirmaciones de sus detractores que más dolieron a Revueltas, fue la comparación que se estableció entre él y sus hermanos Silvestre y Fermín: “Dijeron que la familia Revueltas ya no era una, sino que de un lado estaban sus hermanos como ejemplo de compromiso militante, y del otro José.

No se puede comprobar, pero se puede inferir que eso lo afectó mucho, sobre todo por el amor y la gran admiración que sentía por Silvestre, a quien incluso veía como un padre.

El año a que se refiere el título del libro de Escudero es 1950, específicamente a los meses de abril, mayo, juno y julio, en los cuales el debate cobró mayor intensidad.

En defensa del autor de El luto humano salieron el poeta Efraín Huerta y Salvador Novo, quien emitió opiniones favorables sobre la calidad literaria de Revueltas, a quien llega a comparar con Marcel Proust.

En el prólogo del libro, Roberto Escudero sostiene que por un momento “Revueltas está a punto de convertirse en el payaso de las bofetadas, sometido a golpes que sus compañeros le quieren propinar desde diferentes posiciones.

Pero parece que al escribir se crece al castigo, y se defiende y ataca ejemplarmente, como lo hizo a lo largo de su paso por este mundo. Este es el mejor Revueltas: combatido pero no derrotado, defendiéndose contra todo y contra todos.

Un año en la vida de José Revueltas también da cuenta de la complejidad del escritor, de sus indudables méritos, pero también de sus contradicciones e inconsecuencias, propios de la condición humana, la misma de los personajes que habitan sus libros: Porque la condición humana es así, no en blanco y negro, acota Escudero.

Al final, dice el profesor universitario, una de las lecciones invaluables de José Revueltas en este episodio es la tolerancia.

(Un año en la vida de José Revueltas es publicado por el sello Margen Literaria, de la Universidad Autónoma Metropolitana.)