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La reducción del espesor y de la superficie confirma temores de los especialistas

En el verano de 2020 el Ártico estará sin hielo, según estudio

Investigadores de la Universidad de Cambridge y el Fondo Mundial para la Naturaleza recolectaron 6 mil datos en un recorrido por 450 kilómetros del norte de la región

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Una densa niebla matinal envuelve los enormes bloques de hielo del Ártico, cerca de GroenlandiaFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Viernes 16 de octubre de 2009, p. 2

Londres, 15 de octubre. El hielo en el Ártico se derrite más rápido de lo estimado, por lo que la región podría estar sin él por primera vez en el verano de 2020, según indican científicos de la Universidad de Cambridge y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) en un estudio publicado este jueves.

En el verano de 2020 el hielo se derretirá por completo, advierte la investigación. La medición del espesor confirmó los temores de que cada vez está más delgado. Especialistas realizaron una expedición al Ártico del primero de marzo al 7 de mayo, durante la cual recolectaron más de 6 mil datos a lo largo de 450 kilómetros por el sector norte del mar de Beaufort.

Normalmente el hielo está formado por diversas capas de varios años de antigüedad, explicó el profesor Peter Wadhams, de la Universidad de Cambridge.

Sin embargo, según las mediciones realizadas este año en toda la ruta de 450 kilómetros, casi en todas partes el hielo tenía sólo una capa. Además, el espesor de 1.8 metros no es suficiente para pasar el próximo verano.

En este año, el hielo en el Ártico se redujo a una superficie que es la tercera menor desde el principio de las mediciones en 1979.

El 12 de septiembre se registró vía satélite el mínimo de este año, de sólo 5.1 millones de kilómetros cuadrados, según había informado a mediados de ese mes el Instituto Alfred Wegener para la Investigación Polar y Marítima.

Sólo en los dos veranos anteriores la superficie del hielo en el Ártico era menor.

Sin embargo, el Centro de Nieve y Hielo de Estados Unidos advirtió que el valor de este año no es de ninguna manera una recuperación.

El mínimo está aún 24 por ciento por debajo del valor promedio de entre 1979 y 2000.

Es de esperar que la superficie del hielo ártico en el verano continúe reduciéndose en los próximos años.

Gases tóxicos en los Alpes

Por otro lado, los glaciares que se derriten en los Alpes Suizos liberan gases tóxicos que habían permaneceido atrapados durante décadas en el hielo y cuyo uso está prohibido desde hace tiempo, según reporta un estudio realizado por científicos de la universidad técnica ETH Zurich.

Esas sustancias aparecen ahora en otros materiales que analizamos, dijo este jueves Peter Schmid, químico del Instituto de Análisis de Materiales Empa, que está asociado con esa universiad.

Los glaciares liberan los llamados contaminantes orgánicos persistentes (POP, por sus siglas en inglés), que son sustancias tóxicas resistentes a la degradación, como el DDT y las dioxinas, usadas de plastificantes o pesticidas.

Los investigadores midieron la concentración de esas sustancias en las capas sedimentarias de un embalse situado a 2 mil 300 metros sobre el nivel del mar, cerca del paso Grimsel.

Allí se reconstruyó el depósito de sustancias orgánicas de difícil degradación durante los pasados 60 años, indicaron los científicos en un artículo publicado en la revista especializada Environmental Science and Technology.

En el invierno de 2006 se extrajeron del lago congelado núcleos de sedimento de alrededor de un metro de largo y seis centímetros de diámetro.

Uno de los núcleos lo cortamos en rodajas, lo secamos y liofilizamos, explicó Schmid.

Por otra parte, según un informe de la ONU publicado el miércoles, prevenir la destrucción de la vida marina, desde el plancton hasta las algas y los bosques de manglares, podría ayudar a reducir las emisiones de combustibles fósiles entre tres y siete por ciento.

El informe Blue Carbon dice que de todo el carbono biológico acumulado en el mundo, poco más de la mitad es recogido por organismos marinos.

Los océanos sanos (son) una nueva clave para combatir el cambio climático, dijo el informe, que destaca cómo los organismos marinos, como las algas, absorben gases de efecto invernadero de manera natural.

Los organismos vivos en los mares capturan y acumulan hasta mil 650 millones de toneladas de dióxido de carbono cada año, lo equivalente a casi la mitad de las emisiones del sistema global de transporte, decía.

Ya sabíamos que los ecosistemas marinos eran activos multimillonarios respecto de sectores como turismo, defensa costera, la industria pesquera, y los servicios de purificación, dijo Achim Steiner, director del Programa de Naciones Unidos para el Medio Ambiente.

Ahora resulta que son aliados naturales contra el cambio climático, dijo, durante la publicación del informe en Ciudad del Cabo.

En el documento se propuso a los gobiernos que consideren financiar el carbono azul para proteger la vida marina.

Se estima que entre dos y siete por ciento del carbono azul se pierde cada año debido a factores como la contaminación y la eliminación de los manglares para el desarrollo costero.

El financiamiento propuesto, que se utilizaría para proteger y controlar los ecosistemas costeros y marinos, podría permitir el uso futuro de créditos de carbono parecido al propuesto para los bosques en las negociaciones climáticas de la ONU.

Steiner no quiso poner una cifra, y dijo que era poco probable que se fijara en la reunión de la ONU que se celebrará entre el 7 y el 18 de diciembre de Copenhague para sentar las bases de cómo luchar contra el cambio climático.