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Roosevelt y Wilson, también distinguidos, fueron intervencionistas

Al presidente lo sorprende la noticia
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 10 de octubre de 2009, p. 21

Nueva York, 9 de octubre. El presidente Barack Obama expresó hoy su sorpresa al enterarse de que se le otorgó el Premio Nobel de la Paz. No fue el único.

Aunque el premio casi siempre le ofrece al ganador un tipo de aurora (aureola) universal, algunos señalan que éste es probablemente la única nación en que el otorgamiento de este galardón puede tener consecuencias políticas negativas para el condecorado.

Es el tercer mandatario estadunidense en funciones en recibirlo: los otros dos, Woodrow Wilson y Theodore Roosevelt, son considerados como grandes diplomáticos en la historia oficial pero que fueron dos de los presidentes más intervencionistas de este país. Y desde esta mañana el debate ahora gira aquí en torno a si Obama acabara pareciéndose más a ellos que a un hombre de paz.

Obama declaró hoy que recibiría el premio como una afirmación del liderazgo estadunidense en nombre de las aspiración de los pueblos de todas las naciones. Afirmó el gobernante que no lo percibe como un reconocimiento de sus propios logros, y que “no merezco estar en la compañía de tantas figuras transformativas (transformadoras) que han sido honradas con este premio”.

Agregó que el premio no es sólo para reconocer logros en particular, sino como un ímpetu para una serie de causas. Y es por ellos que lo aceptaré como un llamado de acción, un llamado para que toda nación enfrente los desafíos comunes del siglo XXI. Enumeró, entre otros, la proliferación de las armas nucleares, el cambio climático, conflictos regionales como el de Medio Oriente, la negación de derechos básicos como el acceso a educación, la crisis económica, entre otros.

Expuso que su política es buscar soluciones colectivas, basadas en respeto mutuo y el reconocimiento de que ninguno de estos retos puede ser enfrentado por un solo país o líder, y “por eso este premio deber ser compartido con todos los que buscan la justicia y la dignidad… Esa siempre ha sido la causa de Estados Unidos. Es por ello que el mundo siempre ha visto hacia Estados Unidos. Y es por ello que creo que Estados Unidos continuará liderando”.

A la vez, indicó que como comandante en jefe enfrenta la tarea de llevar a su fin una guerra y trabajar en otro teatro para enfrentar a un adversario desenfrenado que amenaza directamente al pueblo estadunidense y a nuestros aliados.

Pero es justo en este rubro que se centraron algunas reacciones iniciales al premio –de cómo el Comité del Nobel se lo otorgó a un comandante en jefe que está ampliando una guerra en Afganistán y ha ordenado un incremento de misiones de bombardeo que han resultado en mayores muertes de civiles en ese país asiático.

Otros señalan que Obama continúa aprobando presupuestos militares sin precedente, que acaba de firmar un acuerdo con Colombia para el uso de siete bases militares y que no ha logrado anular algunas de las peores medidas de la llamada guerra contra el terror de su antecesor, George W. Bush, sobre todo la clausura de la base de Guantánamo.

Agrupaciones de paz, de derechos humanos y otros activistas que han manifestado cierto desencanto con las políticas de Obama desde que éste llegó hace nueve meses a la Casa Blanca lo instaron hoy a responder con acciones a la condecoración.

Human Rights Watch declaró que con el anuncio, Obama ahora debe actuar de manera decisiva para poner fin a los abusos en la política antiterrorista de Estados Unidos, promover la rendición de cuentas por crímenes de derechos humanos y la protección de los defensores de los derechos humanos por el mundo”.

Kenneth Roth, director de la organización, subrayó que el presidente podrá honrar a su Premio Nobel cuando ponga un fin real a la debacle en Guantánamo, al enjuiciar o liberar a todos los prisioneros detenidos ahí.

Por otro lado, líderes republicanos y otros opositores expresaron de inmediato su rechazo a la decisión del Comité Nobel, al señalar que el presidente no puede mostrar ningún gran logro como para merecer tal premio a estas alturas, reporta el New York Times.

De hecho, algunos observadores consideran que el premio podría tener un efecto político negativo para Obama, debido a que la oposición lo utilizará para mostrar que él es parte de alguna corriente internacional de izquierda que solamente ha reconocido a líderes liberales en este país.

Pero al parecer el galardón no es por lo que ha logrado sino por el giro que representa después de ocho años de un régimen extremista en Estados Unidos –o sea, es más un premio otorgado por el fin de Bush que por lo logrado en concreto por Obama. Otros bromean que es más por su excelente retórica que por hechos.

De cualquier manera, para Obama el premio ahora lo integra a un elenco que incluye a líderes mundiales como Nelson Mandela, Mijael Gorbachov y diversas figuras casi heroicas y mundialmente reconocidas (aunque a la vez, hay algunos en ese club que son menos admirados, como por ejemplo Henry Kissinger, Frederik de Klerk, etcétera). También es el tercer político demócrata en Estados Unidos en ser reconocido con ese premio en estos últimos años –Al Gore en 2007 y Jimmy Carter en 2002. Está por verse si eso lo ayudará, como esperan sectores progresistas, a defender de manera más vigorosa algunas de sus promesas para cambiar el comportamiento político de Estados Unidos dentro y fuera del país, o si a la larga acabará ayudando a sus opositores.

Al parecer, según informan los medios aquí, la noticia tomó por sorpresa a la Casa Blanca. Obama fue despertado por su secretario de prensa Robert Gibbs poco antes de las 6 de la mañana para informarle de la decisión en Oslo. Nada fue preparado para celebrar el hecho y la Casa Blanca, como el mismo discurso de Obama esta mañana, fueron marcados por un alto grado de cautela política sobre cómo manejar el anuncio.

Ahora se verá si el premio es para un hombre de paz u otro Woodrow Wilson, a quien Noam Chomsky recuerda como uno de los grandes intervencionistas de la historia, o Teddy Roosevelt, al que se recuerda por su diplomacia combinada con cañones.

A fin de cuentas, vale recordar que Alfred Nobel fue el inventor de la dinamita y otros explosivos.