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El caso de Honduras debe servir para fortalecer la Carta Democrática: Patricia Espinosa

El diálogo impulsado por la OEA, empantanado; aún discuten condiciones

La canciller mexicana dice a ministro golpista: no nos interesa una confrontación adicional

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El presidente hondureño, Manuel Zelaya, en la reunión del miércoles pasado con el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y varios cancilleres del hemisferio, entre ellos la secretaria de Relaciones Exteriores de México, Patricia Espinosa (a la izquierda), en la embajada de Brasil en TegucigalpaFoto Ap
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Periódico La Jornada
Viernes 9 de octubre de 2009, p. 22

Tegucigalpa, 8 de octubre. A los golpistas les urgía darle la estocada final al acuerdo de San José, y parecen haberlo conseguido, con la bendición de algunos países de la Organización de Estados Americanos (OEA) que, pese a los desplantes de Roberto Micheletti, siguen elogiando un acuerdo a la hondureña.

En términos diplomáticos se trata, como dice la secretaria de Relaciones Exteriores de México, Patricia Espinosa, de que cualquier solución la tienen que construir los hondureños. Para el gobierno de facto, de que no hay salida si ésta es contraria a los principios de la Constitución que rigen al país, como afirma la vicecanciller Martha Lorena Alvarado. Hay que cruzar el puente cuando se llegue al río, pone su aporte Víctor Meza, ministro de Gobernación del presidente Manuel Zelaya. Más claridoso resulta el líder sindical Juan Barahona, también sentado a la mesa del diálogo: Nomás nos estamos pajeando.

Una fuente cercana a la negociación dice que ya está en la mesa el tema de la restitución del presidente, aunque oficialmente sólo se ha informado que aún se discuten las modalidades del diálogo y otros atorones que lo entorpecen.

Insiste en que gobierne un tercero

El gobierno de Micheletti ya está manejando su propuesta de la tercería, asegura la fuente. No se trata sino de la salida que el presidente de facto ha machacado una y otra vez: me voy a cambio de que también Zelaya se despida de la presidencia.

La misión de la OEA se planta frente a dos centenares de periodistas sólo para leer un comunicado. En los rostros de los cancilleres y altos funcionarios no hay rastros de la sorpresa que, según un funcionario de la OEA, dicen sentir por la regañiza que el día anterior les puso Micheletti.

El canciller costarricense, Bruno Stagno, es el encargado de dar lectura a un breve documento que describe de manera general las actividades realizadas por la misión entre miércoles y jueves, declara que abriga la esperanza de un acuerdo y establece las condiciones apropiadas para el diálogo: 1. El restablecimiento y permanencia de todas las garantías constitucionales; 2. La restitución de todos los medios de prensa cuyo funcionamiento hubiera sido interrumpido, y 3. Que se permita el normal acceso y consulta del presidente Zelaya con sus representantes en la mesa de diálogo.

Nada más. Los cancilleres y los otros altos funcionarios se despiden, sin admitir preguntas.

¿El organismo hemisférico flaquea o se tambalea?

Habrá que ver si el gobierno de facto le hace caso a la OEA en el normal acceso y consulta, porque los representantes de Zelaya apenas lo pudieron ver por vez primera el miércoles, a las ocho de la mañana.

En los otros dos puntos ni hablar. El miércoles, la policía repartió macanazos y gases lacrimógenos a los zelayistas. El comisario Daniel Molina, vocero de la policía, dijo que los manifestantes estaban violando el decreto que suspendió el derecho a la circulación, entre varios más. Y no le faltaba razón.

El lunes, Micheletti le jugó el dedo a la comunidad internacional al derogar, en consejo de ministros, el decreto que él mismo había firmado, suprimiendo la libre expresión, el derecho de manifestación y debido proceso.

Pero hasta ahora la derogación no ha sido publicada en la Gaceta Oficial, por lo que el decreto derogado sigue vigente y la policía puede dispersar cualquier concentración de 20 personas o más. Los periódicos locales informan que el decreto no se ha publicado porque la rotativa nacional está descompuesta, aunque diputados de oposición aseguran que desde el lunes se han publicado dos ediciones de la Gaceta Oficial, sin que aparezca la famosa derogación.

¿Restitución de los medios?

El gobierno de facto mantiene fuera del aire a Radio Globo y al Canal 36, y Micheletti ya ha advertido que no volverán al aire.

Quizá de esos ingredientes viene la expresión que la canciller mexicana, Patricia Espinosa, utiliza para referirse a las posibilidades del diálogo que arranca: Somos cautos, dice en entrevista.

La solución no sólo pasa por la restitución de Zelaya: pasa por ahí, pero también por garantizar que el proceso electoral se lleve a cabo de manera adecuada y por entendimientos claros de cómo se va a gobernar de aquí a que pasen las elecciones, se sigue de largo Espinosa.

–Puntos que están en el acuerdo de San José ya aceptado por Zelaya. Y ahora en la mesa está también el rechazo que les expresó Micheletti el miércoles.

–Fue básicamente el mismo planteamiento que Micheletti nos hizo la vez pasada. Se puede leer como una propuesta para posicionarse en una nueva etapa, aunque hubiéramos preferido, por supuesto, un mensaje más conciliador.

Espinosa valora, en otro tema, la relación siempre muy fluida que México ha tenido con Zelaya, con quien se reunió, en compañía de los demás visitantes, la noche del miércoles. Le reiteramos nuestra solidaridad y deseo de que México va a seguir acompañando este proceso de diálogo.

Frente a los análisis que ven en Honduras el fin de la OEA, la canciller sostiene que si bien no ha resuelto el conflicto, sí ha demostrado liderazgo para ocuparse del tema. Y sostiene que la experiencia hondureña debe servir para empezar a reflexionar sobre la necesidad de fortalecer la Carta Democrática de la OEA. Hay planteamientos que nos dicen que no nos permitió actuar antes de que ocurrieran estos hechos; bueno, este es un ejercicio que habrá que plantear.

–Aquí le dieron mucho vuelo a sus declaraciones en el Congreso, en el sentido de que México apoya la democracia en Honduras y no individuos. Se leyeron como una falta de apoyo a Zelaya.

–La postura de México es de principios, de defensa al orden constitucional y democrático. Al hablar de que no apoyamos a individuos, ¿qué es lo que queremos decir? No hemos roto con el Estado hondureño; el tema no son los individuos, sino que tiene que ser institucional, un tema de Estado.

–¿Y ya quitaron la bandera de la embajada?

–México nunca rompió relaciones con Honduras y ahora tuve oportunidad de comentarle al doctor Carlos López Contreras (ministro de Exteriores del gobierno de facto) que no tenemos ningún interés en entrar en una confrontación adicional.

Un aplauso

Los cancilleres no acaban de irse cuando diez policías son sorprendidos por los zelayistas que han llegado hasta el hotel donde se celebra la reunión de dos en dos, para evitar que los detengan. En unos minutos son algunos centenares, con carteles nuevos (del tipo Soy periodista en Honduras y tengo derecho a mentir) y muchas ganas de gritar.

Llegan más policías y la emprenden contra los manifestantes para alejarlos de la entrada del hotel. Hasta ahí llegan. Ni modo que echen gas lacrimógeno a los enviados de la OEA.

A la profesora Hedmé Castro la echan a empujones y le arrebatan su credencial de procuradora de Derechos Humanos. Llegan más policías. Roger López se acerca a la valla policiaca con una bandera roja. Me voy a limpiar el culo con tu bandera y después te vas a morir, le dice un coronel de apellido Romero.

Con todo y los magros resultados de la misión internacional, desde el carro de sonido piden un aplauso para los cancilleres de la OEA. Y se los brindan.