Ciencias
Ver día anteriorViernes 9 de octubre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

UNAM, IPN, Médicos sin Fronteras y Ssa realizan congreso por 100 años del hallazgo del mal

En México, el número de enfermos de Chagas iguala al de diabéticos

En AL lo padecen entre 15 y 17 millones; mueren 500 mil al año debido a que los síntomas no son visibles de inmediato

Aunque es endémico, la migración lo ha extendido hacia el sur de EU

 
Periódico La Jornada
Viernes 9 de octubre de 2009, p. 2

La tripanosomiasis americana, mejor conocida como enfermedad de Chagas, es un mal endémico de América Latina (AL) que se descubrió hace un siglo y que actualmente afecta a entre 15 y 17 millones de personas cada año, de las cuales 500 mil mueren por desconocer que lo padecen.

Expertos de diversas instancias señalaron que esta enfermedad se presenta en más de 21 países del continente (desde Argentina hasta México), sobre todo en zonas rurales tropicales, debido al calor e insalubridad. Es tan letal, que cada año en Latinoamérica mata a mayor número de personas que cualquier otra enfermedad parasitaria, incluida la malaria.

Durante el congreso Centenario del descubrimiento de la enfermedad de Chagas, organizado por la Facultad de Medicina y el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Médicos Sin Fronteras, la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional y el Centro Nacional de Transfusión Sanguínea de la Secretaría de Salud (Ssa), entre otras instituciones, especialistas informaron que este mal es transmitido en la mayoría de los casos por la picadura del insecto conocido como chinche besucona (triatoma infestans en algunos países de sudamérica lo llaman vichuca), aunque el padecimiento también se puede contagiar por transfusiones sanguíneas o trasplantes de órganos, así como por vías congénita u oral.

El parásito entra el organismo de los humanos –y también de otros mamíferos como perros y gatos– por la mordedura de la chinche, pues ésta pica y defeca casi al mismo tiempo; por el orificio que provoca la mordedura ingresan al torrente sanguíneo tanto las heces fecales del insecto como el parásito que causa la enfermedad de Chagas. Algunos de los malestares son fiebre y daños al corazón, al sistema nervioso y al aparato digestivo.

Datos del Centro Nacional de Transfusión Sanguínea estiman que actualmente ocho millones de mexicanos estarían infectados por el trypanosoma cruzi, parásito que causa la enfermedad de Chagas. Esta cifra es similar al número de diabéticos en el país, que va de 6.5 a 10 millones.

Los expertos explicaron que al entrar al cuerpo el microrganismo puede afectar cualquier célula, pero sobre todo se dirige a las fibras cardiacas. La fase crónica del padecimiento afecta al corazón, lo cual provoca su crecimiento, infartos y paros cardiacos. También suele alojarse en el sistema digestivo, donde ataca al esófago y altera el tamaño del colon.

El padecimiento causa arritmias cardiacas, fatiga, crecimiento o inflamación del miocardio, apnea de sueño y problemas respiratorios.

Presente en el sur de EU

Aunque existen muchos casos en América Latina, debido a la migración este mal se ha extendido hacia el sur de Estados Unidos, donde su presencia aún es incipiente, además de casos aislados en Canadá. También se ha desarrollado en Australia, Japón, España, Italia y Fracia.

Si no hay un diagnóstico temprano, resultará un mal incurable que puede causar la muerte. Miles de portadores ignoran que lo padecen –entre 30 y 40 por ciento de estas personas desarrollarán la fase crónica– debido a que no se hace visible de inmediato, sino que podrían pasar entre 10 y 25 años para que la enfermedad se desarrolle.

Por ello, los especialistas que participaron en el congreso –efectuado el martes pasado en la UNAM– recomendaron estar atentos a los primeros síntomas: gripe con pocos días de fiebre y malestar general.

Durante la conferencia inaugural del congreso, Roberto Salvatella, asesor de la Organización Panamericana de la Salud, sostuvo que para erradicar esta enfermedad endémica los médicos de la región enfrentan varios retos, como reducir la transmisión del parásito y lograr el tamizaje universal en los bancos de sangre de toda América Latina.

En muchos países de nuestra región se ha detenido la transmisión vectorial vía el parásito y se ha trabajado mucho en los bancos de sangre; hemos logrado que 18 de los 21 países tengan control de tamizaje para detectar sangre contaminada. Pero necesitamos llegar a la cobertura universal, señaló.

La enfermedad se expresa en dos fases clínicas: la primera es la fase aguda, que afecta principalmente a los niños, pues entre dos y ocho por ciento de los pequeños infectados pueden morir. Esta etapa se caracteriza porque en la mayoría de los casos es asintomática, pues se presentan efectos moderados (desaparecen en cuatro o seis semanas), como fiebre, malestar, linfadenopatía generalizada y hepatoesplenomegalia.

A su vez la fase crónica se divide en dos. La primera es la indeterminada, en la cual los pacientes pueden transmitir el parásito pese a no presentar señales de la enfermedad. Este periodo tiene una duración variable, que puede extenderse durante décadas después de la infección.

La segunda etapa de la fase crónica es cuando se expresa la sintomatología, causando graves daños a los sistemas cardiaco, digestivo y en ocasiones al nervioso central. Los expertos expusieron que entre 10 y 30 por ciento de quienes viven con el padecimiento se encuentran en esta última fase.