Economía
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El gremio asegura que se castiga a las familias mexicanas con un alto costo del servicio

Propondrá el SME al Congreso eliminar la tarifa doméstica de alto consumo

Señala que los grandes empresarios no pagan la electricidad, ya que la deducen de impuestos

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Casa de máquinas de la hidroeléctrica El Cajón, en Nayarit, en imagen de archivoFoto José Carlo González
 
Periódico La Jornada
Miércoles 30 de septiembre de 2009, p. 25

El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) reconoció que en el país hay una grave distorsión de tarifas de la energía eléctrica, por lo cual se presentará ante el Congreso de la Unión una propuesta para eliminar la tarifa doméstica de alto consumo (DAC) que se aplica a los consumidores y que castiga con un alto costo el servicio a las familias mexicanas.

Esta organización advirtió que el gobierno federal está aplicando un incremento mensualmente a las tarifas eléctricas. Indicó además que se ha privilegiado la producción de electricidad con base en el gas y no en el combustóleo, que es más barato, y a ello se aúna que hay una mala e irresponsable planeación del sector eléctrico que encarece en forma extraordinaria el servicio.

Por si fuera poco, los industriales pagan muy poco o nada de este servicio, ya que para la mayoría el costo es de 48 centavos el kilovatio, precio más barato que su costo de producción. Incluso los grandes empresarios del país no pagan el servicio, lo deducen de impuestos, por lo que paga más por la energía eléctrica cualquier ciudadano que las grandes cadenas comerciales y restauranteras del país.

Se mantendrán tarifas altas

Por otra parte, un análisis de las tarifas aplicadas realizado por expertos de la Comisión Federal de Electricidad señala que se mantendrán altos los precios de la electricidad en México en este sexenio, debido a las políticas gubernamentales en materia energética, que encarecen este servicio y hacen que sea uno de los países donde la prestación de este servicio es de las más caras del mundo.

Agrega que entre 2000 y 2008 las tarifas de uso doméstico se han encarecido 29 por ciento ciento, y además se han reducido los subsidios reales para la gran mayoría de los hogares mexicanos.

Los errores y omisiones en las direcciones tanto de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como de Luz y Fuerza del Centro (LFC) perjudican en mayor o menor grado a todos los usuarios a escala nacional. Por ejemplo, en las zonas calurosas del país las tarifas son más elevadas y llegan a 3 pesos el kilovatio-hora, cuando por ejemplo en Texas, Estados Unidos, la tarifa doméstica es de 1.68 pesos, y en California, de 1.9 pesos el kilovatio-hora.

Una de las causas fundamentales de los altos precios de la luz es que LFC, además de las altas pérdidas no técnicas, también le afecta el precio al que compra la electricidad. Esto es porque mientras a la CFE le cuesta 60 centavos el kilovatio-hora que proviene de productores independientes, esta producción se la vende a LFC a más de 90 centavos, lo que significa un sobreprecio para esta paraestatal de 12 mil millones de pesos al año.

A la par de ello, no hay una opción para que LFC genere su propia energía, porque se mantiene una política gubernamental para impedir esto, lo que ha elevado los costos para el servicio; además propicia altos riesgos de confiabilidad en la ciudad de México por depender de un muy alto grado de la generación externa, según explica el informe.

Pone de ejemplo que en las regiones de clima muy caluroso, en verano a las familias les cobran hasta 3 pesos por kilovatio-hora, tarifa que es un insulto, y añade que con este precio un equipo de aire acondicionado para una sola recámara implica un pago mensual de 900 pesos, cuando una familia media requiere de varios de estos equipos y no tiene los recursos para ello.

La información del SME apunta que las medidas gubernamentales en materia de energía eléctrica son tan contradictorias y mal planteadas, que por ejemplo la tarifa que la CFE cobra a Pemex y demás entidades federales es el doble de la tarifa normal lo que afecta los presupuestos de gastos y distorsiona los proyectos para reducir costos de todas las dependencias oficiales.