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El escritor explora en su nuevo libro la contracara de la gesta de 1910

Vivimos un momento muy rico de la literatura histórica: Ignacio Solares

Ficciones de la revolución mexicana, publicado por Alfaguara, incluye 17 pequeños relatos

El autor recurre a un divertimento narrativo para provocar la curiosidad de los lectores

Fatal, ver la historia como nos la enseñan en las escuelas: gris, solemne y aburrida

 
Periódico La Jornada
Miércoles 30 de septiembre de 2009, p. 5

¿Qué hubiera pasado si Francisco Madero descubre a tiempo la conspiración de Victoriano Huerta y lo manda a fusilar?, ¿qué hubiera pasado si Emiliano Zapata descubre el plan de Guajardo y sale vivo de Chinameca? Más fantasioso aún, ¿qué hubiera pasado si Villa barre con Columbus y de plano se sigue a galope hasta Washington con sus Dorados?

Estas preguntas y varias más son planteadas por el escritor Ignacio Solares (Ciudad Juárez, 1945) en su libro más reciente, Ficciones de la revolución mexicana, lanzado por Editorial Alfaguara, en el que se dedica a recrear de manera juguetona lo que habría pasado si en la gesta de 1910 todas las derrotas hubieran sido victorias, y todos los disparos hubieran salido en la dirección contraria.

Integrado por 17 pequeños relatos, el volumen narra con lujo de detalles y profusión de vocabulario la contracara de lo que realmente sucedió. León Toral no mata a Obregón, pero Arnulfo Arroyo sí da la puñalada mortal a Porfirio Díaz. Zapata salva la vida, y Rodolfo Fierro perdona la de sus rivales.

La ventaja del novelista es que puede llenar con la imaginación los huecos que deja la historia, así la enriqueces y la ves con más claridad. Éste es un momento muy apropiado para revisarla y darte cuenta de que a veces en nuestras manos está cambiar las cosas, señala el autor en entrevista.

Uno de los casos que más obsesionan a Solares es por qué Madero no supo detener el complot que Huerta organizó frente a sus narices. A lo mejor no hubiera habido guerra civil y, sin embargo, los espíritus le habían dictado que tenía que ser un mártir, y que debía desde entonces empezar a perdonar a quienes lo asesinarían 10 años después.

Es terrible pensar que ése era el destino de Madero, y al ver todo ello aprendes de los hechos, sobre todo de lo que no quieres que se repita, porque estamos en este mundo para cada vez ser más conscientes en todos los sentidos, afirma el escritor.

Este juego de suposiciones resultó un ejercicio divertido para Ignacio Solares, pues le permitió enfocar desde otro punto de vista lo sucedido.

A veces una manera de entender la historia es corregirla. Si ya hemos aprendido de algunos aspectos, como el dolor que nos dejó la violencia, y si ya logramos echar al PRI de Los Pinos sin violencia, ¿por qué no podemos echar al PAN?, se pregunta.

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Ignacio Solares, ayer, en las instalaciones de la editorial Alfaguara durante la entrevista con La JornadaFoto Yazmín Ortega Cortés

Nada de frivolizar a los héroes

Para Ignacio Solares, una de las lecciones que deja la revisión de la historia es que muchas veces valen más los pequeños detalles y las acciones individuales que las grandes fórmulas políticas que dejaron un legado terrible.

Si tú tiendes hacia la paz, puedes practicarla todos los días al salir a la calle y ser más tolerante con tu prójimo. Por eso creo más en la participación civil, porque los procesos históricos también se hacen día a día. Siempre he dicho que la política es el veneno y el antídoto es la cultura, considera.

Al autor chihuahuense siempre le ha gustado explorar la posibilidad de que las cosas sean diferentes de como en realidad ocurren, en un movimiento vertiginoso en el que se combinan todo el tiempo el azar, el destino y la voluntad humana.

De alguna manera creo que las cosas no tienen remedio, que hay un destino, un karma. Pero también creo en lo fascinante que es aplicar la imaginación para cambiar mi destino, porque siempre hay márgenes de libertad para hacerlo, asevera.

El fin último de este divertimento literario es provocar la curiosidad de los lectores, para hacer que se acerquen a las fuentes originales. Todos sabemos que Madero no fusiló a Huerta, pero el juego te puede llevar a preocuparte por leer cómo sucedieron realmente las cosas y conocer la sicología de los personajes.

Frente a la actual tendencia de bajar del pedestal a los héroes de la Independencia y la Revolución, Solares considera que al quitar a estos personajes su condición de piedra y yeso los vuelves seres humanos reales, sin que ello signifique frivolizarlos o negar sus aciertos.

Me parece que estamos viviendo un momento muy rico de la literatura histórica, con libros como los de Fernando del Paso, Paco Ignacio Taibo II, Pedro Ángel Palou y Eugenio Aguirre. Lo único que me parece fatal es ver la historia como nos la enseñan en las escuelas: gris, solemne y aburrida.

En un entorno económico difícil, como el que estamos viviendo, el verdadero festejo de las efemérides de 2010 sería la misma revisión de la historia. Somos una familia pobre que no se puede dar el lujo de hacer una gran fiesta y gastar lo que no tiene, así que si dedicaran el dinero a lo cultural, nos harían un gran favor.