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El historiador ofreció una conferencia en el Senado de la República

El agrarismo, corriente de pensamiento y acción que determinó la cultura actual del pueblo: Semo
 
Periódico La Jornada
Viernes 25 de septiembre de 2009, p. 8

La reforma agraria fue el problema central de la Revolución Mexicana, y no se puede entender la mentalidad y la cultura actual  de la mayoría del pueblo de este país si no se comprende el agrarismo como corriente de pensamiento y acción, dijo el historiador Enrique Semo.

Sin embargo, destacó que desde los años 80 y tras la contrarreforma salinista a la Constitución, no ha habido una respuesta adecuada del movimiento agrarista, hasta el punto de adoptar una pasividad que no acaba de comprender.

Agregó que el agrarismo vive en miles de corazones y que tal vez esa indiferencia ante los embates se deba a que unos 4 millones de familias campesinas reciben remesas de dólares del extranjero, lo cual acalla el hambre y coloca a algunos por encima de otros.

Otro factor, destacó el investigador, es que ahora el Ejército se encuentra en las calles y los campesinos saben lo que es la represión gubernamental.

Semo habló durante su conferencia El agrarismo mexicano y el populismo campesino europeo, ofrecida en el contexto del seminario permanente sobre la Revolución Mexicana que se realiza en el auditorio Sebastián Lerdo de Tejada del Senado de la República.

En la actualidad, dijo, unos 25 millones de personas trabajan en el campo, más o menos la misma cantidad que en la industria de la transformación, ambas con un porcentaje de alrededor de 15 por ciento de la población económicamente activa.

Con la investigadora Patricia Galeana como presentadora, Semo señaló que el agrarismo tiene una historia de 150 años, desde mediados del siglo XIX, y que una de sus más recientes expresiones es el levantamiento zapatista de 1994, que replantea el tema de la autonomía y del respeto a la diversidad cultural.

Autor de libros como Historia de la cuestión agraria e Historia económica de México, aclaró que el agrarismo también se dio en otros países del capitalismo periférico, por ejemplo de América Latina.

Además, abundó, en naciones como Rusia, Alemania, Bulgaria, Rumania, Checoslovaquia y Hungría, donde se le llamó populismo, aunque sin la connotación peyorativa actual.

Procampo, atole con el dedo

Pese a la importancia del agrarismo y del populismo en revoluciones como la mexicana, la rusa y la china, Semo, ex titular de Cultura capitalino, aseguró que se ha minimizado en ellas la presencia campesina, la cual es amplia y diversa y va de las reivindicaciones comunales a la pequeña propiedad.

Tras plantear los aportes del agrarismo para la construcción de un México democrático, libre y con justicia social, Semo también habló de la importancia de intelectuales, dirigentes y caudillos de ayer y hoy para esa visión del mundo.

Entre otros, mencionó a Ponciano Arriaga, Andrés Molina Enríquez, Emiliano Zapata, Francisco Villa, Vicente Lombardo Toledano, Lucio Blanco, Felipe Carrillo Puerto, Lázaro Cárdenas y, actualmente, Armando Bartra.

Resaltó que tras la Revolución Mexicana se dio una revolución cultural mediante la que todo México se volvió agrarista. Entonces, la cultura agraria, rural y campirana penetró a toda la nación y por primera vez se incluyó a los indígenas, lo que puede verse en el cine y el arte, con pintores como Diego Rivera.

También habló de errores tanto del agrarismo mexicano como del populismo ruso, pues los intelectuales y dirigentes muchas veces pasaron del papel de servidores de los campesinos al de jefes o dominadores.

Con ello, agregó Semo, se perdía el objetivo original de restablecer la justicia ultrajada.

En la sesión de preguntas y respuestas, el investigador dijo que el país sigue marcado de manera profunda por el racismo traído por los españoles tras la Conquista, mediante la idea de la pureza de la sangre.

A pregunta expresa sobre Procampo y el desvío de subsidios a sectores que no los necesitan y hasta al narcotráfico, precisó que antes y ahora ha habido proyectos de reforma agraria de sectores conservadores, pero que eso nada tiene que ver con el agrarismo.

Y Procampo es atole con el dedo y no siempre en la boca adecuada, planteó Semo, por lo cual recibió aplausos del público que llenó el auditorio.