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La comunidad internacional demanda que se respete la vida del presidente constitucional

Condena la OEA los hechos violentos en Honduras contra seguidores de Manuel Zelaya

Rechaza México la brutalidad policial en Tegucigalpa; Estados Unidos exige calma y respeto

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Zelayistas atacados con bombas de gas lacrimógeno buscan refugio en el techo de la embajada de BrasilFoto Reuters
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Horas después hacen fila para intentar salir de la legaciónFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Miércoles 23 de septiembre de 2009, p. 24

Tegucigalpa, 22 de septiembre. La Organización de Estados Americanos (OEA) condenó este martes los hechos violentos cuando efectivos policiales y militares hondureños dispersaron a cientos de personas congregadas en las cercanías de la embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde se encuentra el presidente constitucional hondureño, Manuel Zelaya, condena a la que se sumaron la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y Human Rights Watch (HRW).

El portavoz del Departamento de Estado estadunidense, Ian Kelly, no sólo pidió al gobierno hondureño de facto calma y respeto a la sede diplomática brasileña, sino que anunció que su personal en la legación de Estados Unidos trató de ayudar a la embajada de Brasil, cuando el régimen golpista le cortó por unas horas el suministro eléctrico, de agua y el servicio telefónico.

El Departamento de Estado resaltó que la Convención de Viena garantiza el respeto y la protección a la inviolabilidad de las instalaciones diplomáticas y, por otra parte, llamó a todas las partes a mantener la calma y evitar cualquier acción que conduzca a la violencia en Honduras.

El presidente en turno del Consejo Permanente de la OEA, el embajador chileno Pedro Oyarce, demandó el respeto a los derechos humanos de todos los ciudadanos hondureños, plenas garantías a la seguridad del mandatario y de la representación diplomática de Brasil en Honduras.

Manifestó su confianza en que el secretario general del organismo hemisférico, José Miguel Insulza, pueda contribuir a facilitar este proceso, con pleno respaldo de la comunidad interamericana.

Insulza, quien tenía previsto viajar hoy a Tegucigalpa, tuvo que retrasar sus planes debido al cierre de los aeropuertos decretado por el gobierno de facto tras la sorpresiva llegada de Zelaya.

Según Insulza, la propuesta de negociación es la del acuerdo de San José, diseñado por el presidente costarricense y premio Nobel de la Paz, Óscar Arias, y la OEA.

Deploró que la embajada brasileña donde se encuentra Zelaya en Tegucigalpa en calidad de huésped, haya estado más de dos horas con todos los servicios cortados –electricidad. teléfono y agua–, pero me acaban de informar que ya se han restablecidos. Insulza pidió además que no continúe el toque de queda.

Cuanto más pasa el tiempo, comentó, es cada vez más grave. En este momento en Nueva York están todos los países del mundo representados y hay uno que no es reconocido, lo cual es triste.

En declaraciones a periodistas en Nueva York, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, dijo que su gobierno hace lo que cualquier país democrático haría al recibir a Zelaya.

Brasil está garantizando que él (Zelaya) permanezca allí, lo cual es un derecho internacional y no esperamos que los líderes golpistas toquen la embajada brasileña. Los esperamos para negociar, dijo Lula, quien está en Nueva York para asistir a la Asamblea General de Naciones Unidas.

En tanto, México condenó hoy en Ginebra las violaciones a los derechos humanos, durante la XII sesión del Consejo de Derechos Humanos, además de que repudió la represión que ha generado el golpe de Estado.

Por su parte, el gobierno chileno exigió garantías que aseguren la vida y la integridad física de Zelaya, a la vez que hizo un llamado a los actores involucrados a mantener la calma a fin de evitar una escalada de violencia en el país.

Por su parte, el gobernante de Bolivia, Evo Morales, pidió la renuncia de Roberto Micheletti como presidente de facto. Los golpistas mellan la dignidad de muchas fuerzas armadas de Latinoamérica y el mundo (...) por eso ojalá el señor Micheletti pueda renunciar lo antes posible.

El mandatario exhortó a los militares hondureños a declararse en rebelión contra el gobierno de facto y aseguró que tiene información que certifica que las fuerzas armadas de Honduras están sometidas a las órdenes del Comando Sur de Estados Unidos.

Mientras, Ecuador exigió a los golpistas que respeten la vida del mandatario constitucional, de su equipo de trabajo y de la población hondureña, y afirmó en un comunicado que apoya la decisión que adopte o haya adoptado el presidente legítimo sobre los medios que deban seguirse para su reinstalación en el poder.

La CIDH condenó enérgicamente el uso excesivo de la fuerza por parte del gobierno de facto en Honduras contra las manifestaciones en favor de Zelaya, mientras que HRW alertó de un deterioro drástico de los derechos humanos en el país.

La comisión denunció la utilización de bombas lacrimógenas y balas de goma, así como la detención de cientos de personas por parte de las fuerzas policiales y militares, y el aislamiento de la legación diplomática brasileña.

En agosto pasado, la CIDH denunció violentas represiones de manifestaciones en favor de Zelaya, así como de muertes, torturas, malos tratos, cientos de heridos y miles de detenciones arbitrarias a raíz del golpe de Estado.

HRW afirmó haber recibido denuncias creíbles de que la policía cometió abusos de fuerza contra simpatizantes de Zelaya que se concentraron fuera de la embajada de Brasil, y que recurrió a bastones, gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar a los miles de seguidores del mandatario.

Ante las denuncias que hemos recibido y el deficiente desempeño de las fuerzas de seguridad desde el golpe de Estado, creemos que las condiciones podrían deteriorarse drásticamente durante los próximos días, manifestó José Miguel Vivanco, director para las Américas de HRW.

De su lado, la Unión Europea abogó por una salida negociada a la crisis hondureña.