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En octubre llegará a México la biografía del Nobel colombiano escrita por el académico

“Soy la sombra de la fama de Gabo”, expresa Gerald Martin

Gabriel García Márquez: una vida está a medio camino entre la historia y la novela, dice en exclusiva a La Jornada

El autor de Cien años de soledad nunca trató de influir en lo que hice

 
Periódico La Jornada
Miércoles 23 de septiembre de 2009, p. 3

De alguna forma soy la sombra de la fama de Gabriel García Márquez. Esa voz en la sombra es la del catedrático británico Gerald Martin, cuya biografía del premio Nobel de Literatura 1982 estará disponible en librerías mexicanas a partir de octubre con el título Gabriel García Márquez: una vida, publicada por Random House.

En 2007, antes del homenaje a García Márquez en el puerto colombiano de Cartagena, Martin (Londres, 1944) adelantó a La Jornada la inminente publicación de la biografía de Gabo, uno de los fundadores de esta casa editorial. Era, según Martin, la biografía tolerada, más que autorizada de ese autor. Hoy García Márquez lo reconoce como su biógrafo oficial y, por supuesto, ya leyó el libro.

Dos años y medio después de esa primera charla, el experto en literatura hispanoamericana habla de nuevo, en exclusiva, con La Jornada, vía telefónica desde Londres.

“No puedo creer que el libro está terminado después de tanto tiempo; a veces no creo que fui yo quien lo escribió porque, ¿te imaginas el privilegio de conocer a una persona como García Márquez? Este 2009 se cumplen 20 años de que lo conocí, un 21 de diciembre en La Habana, y creo que será ahora, cuando la biografía se publique en América Latina, que voy a pensar realmente que el libro existe.

“De alguna manera existiendo en inglés es como si no existiera, y para mí es el final no sólo de estos 20 años, sino de los pasados 40, porque pasé 1968-69 en México, muy poco después de que Gabo había terminado Cien años de soledad. Él salió de México y algunos meses más tarde yo llegué a ese país. Es una parte importante de mi vida; he estado allí muchísimas veces.

Volver a México esta vez para lanzar un libro sobre él, y ser el autor, creo que será una de las experiencias de mi vida. Es un poco aterrador porque realmente no me gusta ser (el centro de atención), pero de alguna forma soy la sombra de la fama de García Márquez y espero estar a la altura de lo que habría que hacer.

Hombre de mucha discreción

–¿Ya lo leyó García Márquez?

–Me consta que lo leyó. Cuando llegué a su casa, creo que fue en enero, tenía la versión en español en la mano, y fue un momento aterrador. Me dijo que me iba a explicar una serie de cosas con las cuales no estaba de acuerdo y varios errores; es un hombre muy discreto y me dijo que me habían informado mal sobre algunas cosas (a través de la línea telefónica se oye la risa de Martin).

Parece que seguimos de amigos y no me ha quitado el saludo, entonces mi impresión es que es una persona con gran espíritu deportivo. Nunca, ni una sola vez ha tratado de influir en lo que he hecho. Siempre dijo que yo tenía que hacer mi trabajo, saliera lo que saliera.

Y lo que salió fueron 688 páginas en la edición en inglés, de las 2 mil 500 que Martin escribió originalmente, resultado de unas 300 entrevistas con los personajes más cercanos a García Márquez, su familia, sus amigos y los que dejaron de serlo.

Los lectores latinoamericanos se sorprenderán con esta biografía, que en inglés se titula Gabriel García Márquez: a life. “Van a pensar que lo conocían, pero no tanto. Creo que van a pensar que lo publicado en los periódicos es muy interesante, es iluminador hasta cierto punto, pero siempre se repiten las mismas historias.

Este libro demuestra toda una trayectoria, una vida de innumerables actividades y de muchas dificultades, y una vida de sufrimiento y a veces de pobreza. Verán que el García Márquez que ahora conocen no es el que durante tantos años luchó para triunfar o a veces para sobrevivir. Muchas veces las personas lo critican a él por su obsesión con los ricos y los políticos, pero verán que ha tenido más que ver con negociaciones políticas de lo que pensaban.

La de Gabo, añade, “es una vida increíblemente llena. Ha sido periodista, escritor, guionista, publicista; ha creado escuelas de cine y periodismo. Si pienso en otros escritores que he conocido, no han hecho ni la mitad de lo que ha hecho él.

“Como biógrafo, me sorprendieron muchas cosas, entre ellas que es mucho más normal, informal, un hombre común y corriente que muchas otras personas, celebridades que he conocido en la literatura. También su grado de intuición: de alguna manera él intuye mucho lo que uno es. Supuestamente lo estaba estudiando a él, pero él de alguna manera estaba anticipándose a mí y haciéndome análisis y radiografías de vez en cuando. Eso me sorprendió muchísimo; me conoce mucho más de lo que debería conocerme.

Foto
Gabriel García Márquez, en imagen de 2003Foto Roberto García Ortiz

También su increíble tenacidad, su capacidad de trabajo para seguir con sus propósitos, esa energía. Esto lo puedo decir sin exageración: en toda mi vida nunca he conocido a una persona con tanta energía como García Márquez.

Persona real y personaje

–¿Cómo se mantiene la distancia de ese objeto de estudio que está tan presente?

–Es difícil: la persona es real, pero al mismo tiempo es un personaje. Escribir la biografía está a medio camino entre la historia y la novela. También me di cuenta de que una de las primeras versiones de la biografía era bastante positiva –no tanto como la gente dice (eso digo para defenderme)– y que yo quizá estaba sufriendo una de las enfermedades del biógrafo, que es convertirse en lambiscón; así que escribí la primera versión de la manera más negativa posible, con mucha severidad para ver si me parecía justo. Al final me di cuenta de que no era muy justo y de que no estaba convencido de esa versión, digamos, negra. Entonces volví al equilibrio de mi versión central.

“Ese temor a ser injusto fue lo que retardó su publicación; también a caer en el sensacionalismo y ese otro miedo de los biógrafos: olvidarse de vivir su vida al sumergirse en la del personaje que siguen en espacio y tiempo.

“Así que traté de defenderme del personaje de Gabo, escribiendo y siguiendo con mi vida, pero eso también hizo demorar mucho la publicación del libro. Debí haberme dedicado más.”

Y también como biógrafo asumió la responsabilidad de hablar de todo, incluyendo la enfermedad del Nobel colombiano (primero un tumor en el pulmón, después cáncer linfático –enfermedad que también padeció Martin– y pérdida de memoria).

–Como menciona en el libro, los medios son muy discretos en cuanto a ese tema. ¿Cómo cree que caerá esa información de este lado del océano?

–Ya cayó mal en Colombia con uno o dos críticos. Soy un biógrafo y he esperado mucho tiempo para escribir este libro. Nadie puede decir que soy oportunista –iba a salir en 1994–; creo que no he sido sensacionalista, pero algunas cosas hay que decirlas y no soy yo quien ha inventado la cuestión de la memoria de Gabo: hace ya unos 15 años que él ha estado hablando de eso. Creo que habría sido de alguna manera irresponsable no hablar del drama que está pasando mi personaje, así que lo menciono sin hablar mucho de eso, pero algo había que decir.

–Acaba de mencionar a la crítica. ¿Cuál ha sido la recepción en Gran Bretaña y Estados Unidos?

–Sorprendentemente bien, incluso mejor en Estados Unidos que en mi país. La recepción fue muy positiva, digamos 90 por ciento, y ha habido dos tipos de objeciones. Dentro de las negativas, primero los anticastristas, que han preferido discutir la cuestión de Fidel Castro antes que hablar de mi libro y de Gabo, y también hay una minoría, pero muy fuerte, que dice que el libro es demasiado deferente.

–¿Qué va a pasar con todas esas hojas que no entraron en esta biografía?

–Yo también soy viejo, entonces quién sabe. Mi intención es seguir. He prometido a las editoriales que otro libro más largo no saldrá en los próximos cuatro o cinco años. Tienen cuatro años para vender sus libros, pero yo sigo.

“Obviamente la versión larga es muy diferente, más académica; discute cuestiones que interesan mucho a los estudiosos, pero también tengo miles y miles de cosas, de datos y comentarios que no están en este libro, y ya que el hambre del público es tal tratándose de Gabo –que incluso cuando no hace cosas sale en los periódicos–, creo que sería un despilfarro si no lo publico. Todavía hay muchísimas más cosas que pueden interesarle al mundo.”