La comunidad artística y cultural del país exige claridad y transparencia en las medidas implementadas en las instituciones culturales debido a la reducción del presupuesto federal, anunciado en julio pasado por la Secretaría de Hacienda, ya que existen versiones contradictorias respecto de la cancelación de proyectos y en torno a despidos de colaboradores contratados bajo el régimen de honorarios.

Conocer la viabilidad de los proyectos, qué programas no están consolidados, cuáles son las actividades no sustantivas que se cancelarán, son algunas de las cuestiones que generan incertidumbre y malestar en el medio cultural y artísticas, así como por qué las autoridades no ven a la cultura y la educación como alternativas para el desarrollo del país.

El director de Curare. Espacio Crítico para las Artes, José Luis Barrios, explicó que el próximo jueves se reunirán varios artistas para analizar el recorte presupuestal a los museos del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

Hay mucha información contradictoria sobre el recorte, queremos transparencia en la información, existe malestar en la comunidad cultural y artística porque se están cancelando proyectos, así que solicitaremos a las autoridades que expliquen qué es lo prioritario y qué es lo no consolidado, porque hay mucha ambigüedad en lo que dicen.

José Luis Barrios calificó como grave la decisión del gobierno de disminuir el presupuesto de cultura, educación y programas sociales. Explicó que en la reunión de la comunidad artística fijarán sus posturas ante la falta de claridad de las autoridades culturales.

Integrantes de Curare consideraron que el recorte al presupuesto revela la vulnerabilidad de la infraestructura cultural federal en lo que se refiere a la ejecución de sus programas de actividades, pero sobre todo de aquellos que integran buena parte de sus equipos de trabajo contratados bajo el régimen de honorarios.

Aseguraron que el recorte al presupuesto atenta contra los derechos laborales y coloca a los museos ante la disyuntiva de suspender programas o despedir a un alto porcentaje de su personal por el congelamiento de plazas.

La operación administrativa viene acompañada de una incertidumbre que no está exenta de cierto aire de amenaza y fatalismo respecto del futuro de las dependencias culturales.

El director de la revista de teatro Paso de Gato, Jaime Chabaud, consideró que la medida del recorte presupuestal al subsector cultura no es extraño, porque “no hay forma de que el PAN y el secretario de Hacienda vean a la cultura como algo que no sea un adorno inútil, aunque los estudios comprueben que las industrias culturales producen cerca de 6 por ciento del producto interno bruto (PIB). Eso nunca se le regresa a la cultura.

¿Cuándo acatarán la recomendación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, de dedicar 1 por ciento del PIB a la cultura. Nunca. Los elefantes blancos del INBA y el Instituto Nacional de Antropología e Historia y el propio Consejo Nacional para la Cultura y las Artes van a nadar de muertito pagando burocracia sindicalizada, que es la única que gana.

Chabaud deploró que el gobierno prefiera balas en lugar de cultura y educación: No se ve a ambos sectores como una alternativa para frenar la violencia en el país. Todo es muy lógico. En el sexenio pasado la demagogia de ciudadanizar la cultura buscaba que la sociedad civil asumiera la tarea del Estado. Aquellos que nos la creímos y emprendimos con mucho esfuerzo el reto, vemos cómo las instituciones culturales ni siquiera asumen que los artistas somos sus socios y siempre acabamos financiando lo que firman con sus logos, recalcó.

En opinión del escritor Paco Ignacio Taibo II, las reuniones de evaluación del recorte presupuestal deben ser públicas “si no, no sirven. No creo que un burócrata sea capaz de evaluar nada, la disminución del presupuesto debe hacerse pública.

En una época de crisis, el Estado debe disminuir su gasto, que disminuya la cantidad de pendejadas en que han estado gastando el dinero de los mexicanos. Es ridículo ver como los de Hacienda viven en otro paraíso, en las islas Caimán. No pueden recortar 9.9 por ciento parejo.

A su vez, la bailarina y coreógrafa Rossana Filomarino explicó que como siempre el gobierno federal trata de resolver los grandes problemas eliminando recursos a educación y cultura, así el país no va a progresar.

Recordó las palabras del rector de la UNAM, José Narro Robles, quien dijo que no habrá futuro para México si quitan subsidios a la máxima casa de estudios.

“Los científicos y los artistas –agregó Filomarino– somos iguales que los empresarios y podemos impulsar al país hacia adelante. Parece que este discurso no lo entienden nuestras autoridades. No entienden que el acceso y la producción cultural es tan necesario como la tortilla; esto no lo han entendido desde que inició este gobierno y desde el anterior.

Los recortes al presupuesto de cultura han sido dramáticos y ahora, con la crisis ecomómica, no me parece que hayan optado por la mejor aplicación de los recursos, porque lo que vemos son cancelaciones de proyectos.

La también directora de la compañía Dramadanza dijo que el presupuesto del arte dancístico es tan microscopico comparado con otras disciplinas, que no aguantara una reducción más. Reconoció que no desaparecerá, pero no se avanzará en la calidad de producciones y de bailarines.

La danza mexicana necesita recursos para desarrollar proyectos de excelencia. En los años 70 y 80 del siglo XX, la danza contemporánea gozaba de un alto nivel, había propuestas innovadoras y de calidad, sin embargo, nos hemos rezagado en los años recientes porque no existe la posibilidad de hacer investigaciones serias y profundas, no alcanza el tiempo, el dinero ni los bailarines.