Sociedad y Justicia
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Alejandra Barrales, con intereses para que deje el cargo, acusan

Se enfrentan a golpes opositores y simpatizantes de líder de sobrecargos
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Aspecto previo a la asamblea general extraordinaria de la ASSA, en la colonia Del ValleFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Sábado 8 de agosto de 2009, p. 35

Al cierre de esta edición, en asamblea general extraordinaria de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA) no se había concretado acerca de la destitución de la dirigente Lizette Clavel Sánchez, aunque el panorama apuntaba a que los participantes decidirían que dejara el cargo –asumido hace un año y medio–, con el argumento de que incurrió en abuso de confianza y presuntos manejos irregulares de los recursos de la organización.

La votación para determinar si Clavel continuaba al frente de la ASSA comenzó antes de la medianoche del viernes; se dijo que estaba cerrada, cuando aún no concluía el cómputo.

Durante la asamblea los ánimos estaban encendidos, al grado de que hubo golpes entre partidarios y opositores a la sindicalista.

Entre gritos de ¡fuera! y ¡destitución! por parte de sus opositores, y de ¡muera el tribunal!, por quienes la apoyaban, todo hacía presumir que el tribunal de honor y justicia de la ASSA –parte juzgadora y promotora de la salida de Clavel– lograría su objetivo, pues se perfilaba que la votación no la favorecería.

Se prevé que en caso de que Clavel sea destituida, presentará una impugnación ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA), con el argumento de que el proceso no estuvo apegado a los estatutos sindicales.

Si esto sucediera y la junta avalara la destitución, deberá asumir el cargo, de forma interina, el secretario de trabajo del gremio, Raúl Salazar.

La asamblea, a la que sólo asistieron 500 sindicalizados, comenzó después de las 19:30 horas y, de acuerdo con seguidores de Clavel, el proceso se alargó deliberadamente para que la mayoría abandonaran la reunión y sólo quedaran los opositores; ASSA cuenta con 3 mil 500 afiliados.

Sobrecargos que apoyan a la dirigente señalaron que no es aceptable que una minoría decida por la mayoría. Agregaron que, de acuerdo con abogados laborales, tendría que ser la mitad más uno de los afiliados los que tomaran una determinación de esa magnitud.

Quienes apoyan a Clavel Sánchez aseguraron que la causa de la destitución no eran las acusaciones que se le imputan porque no son verdad; éstas, dijeron, responden a intereses políticos de ex dirigentes de la ASSA. En concreto, señalaron a Alejandra Barrales, quien lideró esa organización entre 1996 y 2002, y a Francisco Villarreal, antecesor de Clavel Sánchez.

Agregaron que menos de 500 sobrecargos son los promotores de la destitución. Ese grupo, aseguraron, fue conformado por los integrantes del tribunal Arturo Zúñiga, Isaac Urbano y Patricia Rincón, así como por Víctor Núñez, sobrino político de Barrales, quien ayer protagonizó uno de los enfrentamientos a golpes contra Rafael Ortiz Cárcamo, ex tesorero del comité ejecutivo que preside Clavel.

El periodo de la actual dirigencia de la ASSA concluye el 31 de enero de 2011. Esta semana el titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Javier Lozano Alarcón, reconoció la trayectoria de Clavel al frente del sindicato y dijo que la dirección de registro asociaciones podría tomar nota de una nueva dirigencia, aunque advirtió que si la junta considera que hubo anomalías se podría dar marcha atrás.

Cabe destacar que si bien Clavel Sánchez no se asume como panista, ha sido identificada por algunos integrantes de la ASSA como tal, pues hace algunos años se postuló a una diputación por el Partido Acción Nacional.