La Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) contabilizó en más de 2 mil 500 millones de dólares las pérdidas sufridas en el sector manufacturero por los días 2, 4 y 5 de mayo que detuvo actividades.

Ante la afectación en diversas actividades de la economía, Miguel Marón Manzur, dirigente del organismo, pidió al gobierno un programa de financiamiento emergente y de fácil aplicación para dar liquidez a las empresas. El dirigente planteó que el programa requerido por el sector empresarial deberá ser desplegado a través del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y financiado con recursos gubernamentales; también demandó aplazar las cuotas obrero-patronales por lo menos durante el resto del año.

A su vez, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Armando Paredes Arroyo, solicitó al gobierno modificar la norma para permitir que de manera temporal y ante la complicación económica que ha derivado de la emergencia sanitaria las empresas que adeudan al fisco puedan recibir los estímulos fiscales anunciados esta semana por el secretario de Hacienda, Agustín Carstens.

De lo contrario, dijo, pasará lo mismo que con el programa de paros técnicos, cuyas reglas de operación obstaculizan la aplicación y resultan inaccesibles para la mayoría de las empresas que, pese a su situación económica, no han podido recibir la ayuda.

En entrevista, el dirigente empresarial subrayó la necesidad de reasignar el presupuesto para el segundo semestre del año y hacer un corte de caja, a fin de corregir las medidas anticíclicas que fueron anunciadas desde enero pasado y que no han funcionado con la celeridad que se requiere o que ni siquiera han arrancado.

Llovió sobre mojado

Por su parte, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) instó al gobierno para que actúe desde una posición de confianza y orientación, y no de amenaza, entendiendo las condiciones particulares de cada centro de trabajo, dijo en referencia a las empresas que no suspendieron labores durante los días decretados por el gobierno y que pudieran recibir sanciones.

También le solicitó reconsiderar la condonación de multas y recargos de seguridad social e impuestos en este bimestre para las empresas afectadas por el paro de labores, así como no cobrar el impuesto sobre nómina.

La Coparmex señaló que el programa anunciado el martes por Hacienda es positivo, al permitir la posibilidad de deducir excedentes del IETU del pago mensual del ISR, algo que sólo se podía hacer hasta la declaración anual. Nos congratulamos por eso, pero los programas siguen siendo insuficientes ante el escenario que viven miles de empresas en México, y no se trata, dijo, de proteccionismo, sino de una estrategia coordinada para afrontar con eficacia la situación atípica, a fin de mantener el empleo existente y las fuentes de ingresos, toda vez que el impacto sobre la economía vino a profundizar la ya de por sí difícil situación que enfrentamos desde finales de 2008. Claramente llovió sobre mojado.

El presidente de Canacintra subrayó que el factor de ayuda más importante lo constituye el plazo, porque es el que dará las condiciones que permita a las empresas realizar sus pagos; propuso que el IMSS amplíe el periodo para el cumplimiento de obligaciones obrero-patronales, hasta que las empresas logren obtener índices de utilidades más adecuadas, ya que por la crisis financiera internacional y la emergencia sanitaria, enfrentan problemas graves de liquidez. Este financiamiento por parte del IMSS, aclaró, podría abarcar el presente año.

Por su parte, Francisco Macías, del Instituto Mexicano de Ejecutivo de Finanzas (IMEF), aseveró que el programa de estímulos fiscales por la emergencia sanitaria no cumple con las expectativas, debido a que está acotado a un bimestre y la cobertura por riesgo ante el IMSS sólo cubre 20 por ciento, mientras la cantidad máxima que puede tomar cada empresa es de 35 mil pesos, insuficientes para el caso de hoteles que tengan 500 empleados o para las pequeñas y medianas empresas, pues la ayuda es en una mínima proporción.