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Abren exposición de la fotógrafa en el festival por la libertad de expresión en Cádiz

Eugenia Arenas muestra en España el conmovedor mundo de los cabarets

Ese México ya se fue, todo cambió para ser más distantes, manifiesta a La Jornada

La artista reivindica a las mujeres que defienden su derecho a trabajar en esos sitios sin ser satanizadas

Foto
Una de las fotografías de Eugenia Arenas, que forma parte de la exposición ¡Adiós, cabaretera!, que ayer se inauguró en Cádiz y después se montará en la capital española
 
Periódico La Jornada
Jueves 30 de abril de 2009, p. 8

El cabaret como un mundo muy conmovedor, donde las mujeres defienden su derecho de trabajar sin ser satanizadas, es la idea que guía el trabajo de la fotógrafa Eugenia Arenas, quien documenta esos lugares en la ciudad de México, donde la noche cobija placeres y pecado.

Una muestra de las imágenes que la artista ha captado los pasados cinco años se presenta desde este miércoles en Cádiz, España, en el contexto del primer Festival Internacional por la Libertad de Expresión. En junio, ¡Adiós, cabaretera! viajará a la galería de Casa de América, de Madrid.

Arenas narra en entrevista que su primera influencia acerca del tema fue el cine de los años 50 del siglo pasado, con películas como Salón México y Aventurera; “me gustó especialmente la fotografía de Gabriel Figueroa con su blanco y negro, con sus contrastes y claroscuros.

“Además, conocí muy chava el cabaret Catacumbas, que estaba cerca de la Alameda y cerró con el terremoto de 1985. También fui a Las Cavernas, con su cavernícola Trucutú en la puerta. Cuando entrabas a esos lugares, salías corriendo o te enamorabas de ellos.

“El Catacumbas era maravilloso. Me gustó que te recibiera un esqueleto, que hubiera música en vivo, que cobraran por bailar, que te quisieran pagar. El ambiente ahí era muy mexicano.”

Lugares en extinción

No obstante, la fotógrafa lamenta que esos sitios estén casi extintos, “con excepción del Barba Azul ya casi no queda nada. En 2004 retraté el cabaret Bombay, ahí mismo monté mi primera exposición, Las reinas del Bombay.

“Luis García, el hijo del fundador de ese cabaret me llevó al Run Run, donde presenté en 2006 Los secretos del Run Run con mucho éxito, pues a las personas les gusta recordar la época cuando se la vivían en los cabarets. De ahí me invitaron a San Francisco y a Los Ángeles.

“Sin la ayuda de García, quien estudió periodismo y para él era importante tener un registro de lo que pasaba en el Bombay, hubiera sido muy difícil entrar a retratar durante días y semanas ese mundo.

“Para las señoras que laboraban ahí era muy extraño que las quisieran fotografiar. Les aclaré que veía con mucho respeto su trabajo, que quería cambiar la idea que sobre ellas se tenía, ya que para muchos ser cabaretera es ser prostituta, pero contrario a lo que se piensa, son amas de casa, madres solteras que utilizan el dinero que ganan para mantener a su familia, para mandar a sus hijos a la escuela. Me fui ganando su confianza y después hasta nos contábamos nuestras vidas.

Hice amistad con ellas. Un día hasta me vestí de fichera y festejé mi cumpleaños en el Bombay. Les presentaba amigos escritores y se vincularon con gente de la cultura.

Como fotógrafa análoga, Eugenia tuvo interés de plasmar con una cámara manual esa atmósfera, ese manejo de la luz, esos contrates que había visto en el cine mexicano, especialmente en Figueroa, con la luz de ambiente del lugar, sin montajes de luz ni estudios previos.

Invitación a la nostalgia

De esa manera las imágenes de Arenas se han convertido en “una invitación a la nostalgia. Quiero que lo vean como un homenaje a la gente que trabaja en los cabarets. No es una exposición de bailes, sino de las señoras, los meseros, el recepcionista, como El malacara del Bombay, de los dueños, de los rituales para ganar más dinero, o de las mamitas, que son las señoras que atienden a las muchachas en los vestidores.

“La mayoría de las personas que visitaron estos cabarets de los años 50 hasta los 80 los recuerdan con mucha alegría. Para mí es muy importante el hecho que las personas recuerden que se la pasaron bien ahí, existen quienes me dicen que ahí perdieron su virginidad, otros, muchos de ellos periodistas como Rafa Cardona, cuentan que una que otra chava los mantuvo.

“Este trabajo es una despedida a la cámara análoga, a los cabarets que ya están desapareciendo. Cerraron el Run Run, el Bombay es table. Es el testimonio de cómo se cerró este ciclo donde las señoras le daban compañía a los clientes, platicaban con ellos, eran hasta sus sicólogas, la relación de las señoras con ellos era de muchos años. Ese México ya se fue. Es una lástima que todo cambió para ser más distantes”, concluyó Arenas.

La gira de la exposición ¡Adiós, cabaretera! se lleva a cabo por invitación de la Secretaría General Iberoamericana, cuenta con el apoyo de la Dirección General de Asuntos Internacional de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, de la embajada de México en España, del Festival Internacional por la Libertad de Expresión, de la Casa de América y de la promotora Dr. Zhivago.