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De chica quería ser puta, primera novela de Elena Sevilla, figura en los libros más vendidos

Llama escritora a vencer los prejuicios para disfrutar de la sexualidad sin culpas
 
Periódico La Jornada
Jueves 30 de abril de 2009, p. 8

En un país machista como México se ha vuelto un lugar común: si un hombre anda con varias mujeres es todo un don Juan, pero si la mujer se toma la libertad de tener más de una pareja, entonces el primer calificativo que viene a la mente es el de puta.

La doble moral con que todavía se rige la vida sexual y amorosa de los mexicanos, y la forma en que varias generaciones de mujeres se las ingenian para darle la vuelta, es el punto de partida de la novela De chica quería ser puta (Editorial Axial), de Elena Sevilla.

Mediante la historia de cinco mujeres de diferentes edades y condiciones sociales –una adolescente curiosa, una mujer casada y otra recién divorciada, entre ellas–, la novel escritora mexicana pretende hacer una crítica a los viejos conceptos y prejuicios que todavía limitan la capacidad de muchas personas para disfrutar su sexualidad sin culpas.

El libro, cuenta Sevilla en entrevista con La Jornada, representó para ella una forma lúdica y desenfadada para explicar cómo nos tomamos las mujeres a nosotras mismas, cómo pensamos y, sobre todo, de qué forma se deben mover ellas para sortear una estructura social que todavía las pone en desventaja respecto de los hombres.

Imagínate cómo se siente una mujer que tiene su primera relación sexual luego de que la dejó el marido. Me interesa cómo nosotras transmitimos a nuestros hijos esas ideas oscuras y cuadradas, y cómo nos desafanamos de los conceptos machistas que tanto trabajo nos ha costado dejar, afirma.

Sevilla admite que el título de su primera novela ha tenido mucho que ver con el éxito alcanzado hasta ahora en la lista de libros más vendidos en México.

Escozor de una palabra

La palabra puta causa tanto escozor, dice, que más de una editorial le pidió que la cambiara u omitiera para poderla publicar. Necesitaba despertar el morbo para llamar la atención sobre el libro. Si le ponía un título nada más dirigido a las mujeres, nadie iba a comprarlo.

Sin miedo de que pueda ser considerada una autora misógina, la escritora piensa que los hombres son más prácticos que las mujeres en asuntos del amor, y que ellas deberían adaptarse mejor al mundo masculino para utilizar esas reglas en su favor.

“Estoy más de acuerdo en cómo piensan los hombres. Éste no es un libro de consejos –define–, pero sí me gustaría decir a muchas mujeres: ¡quítate las telarañas de la cabeza! Si vas a tener sexo con alguien, cuídate y disfrútalo, es normal que lo hagas. La educación de las mexicanas sigue llena de doble moral”, lamenta.

Al plantear abiertamente que las mujeres deben deshacerse de los obstáculos que impiden disfrutar de su sexualidad y su cuerpo, no se hace tampoco una apología del desenfreno o el libertinaje, aclara.

Puedes mostrar apertura en tus gustos sin menoscabar en ningún momento tu moral.