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Germaine Gómez Haro
Demián Flores: Aztlan
Como parte del proyecto del Gabinete Gráfico en el Museo Carrillo Gil se presenta la exposición Aztlán, del artista juchiteco Demián Flores (1971), integrada por alrededor de unas setenta piezas que conforman una propuesta multidisciplinaria que reúne dibujos, estampas, dos videos y un automóvil que es la pieza nuclear de la muestra. Esta obra titulada Patria recibe a los visitantes en el vestíbulo de entrada al recinto y se trata de un bmw issetta 1958 intervenido con pintura automotiva a partir de dibujos realizados años atrás para las xilografías de la serie de Dichos y Consejas para niños zapotecas, que el artista ha retomado y fusionado con su trabajo actual con el fin de construir un nuevo imaginario basado en imágenes preestablecidas. Así lo expresa el oaxaqueño: “Esto es algo que siempre he trabajado: crear piezas como un contenedor de lenguajes diversos a partir de la deconstrucción y decodificación icónica y de su incorporación visual, dando nuevos elementos de significado. En este caso, mi propio trabajo.” La pieza resulta fascinante por la frescura con la que trastocó el tradicional lenguaje gráfico y lo tradujo al volumen tridimensional a través del sténcil, como una vía de experimentación de las amplias posibilidades que se pueden explorar hacia otras disciplinas artísticas.
La Patria |
La muestra Aztlán está estructurada a partir de cuatro ejes formales: soporte, permanencia, registro y serialidad, con los cuales Flores establece “un marco flexible de experimentación e investigación” que ha venido realizando desde hace mucho años, y que actualmente desarrolla en los dos talleres creados por él en la ciudad de Oaxaca: La Curtiduría y el Taller de Gráfica Actual, donde convoca a artistas mexicanos y extranjeros a realizar “estrategias de expansión de la gráfica contemporánea en su dimensión técnica y conceptual”. En la presente exhibición, el Gabinete Gráfico ha sido concebido como un espacio que funciona como un “laboratorio de trabajos” en el que, a decir del creador, “a partir de un territorio técnico y conceptual se aborda y utiliza la gráfica no como un medio en sí mismo, sino como componente activo que trastoca otras disciplinas”. Así, se presenta una amplia gama de obras gráficas que incluyen serigrafías, aguafuertes, aguatintas, provenientes de diferentes series temáticas como Defensa personal y la reciente Aztlán, inspirada en el origen mitológico del pueblo mexica. En ésta, el juchiteco retoma una de las temáticas que ha explorado en forma recurrente a lo largo de su quehacer artístico: el dilema de las identidades contemporáneas y la hibridación cultural, el fenómeno de las migraciones y su incidencia en la redefinición de las fronteras socio-políticas en nuestro mundo globalizado. El concepto teórico-filosófico de esta serie fue desarrollado en combinación con el performancero Guillermo Gómez Peña, quien escribió un magnífico texto para el libro que se editó con motivo de esta muestra, y que incluye dibujos de Demián a manera de viñetas; también realizó el texto “Del otro lado del espejo mexicano” que acompaña una de las carpetas gráficas, y en el que el autor hace una ácida crítica a la negligencia y falta de conciencia y sensibilidad de los gobiernos mexicano y estadunidense en el creciente e inabarcable problema de las migraciones.
En la serie Defensa personal, Demián reflexiona acerca de la violencia y la agresión callejeras utilizando la imaginería popular de los instructivos y manuales que se venden en los puestos de la calle para la gente que quiere aprender a “defenderse” de los ataques y asaltos. Son dibujos esquemáticos de ciertas prácticas como el Karate o el Taekwondo, a los que el artista incorpora signos provenientes de la iconografía prehispánica, como los glifos de los códices que representan los atuendos, tocados y escudos de los guerreros y deidades del México antiguo. La fusión de vocabularios contemporáneos y antiguos extraídos de su contexto original da como resultado una singular “apuesta por lo impuro, por la mezcla de contenido irónico-lúdico, político-social y, eventualmente, el absurdo”.
Observador acucioso de su entorno social y cultural a partir de una mirada crítica, rigurosa y siempre lúdica, Demián Flores es un cronista de nuestra realidad que consigue plasmar en su multivariada obra plástica imágenes sobrecogedoras del caleidoscópico mosaico que conforma nuestra cultura popular y urbana.
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