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Descalificaciones y guerra de cifras, la tónica del primer encuentro

Medios de comunicación desoyen llamado del instituto a difundir foros
 
Periódico La Jornada
Martes 21 de abril de 2009, p. 8

¿Cómo diferenciar en forma real a un pobre de un pobre extremo?, preguntó el diputado priísta Javier Guerrero como colofón a un caudal de cifras incomprensibles para los no iniciados en política social: “entre 2001 y 2006, el presupuesto de desarrollo de capacidades creció 18 mil millones de pesos; en el desarrollo de patrimonio y protección social, 17 mil millones, pero en generación de opciones sólo 888 millones…”

Era el arranque de los foros temáticos de contraste, dirigidos a los ciudadanos y organizados por el Instituto Federal Electoral (IFE), en el que los partidos lanzaron decenas de cifras para lo mismo exponer que el país es un desastre en materia social o que avanza vertiginosamente en este renglón.

La gran cantidad de cifras daba para todo, principalmente para apuntalar las descalificaciones que, con dificultades, rompieron el sopor de un debate donde las tres principales fuerzas enviaron políticos de muy bajo perfil.

Desairados por los medios de comunicación privados –que no respondieron a las comunicaciones del IFE para la transmisión de los debates– y sin capacidad siquiera para llenar el auditorio del instituto, los foros de contraste fueron difundidos por el Canal del Congreso y el Instituto Mexicano de la Radio.

En este contexto, el consejero presidente del IFE, Leonardo Valdés, definió los alcances de los foros: no tienen un objetivo estéril, pues nos aleja, indudablemente, de las campañas negativas como método para incidir en las preferencias electorales y acceder al poder político.

Apenas concluida la presentación, Luciano Pascoe, representante del Partido Socialdemócrata, describía una visión casi apocalíptica de la situación social del país: no podemos engañarnos, la política social es un desastre; somos el producto de lo que Salinas y Zedillo, Fox y Calderón diseñaron e implementaron; hay una izquierda corporativa construyendo a partir de esa pobreza; hay un país avasallado por la pobreza, y remató diciendo que el mayor mal del sistema educativo nacional es Elba Esther Gordillo, la lideresa magisterial.

Lejano a la beligerancia de su líder nacional, el panista Obdulio Ávila acudió al foro como responsable de defender al régimen, de justificar programas y de arremeter, quizá tímidamente, contra las políticas sociales del PRI y el PRD. Sus números: 37 por ciento de la plataforma panista se refiere a política social, pero no es una carta populista; 61 por ciento del gasto programable, según dijo, es en el rubro social, contra 22 por ciento del gobierno capitalino; para 2011 se prevé que ningún mexicano carezca de protección social.

No mucho tiempo pasó para recibir un mentís del Partido del Trabajo, cuyo diputado Óscar Yáñez de plano pidió que hablara con honestidad. No es posible que un representante de un partido que está en el gobierno diga que la mayoría de su plataforma está dirigida al combate a la pobreza, y tenemos el mayor número de pobres de la historia. No intentemos engañar otra vez, ya lo hicieron en el 2000, en 2006, y ahí están 20 millones en pobreza extrema. Esos son los resultados concretos de su política social.

Con otra lógica, la perredista Ana Yurixi Leyva en una de sus tres intervenciones hizo alusión al carácter electorero de la política social. Oportunidades es un programa manipulado, que juega con la necesidad de la gente.

En la primera oportunidad, el panista devolvería el golpe al PRD: no hay ninguna liga que diga que los resultados electorales del PAN se sustentan en el programa Oportunidades, lo cual no se puede decir del gobierno del Distrito Federal. La izquierda de la ciudad es una izquierda vendebanquetas y lucradora de despensas.

En esta lógica, el priísta Javier Guerrero habló del fracaso del modelo económico, pero sus intervenciones fueron tan dispersas que poco se asemejaron a un diagnóstico del que se perfila como el principal partido de oposición. Habló de que la crisis se refleja no sólo en la pérdida de las ganancias de las empresas, sino también en empleos: 759 mil plazas hasta el año pasado; el salario mínimo ha caído 4.9 por ciento en términos reales desde que gobierna el PAN, citó, entre otros aspectos.

Con un formato poco propicio para darle agilidad al debate, a ratos la tónica del acto se tornó soporífera, en especial porque prácticamente todos los participantes dieron lectura a sus primeras intervenciones.