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La muestra, opción ante los problemas de distribución en Latinoamérica: Sergio Benvenuto

El Festival de Cine Pobre, válvula de respiro para cineastas de AL

Deberá superar el embate del huracán Ike en Gibara, sede del encuentro, y la muerte de su fundador Humberto Solás, leyenda de la cinematografía cubana

Termina el 19 de abril

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Este certamen fue creado por Humberto Solás en 2003, inspirado en el festival estadunidense de cine independiente, Sundance, con el propósito de impulsar el cine de bajo presupuesto. En la imagen, incidente mecánico en alguna calle de La HabanaFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Martes 14 de abril de 2009, p. 8

La Habana, 13 de abril. El Festival de Cine Pobre de Gibara, vibrante espacio para el cine independiente apodado el Sundance cubano, intentará este mes sobreponerse a la muerte de su fundador, Humberto Solás, y a la devastación de su pintoresca sede por el huracán Ike en 2008.

Su director, Sergio Benvenuto, dice que el Festival de Cine Pobre –13 al 19 de abril– mantendrá su empuje con proyecciones y debates en las plazas, cines y teatros de Gibara, pueblo de pescadores a 800 kilómetros al este de La Habana.

Esta séptima edición, que se extenderá hasta el próximo día 19, exhibirá 112 obras en concurso de más de 20 países, entre otros Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Cuba, Chile, Costa Rica, España, Ecuador, México, Uruguay y Estados Unidos.

El festival (www.festivalcinepobre.org) fue creado en 2003 por Solás, leyenda del cine cubano, inspirado en el festival de cine Sundance de Estados Unidos, fundado por Robert Redford.

La muestra, dedicada al cine de bajo presupuesto, ha ido creciendo hasta ganar un lugar en el circuito internacional.

El Festival de Cine Pobre quedó huérfano en septiembre del año pasado con la muerte de Solás, apenas una semana después de que el poderoso huracán Ike destrozó parte de Gibara.

Estamos acostumbrados a los obstáculos, dijo Benvenuto, cofundador de la muestra y sobrino de Humberto Solás.

Éste será un festival fuerte, importante y sólido en todos los ámbitos, añadió.

Espaldarazo increíble

En Gibara serán exhibidas más de 260 obras de realizadores independientes de América Latina, Alemania, Dinamarca, España, Estados Unidos, Francia, India, Italia, Rusia y Suecia.

El espíritu de Solás, director de clásicos del cine cubano como Lucía (1968), Un hombre de éxito (1986) o El siglo de las luces (1991), rondará las calles empedradas de esta ciudad de comienzos del siglo XIX, con techos de tejas rojas y frondosa vegetación tropical.

Humberto había planeado actividades para muchos años. Él impregnó el Festival de Cine Pobre con su osadía, agregó Benvenuto.

El festival se mantendrá fuera del oropel de de las estrellas y las alfombras rojas de las que Solás, explica Benvenuto, estaba harto. Según el director del encuentro, esta muestra seguirá como apuesta abierta a la vanguardia, al riesgo, al audiovisual que propone y sugiere, y como válvula de respiro ante las dificultades de distribución y exhibición que enfrenta el celuloide en América Latina.

La séptima edición incluye filmes de ficción, guiones inéditos, proyectos en desarrollo y documentales. El festival repartirá premios de entre mil y 20 mil dólares.

Tras la muerte de Solás y el feroz embate del huracán Ike, el festival de Gibara recibió un espaldarazo increíble del mundo intelectual, dijo Benvenuto.

Por ejemplo, el actor cubano Jorge Perugorría, protagonista de la cinta Fresa y chocolate, organizó una subasta de arte con la que recaudó más de 21 mil dólares destinados a las obras de restauración de Gibara.

Benvenuto dijo también que organizaciones no gubernamentales y autoridades locales han ayudado a reconstruir el pueblo y a borrar las imágenes de destrucción que sorprendieron en septiembre de 2008 a los cubanos.

El impacto que generó el festival desde su comienzo se multiplicó en el momento en el que Humberto Solás desapareció (...) Ha recibido un espaldarazo increíble, dijo el director.

Como artífice del cine de bajo presupuesto, Solás enfocó su lente sobre temas polémicos de la realidad social en la isla, en obras como Miel para Oshún (2001), donde aborda el dilema de la emigración.

A petición de Solás, la muestra homenajeará este año al también desaparecido icono del cine cubano Tomás Titón Gutiérrez Alea, director de clásicos como Memorias del subdesarrollo o Fresa y chocolate.

Entre los filmes de ficción se presentará este año el thriller austriaco Facetten, de Erik Etschel; el chileno Descendents, de Jorge Olguín, y las cubanas Los dioses rotos, de Ernesto Daranas, y La anunciación, de Enrique Pineda Barnet. El festival abrirá con una obra de Solás.

“Estamos enfocados es que el festival no sea ni post mortem ni de homenajes, porque Humberto hizo de él su apuesta más alegre”, dijo Benvenuto.