os vaivenes de la vida: El diario argentino Página 12 nos da un excelente ejemplo de cómo lo eterno puede ser transitorio. El vicepresidente Julio Cobos fue expulsado de la Unión Cívica Radical (con el democrático voto del recién desaparecido ex presidente Raúl Alfonsín) en ocasión de las últimas elecciones. Cobos, junto con otros dirigentes y gobernadores radicales, habían optado por apoyar al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y fueron bautizados radicales K. Su expulsión por inconducta y falta de ética fue por vida. Dos años después, la sanción ha sido levantada porque los radicales, en pleno idilio con la derecha y la ultraderecha, necesitan líderes de estatura nacional. Se contentan con poco. Ese periódico ofrece otro ejemplo más. El escritor y periodista Osvaldo Bayer propuso durante el gobierno de Carlos Menem que, para favorecer la integración latinoamericana, se decretara el fin de la frontera entre la Patagonia argentina y la chilena. El senador Eduardo Menem, hermano del ex presidente, pidió que el Senado lo declarara traidor a la patria, calificativo que fue modificado por el de persona no grata. Con el voto de los bloques peronista y radical, menos uno, el Senado aprobó casi por unanimidad, en 1995, aplicarle a Bayer ese calificativo infamante por ejercer el derecho a opinar. Pero esta vez, por unanimidad, la Cámara alta acaba de aprobar una moción del senador peronista Daniel Filmus que anula el dictamen anterior y llena de elogios –merecidos– al escritor.

Lo que se requiere no son bravuconadas, dice

tra vez, Germán Martínez desnuda ante la opinión pública al autoritario que lleva dentro, lanzando cortinas de humo respecto de la decepcionante actuación de los mandatarios albiazules.

erca de 100 mil mexicanos van contratados todos los años a laborar en granjas agrícolas de Estados Unidos y Canadá. Diez mil se dirigen al segundo país, con convenios establecidos y reglamentados por ambos gobiernos, y 90 mil al primero, con pactos entre particulares, que no son validados, supervisados o normados por las autoridades mexicanos, pero son aprobados y fomentados por la administración estadunidense.

bismarse en la crisis de sobreproducción, sobre todo hoy que enfrentamos una poliédrica debacle civilizatoria, es una forma de dejarse llevar por la dictadura de la economía propia del capitalismo, es una manifestación más de los poderes fetichistas de la mercancía, pero en este caso disfrazada de pensamiento crítico, aunque también es un ejemplo de imprudente autosuficiencia disciplinaria.

l derroche de Chicontepec no empieza ahora con la reforma, ya venía de antes. En una fuente de información (escrita en inglés) los contratos de Chicontepec están clasificados –a diferencia, por ejemplo, de los de Cantarell– como contratos de servicios múltiples. Éste fue el nombre usado cuando se repartió el terreno de la cuenca de Burgos para explotar el gas de la misma entre seis trasnacionales. Cada empresa tiene su territorio. A principios de año hubo anuncios, sobre todo del director de Pemex Exploración y Producción, de que se había dividido Chicontepec, para su explotación, en ocho sectores, áreas o tramos, según la fuente de información que leyéramos.

ómo es posible que un sistema fundado en la explotación y la violencia mantenga una vitalidad comparable con los superhéroes de las novelas de ficción? ¿Será este atractivo, la supuesta inmortalidad, lo que provoca la humana veneración de sus postulados? Sus defensores parecen obviar las desigualdades sociales y no dar crédito a las contradicciones de clase.

rak, derechos inhumanos (Standard Operating Procedure, 2008) es la parte final de la trilogía del mal del documentalista estadunidense Errol Morris. Programada hace cinco años en el Festival Internacional de Cine Contemporáneo de la Ciudad de México (Ficco), Mr. Death, the rise and fall of Fred A. Leuchter (1999), primera parte del tríptico, ofrecía un retrato entre irónico y corrosivo de Leuchter, inventor de la silla eléctrica y a la postre negacionista del Holocausto nazi: un hombre obsesionado con la ciencia del exterminio, que quiso demostrar la imposibilidad de que técnicamente pudiera haberse llevado a cabo el genocidio de 7 millones de judíos.