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Analizan si las consideran patrimonio histórico

Personal del INAH impide demoler casonas en Sonora
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Una de las casas viejas ubicadas en la ciudad de Hermosillo que el gobierno de Sonora pretende demoler para construir una obra vialFoto Ulises Gutiérrez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 22 de marzo de 2009, p. 28

Hermosillo, Son., 21 de marzo. Personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) impidió a la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano iniciar la demolición de varias casonas en el centro histórico de Hermosillo, donde se pretende construir una obra con la que se busca agilizar el tránsito vehicular.

Estamos en un diálogo para proteger el patrimonio histórico y buscar las opciones para respetar la traza histórica de la ciudad, dijo Mario González Valenzuela, delegado del Centro INAH Sonora, al comentar la disposición que mostraron las autoridades estatales para detener cualquier demolición, luego que esta madrugada sus trabajadores comenzaron a delimitar la zona en la cual se encuentran las casonas.

Señaló que los trabajos estarán detenidos hasta que la próxima semana se haga un análisis más detallado de las construcciones entre las calles Sufragio Efectivo y Obregón, con lo que se dará un veredicto sobre la postura del INAH acerca de la necesidad de conservar esos inmuebles.

Confirmó que en la primera etapa de la obra, que ya incluyó la demolición de decenas de casas entre el bulevar Hidalgo y el bulevar Luis Encinas, personal del INAH realizó estudios que confirmaron que ninguna de las viviendas y construcciones demolidas tenía más de cien años de antigüedad.

El lunes 9 de marzo, el gobernador Eduardo Bours Castelo anunció que la obra vial no sería terminada en su segunda etapa debido a que las negociaciones con algunos dueños de predios estaban empantanadas y el INAH quería proteger algunas construcciones que consideraba patrimonio histórico.

Nos faltarían predios importantes que tienen que ver con la parte final de la obra, pero el tramo que trabajamos ya está concluido, pero no sólo son los dueños de los predios, también hay un problema con el INAH, así que de seguro ya no podremos llegar hasta la pizzería (ubicada a unos 50 metros de las casas que serán objeto de estudio), no sé cómo se llama esa calle, yo no soy de aquí, dijo esa vez el mandatario.

Si el INAH da su autorización para que sean demolidos los edificios que faltan para completar la obra, ésta quedaría lista antes del cambio de administración estatal.