El presidente Felipe Calderón celebrará hoy en Puebla el 71 aniversario de la expropiación petrolera, con la expectativa puesta en que anuncie la sede de la nueva refinería, tras un año de disputa entre los gobiernos estatales.

En la baraja de opciones más viables se encuentran Tula Hidalgo y Tuxpan, Veracruz, sin embargo, aún seguían en la pugna otros estados interesados: Michoacán, Tabasco, Tamaulipas, Campeche, Oaxaca y Tlaxcala.

La Presidencia de la República negó que este día el mandatario vaya a dar a conocer la ubicación de las instalaciones en el acto que encabezará en el municipio de Venustiano Carranza, donde se ubican yacimientos de la zona de Chicontepec. Sin embargo, el director de Pemex, Jesús Reyes Heroles, señaló en una reunión con empresarios noruegos que hoy habrá mucha información, va a ser una conmemoración importante para Pemex.

Todo comenzó hace un año en Tabasco, cuando Calderón instruyó a Pemex y a la Secretaría de Energía para que iniciaran los estudios de factibilidad técnica, financiera y logística para construir una refinería, a fin de reducir la dependencia del exterior. Una vez que el Congreso aprobó el presupuesto de 12 mil millones de pesos para edificar la refinería, el proyecto desató la competencia entre las entidades.

En abril del año pasado, el mandatario de Tabasco, Andrés Granier, fue el primero que pugnó por la construcción de estas instalaciones y a cambio ofreció su respaldo a la reforma energética. En una nueva visita realizada en febrero pasado, Calderón volvió a escuchar la misma petición del priísta y respondió que la sede se edificaría en el sitio más conveniente y en un proceso transparente para que a los ojos de todos los mexicanos quede claro que se va a decidir por razones técnicas y no políticas.

Luego de las explosiones ocurridas el 15 de septiembre en Michoacán, el gobernador Leonel Godoy fue el segundo en plantear a su estado como la mejor opción por ubicarse cerca de los centros de consumo. Ayer, el perredista señaló que sería una mala noticia que su entidad no fuera la elegida.

Durante una gira presidencial, el campechano Jorge Carlos Hurtado fue más lejos y entregó en mano a Calderón un estudio de factibilidad para la instalación de esta refinería, y pidió no permitir que otros intereses cancelen la esperanza en la entidad.

Al grupo de postores se incorporó el oaxaqueño Ulises Ruiz, quien solicitó al jefe del Ejecutivo que tomara en cuenta además de criterios técnicos y económicos, un elemento olvidado: la justicia social.