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Medvediev arremete contra los países bálticos que permiten manifestaciones fascistas

Niegan permiso para la marcha de los veteranos de la legión letona de la SS nazi

Letonia cuestiona a Rusia por los asesinatos de periodistas y los problemas de sus minorías étnicas

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En imagen de archivo, un veterano del Ejército Rojo que en la Segunda Guerra Mundial combatió contra la legión letona que se integró en las Waffen-SS hitlerianasFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 10 de marzo de 2009, p. 28

Moscú, 9 de marzo. En un nuevo episodio de la ya habitual tensión que marca su relación bilateral, Rusia y Letonia, una de las tres repúblicas del Báltico que pertenecieron a la Unión Soviética, llevan varios días intercambiando duras acusaciones a raíz de la marcha convocada en ese país, miembro de la Unión Europea, por organizaciones de ultraderecha para conmemorar, el próximo 16 de marzo, el Día de los Legionarios.

Bajo ese nombre, que nada tiene que ver con los homónimos de Cristo, grupos nacionalistas y de corte neonazi cada año rinden homenaje en Riga, la capital de Letonia, a los veteranos de la legión letona que durante la Segunda Guerra Mundial se integró en las Waffen-SS hitlerianas. Dicha legión, al poco de ser formada, recibió su bautismo de fuego el 16 de marzo de 1943 al combatir al Ejército Rojo en las afueras de Leningrado.

Desde la ciudad del Neva, actualmente San Petersburgo, el presidente de Rusia, Dimitri Medvediev, al intervenir en un reciente acto conmemorativo del 65 aniversario del fin del bloqueo nazi de Leningrado, arremetió contra los países bálticos que permiten manifestaciones fascistas.

En los mismos términos de condena, el sábado anterior, un vocero de la cancillería rusa dijo que resulta por demás interesante que ese tipo de espectáculos de masas y con tufo neonazi se lleven a cabo cuando en una serie de países de la Unión Europea, desde hace varios años, es delito negar el holocausto.

Para Rusia es deplorable que en Letonia se impulse una campaña para enaltecer el nazismo, mientras en otros países comunitarios se castiga con cárcel cualquier intento de poner en duda que los judíos sufrieron genocidio por parte de la Alemania nazi.

Con esa actitud, considera la cancillería rusa, Letonia se compromete a sí misma y, lo que es peor, deja en entredicho a toda la Unión Europea.

Letonia, por boca de su ministro de Relaciones Exteriores, Maris Riekstins, respondió este lunes que Rusia sigue aparentando no entender que el 16 de marzo nadie en Letonia hace nada que pueda interpretarse como elogio de la ideología fascista.

Y el jefe de la diplomacia letona reviró la acusación mayor: Es claro que el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso no tiene suficiente información sobre el auge de los grupos neonazis en Rusia, los asesinatos de periodistas y los problemas de las minorías étnicas en su propio país. De otra forma, nunca haría esas críticas contra Letonia, que nunca aceptó ninguna ideología totalitaria.

Los homenajes anuales a los legionarios de la SS –que muchos letones consideran héroes que combatieron la ocupación soviética y otros, entre ellos la minoría rusa, los califican de lacayos de los nazis– suelen derivar en serios enfrentamientos entre nacionalistas y antifascistas.

Por esta razón, y tal vez con el antecedente de preocupación que dejaron en enero anterior los disturbios en Letonia –el país de la Unión Europea que más ha resentido los estragos de la crisis financiera global–, la Asamblea Legislativa de Riga denegó este lunes el permiso para celebrar la marcha del 16 de marzo y cualquier otro acto político ese día.

Los convocantes aún pueden apelar ante una Corte la decisión de prohibir la marcha, si bien la policía de seguridad letona, como se denomina ahí el servicio secreto, está lista para presentar a los jueces sus argumentos en favor de la proscripción, según indicó hoy Kristine Apse-Krumina, vocera de esa dependencia.