Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 8 de marzo de 2009 Num: 731

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Henning Mankell: de la saga al sentido
JORGE ALBERTO GUDIÑO HERNÁNDEZ

Desayuno en Los Pinos
MARCO ANTONIO CAMPOS

Dos poetas

Retorno al mar natal
RICARDO VENEGAS entrevista con JUAN DOMINGO ARGÜELLES

Darwin y El viaje de la Beagle
RICARDO BADA

Buda y la caja de chocolates
ROBERTO GARZA ITURBIDE

Leer

Columnas:
La Casa Sosegada
JAVIER SICILIA

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ

Cabezalcubo
JORGE MOCH

Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO

Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA


Directorio
Núm. anteriores
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Felipe Garrido

Cerritos

A Rubén le gustaba Cerritos, eso que ni qué, dice la viuda y agita las manos nacaradas. Decía que solamente allí podía escribir. Así que nos fuimos. No le importó dejar todo lo que acá tenía: trabajo, amigos, influencias. En Cerritos éramos forasteros. No le hacían caso. Sabían quién era, pero no lo estimaban. Vámonos de aquí, yo le decía al principio, pero él ensillaba el caballo y se iba por la sierra. Yo me encerraba a esperarlo. Regresaba tostado, sudoroso, la mirada intensa. Algo comíamos. Me leía las hojas que traía. La viuda me clava la mirada de piloncillo y enseguida la aparta, pensativa; vuelta hacia sus recuerdos se atraganta. Esos versos fueron los únicos hijos que tuvimos. Los escribió a mi lado, me los leía antes que a nadie. Luego se me quedaba viendo. Ya no hablaba. Jugaba con el fuete y yo lo obedecía. Una mecha alumbraba su cuerpo desnudo y yo me abandonaba. Entonces también yo quería estar en Cerritos, en ningún otro lugar.