Terminó subasta de la colección Saint Laurent; recaudan 484.5 mdd
Jueves 26 de febrero de 2009, p. 5
París, 25 de febrero. La venta de dos cabezas de bronce procedentes del saqueo del Palacio de Verano de Pekín, China, cometido por soldados franceses y británicos en 1860, destacó durante la jornada final de subastas de la colección de arte del diseñador Yves Saint Laurent y su pareja Pierre Bergé, realizada por la casa Christie’s en la capital francesa, que recaudó 484.5 millones de dólares.
Pese a las protestas de China y de los herederos de la dinastía manchú, las dos piezas, una cabeza de rata y otra de conejo, fueron adquiridas en 40.6 millones de dólares por un comprador anónimo, por teléfono, sin que se conozca si se trata de la misma persona en ambos casos.
Sin embargo, más allá de la controversia alrededor de esas antigüedades chinas, la subasta de tres días se convirtió en la mayor venta de una colección privada, que tan sólo entre el lunes y martes recaudó 391 millones de dólares y se batieron 25 récords mundiales para obras de artistas como Matisse, Klee, Géricault e Ingres.
subasta del sigloFoto Reuters
Ante estas cifras surge la interrogante sobre la crisis mundial, pues durante tres días se subastaron 730 antigüedades, pinturas, esculturas y muebles que pertenecieron al modisto Saint Laurent, rompiendo récords en el mercado del arte. Por ejemplo, el sillón más costoso del mundo es ahora el creado por el diseñador irlandés Eileen Gray, vendido en 28 millones de dólares, el más alto pagado por un mueble del siglo XX.
La venta atrajo la atención de coleccionistas, celebridades y corredores de todo el mundo, además de provocar multitudes haciendo fila para observar la exhibición en el Gran Palacio, en los Campos Elíseos.
Las cifras del mercado del arte en París sugieren que la crisis empujó los precios hacia arriba. Incluso compradores internacionales señalan que la puja fue notable por la ausencia de compradores de los nuevos países ricos, como India o Rusia. En cambio, el dinero procedió de antiguos coleccionistas de Europa o Estados Unidos, quienes saben lo que compran en las fauces de la crisis.
