Usted está aquí: martes 8 de abril de 2008 Economist Intelligence Unit

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Se acerca el Armagedón

Capitalismo sin bancarrota, se ha dicho, sería como cristianismo sin infierno. Ante una inminente recesión, el aire en los tribunales de quiebras se llena de azufre y las llamas aumentan su temperatura para recibir a la multitud de almas tristes cuyo pecado fue pedir prestado en demasía. Después de varios años celestiales, durante los cuales las quiebras registraron una disminución sin precedente, la bancarrota ha regresado. ¿Qué tan mal se pueden poner las cosas?

 
Un billete de dos dólares fue adherido a la puerta del cuartel general de Bear Stearns, en Nueva York, para ironizar el precio que pagó por acción el banco de inversiones JP Morgan a mediados del mes pasado

Crisis en Wall Street

Llevó años construir el maravilloso edificio de las finanzas modernas. Y el mundo contó con un solo fin de semana para salvarlo del colapso. El 16 de marzo, la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos (EU), poco impetuosa por naturaleza, rescribió su reglamento al rescatar a Bear Stearns, quinto entre los mayores bancos de inversión del país, y al prestar directamente a otros agentes financieros. Un par de días más tarde, la Fed redujo –de nuevo– las tasas de interés a corto plazo a 2.25%, marcando el más rápido relajamiento de política monetaria en una generación.