DIRECTORA GENERAL: CARMEN LIRA SAADE
DIRECTOR FUNDADOR: CARLOS PAYAN VELVER
SUPLEMENTO MENSUAL  DIRECTOR: IVAN RESTREPO  
EDICIÓN: LAURA ANGULO   LUNES 25 DE JUNIO 2007 
NUMERO ESPECIAL


Portada

Las aves marinas y la biodiversidad mexicana
Horacio de la Cueva

Un bello secreto de México
Richard A. Erickson

Guerrero Negro, un lugar privilegiado
Roberto Carmona y Nallely Arce

Las aves marinas en las islas, el canario del minero
Alfonso Aguirre y Araceli Samaniego

Amenazas y oportunidades de los mérgulos de Xantus
José Alberto Zepeda y Horacio de la Cueva

Tres pelícanos del Mar de Cortés
Eduardo Palacios Castro

La fragata magnífica, un ave extraordinaria
Vinni Madsen

Isla Guadalupe: santuario de aves marinas
Mario Guerrero Madriles

En torno a disposiciones legales recientes
Horacio de la Cueva


Correo electrónico:

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Un bello secreto de México

Richard A. Erickson


Bobo de patas azules en busca de una presa en Bahía Concepción. Esta especie y el bobo de patas cafés anidan en México Foto: Matt Sadowski

México alberga una gran variedad de aves marinas. Todas estas aves son miembros de 14 familias taxonómicas. Ciertas especies en otros grupos, como las aves playeras (ver Carmona y Arce en este suplemento) también son pelágicas, es decir, que pasan su vida mar adentro gran parte del año.

En la Guía definitiva de aves de México, de Steve Howell y Sophie Webb, publicada en 1995, los autores reconocen 100 especies de aves marinas. Una de estas fue el paiño de Guadalupe (Oceanodroma macrodactyla), considerado extinto en la isla del mismo nombre. Las causas de esa extinción se pueden ver en el artículo de Aguirre y Samaniego.

Desde la publicación de la guía se han encontrado otras cinco especies en México, principalmente en la costa del Pacífico que es rica en nutrientes y por lo tanto rica en aves marinas.

La mayoría de estas especies anidan en otras latitudes y visitan las aguas mexicanas fuera de su época reproductiva. Pero hay 37 especies que sí anidan en México.

Existen cuatro patrones generales de distribución de las familias de aves marinas en México: mundial, Hemisferio Norte, trópico y Hemisferio Sur.

Seis familias son cosmopolitas: paiños, pelícanos, págalos y salteadores, gaviotas y charranes. Las gaviotas son las que tienen más especies, 21, pero más de la cuarta parte de las aves marinas que anidan en México son charranes: 10 de 16, más del doble que muchas especies anidantes de otras familias.

La especie más importante de éstas es el charrán elegante (Sterna elegans). Aproximadamente el 95 por ciento de la población mundial anida en la pequeña isla Rasa, en el Golfo de California, junto con un porcentaje similar de la gaviota ploma (Larus heermanii).


Paiņo negro. A pesar de su tamaño pequeño y su fragilidad aparente, los paiños son de las aves marinas más comunes mar adentro de las costas mexicanas. El paiño negro (Oceanodroma melania) anida casi exclusivamente en las islas del Golfo de California y en las de la costa de Baja California Foto: Matt Sadowski

Encontramos el mismo porcentaje de 955 en las anidaciones de la población del paiño negro (Oceanodroma melania), principalmente en las islas San Benito.

Para no quedarse atrás, el paiño mínimo (Oceanodroma microsoma) sólo anida en las islas ubicadas en ambos lados de la península de Baja California, mientras que la gaviota patas amarillas (Larus livens) sólo anida en las islas del Golfo de California.

Las familias Gavidaee y Alcidae (álcidos) se restringen al Hemisferio Norte. Tres especies de Gavidae pasan el invierno en México y dos más han sido documentadas como muy raras.

Los álcidos son esencialmente la respuesta del Hemisferio Norte a los pingüinos australes, aunque los álcidos sí pueden volar. Cabe señalar que la especie extinta del Atlántico norte, no lo hacía.

En México, los álcidos sólo se localizan en el Pacífico, donde tres especies se reproducen y seis nos visitan desde el Norte.

El mérgulo de Craveri (Synthiloborapmhus craverii) anida casi exclusivamente en el Golfo de California y ahora sabemos que también en el Pacífio.

La especie cercana, el mérgulo de Xantus (Synthiloboramphus hypoleucus) del que se habla en el artículo de Zepeda y de la Cueva, anida casi exclusivamente en las islas del Pacífico mexicano.

Cuatro de las familias de aves marinas mexicanas son principalmente tropicales: Phaetonidae (rabijuncos), Sulidae (bobos), Fregatidae (fragatas) y rayadores.

Junto con el pelícano pardo (Pelecanus occidentalis), no hay otra especie que se asocie tanto con las playas mexicanas como la fragata magnífica (Fregata magnificens); son abordados, respectivamente, en los artículos de Palacios y Madsen.

Existen poblaciones muy significativas de la fragata, el rabijunto pico rojo (Phaeton aethereus) y el bobo de patas azules (Sula nebouxii), todas anidantes en la costa oeste de México.

Los grandes mares del sur son el hogar de la familia de aves marinas por excelencia: los albatros y las pardelas y petreles. Junto con los paiños, estas aves se conocen como nariz de tubo, debido a las ventanas tubulares exteriores de la nariz sobre sus picos.

Tienen un sentido del olfato muy desarrollado que utilizan para encontrar alimento y sitios de anidación.

Se han encontrado tres especies de albatros en México. El albatros pata negra (Phoebastria nigripes), el albatros rabón (Diomedea albatrus) y el albatros de Laysan (Phoebastria imutabilis) que empezó a anidar en las islas del Pacífico mexicano en los años ochenta.

Las 21 especies de petreles y pardelas es igual al total de gaviotas, convirtiéndolas en un grupo con muchas especies, pero muy desconocido. De este grupo, dos especies anidan en México y ambas son endémicas: la pardela de Revillagigedo (Puffinus auricularis) está restringida a las islas del mismo nombre, mientras que la pardela mexicana (Puffinus opisthomelas) anida en el Pacífico de Baja California, principalmente en isla Natividad.

Sin duda, México tiene una importante riqueza natural en su abundante y diversa presencia de aves marinas. Debemos garantizar su existencia y su vitalidad.

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