Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
La Jornada Michoacán
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones
Obituario

E D I T O R I A L
 

Comentarios a esta sección
Jueves 6 de enero de 2005

Superar las confrontaciones

Por enésima ocasión, el presidente Vicente Fox llamó ayer a superar el entorno de confrontación y descalificación que priva en el escenario político nacional, y se manifestó por el desarrollo de un debate de altura, con "sentido y resultado".

Consideradas de forma aislada, las declaraciones del mandatario resultan pertinentes. Si se les coteja con la descomposición que, en efecto, se percibe en la vida republicana del país, los propósitos externados ayer por Fox son sin duda atinados y oportunos. Pero si se les contrasta con las acciones y las maneras políticas del propio gobierno foxista durante el año recién pasado, las palabras del titular del Ejecutivo federal parecen inevitablemente, aunque no lo sean, un discurso autocrítico.

En efecto, desde que se inició la segunda mitad del presente sexenio, el grupo en el poder se ha colocado como el principal generador de confrontaciones políticas, como fuente de descalificaciones, como golpeador mediático, jurídico y presupuestal de sus adversarios reales, potenciales o imaginarios, y como el gran protagonista de la tensión, la incomunicación entre facciones y las escaramuzas declarativas y administrativas que se presentan de manera cotidiana entre políticos y funcionarios de distintos niveles de gobierno.

La consideración anterior se refiere, desde luego, a las inadmisibles e indecorosas ofensivas lanzadas desde Los Pinos y Bucareli contra el gobierno de la ciudad de México y su titular, Andrés Manuel López Obrador, así como a los afanes presidenciales, más recientes, de desconocer las facultades y atribuciones de la Cámara de Diputados en materia presupuestal. Los actuales gobernantes se han servido del poder público para hostilizar al gobierno capitalino por casi todos los medios imaginables y han pretendido uncir al Poder Legislativo a los caprichos de una administración gerencial y frívola, y se han mantenido, de esa forma, en una colisión casi permanente con otros protagonistas políticos. El foxismo también ha confrontado ųy agraviadoų a la sociedad en su empeño por condonar, minimizar o pasar por alto las faltas, los errores o los delitos cometidos por particulares y por servidores públicos pertenecientes al círculo presidencial, desde Lino Korrodi, Carlos Rojas Magnon y Carlos Flores hasta Guido Belsasso, Raúl Muñoz Leos y Ramón Martín Huerta, entre otros muchos.

Además de esas acciones y actitudes de deliberada y manifiesta confrontación, el gobierno foxista genera conflictos de manera acaso involuntaria por su incapacidad o su falta de voluntad para trabajar en la construcción de consensos políticos, carencia que se hizo evidente desde que el propio Fox anunció la inminencia de un reformón ųse refería a sus iniciativas de reformas estructurales, particularmente a la fiscalų sin haber establecido previamente negociaciones con las bancadas parlamentarias, o antes aun, desde que, durante su primer año de gobierno, envió al Congreso, sin un trabajo previo de concertación, la propuesta de reformas elaborada por la Cocopa en materia de derechos y cultura indígenas, con lo que el documento resultó desvirtuado y desfigurado por los legisladores, imposibilitando de esa forma una solución firme y duradera al conflicto chiapaneco y perpetuando el desencuentro histórico entre el México oficial y sus pueblos indios.

Los frecuentes llamados presidenciales a la negociación, la concertación y la armonía contrastan, en suma, con las acciones de descalificación y hostigamiento de adversarios realizadas desde Los Pinos; no es exagerado señalar, habida cuenta de esa falta de concordancia, que una de las confrontaciones políticas más notorias de la hora presente es la que tiene lugar entre los discursos y los actos del actual gobierno, y que de ella deriva buena parte de los demás conflictos. Nunca es tarde, sin embargo, para desear que el foxismo caiga en la cuenta de sus propias contradicciones y se asuma a sí mismo como el destinatario principal de sus llamados a la conciliación política.

 
Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm

Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Coordinación de Publicidad
Tels: (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Exts: 4329, 4308, 4137 y 4104

Email
La Jornada en Internet

Email

  © Derechos Reservados 2003 DEMOS, Desarrollo de Medios, S.A. de C.V.
Todos los Derechos Reservados. Derechos de Autor 04-2003-08131804000-203.
Prohibida la reproducción total o parcial del contenido sin autorización expresa del titular.
El título y contenido se encuentran protegidos por la legislación de la materia en la República Mexicana.