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México D.F. Sábado 4 de diciembre de 2004

DESFILADERO

Jaime Avilés

Corea del Norte en Tláhuac

Ahora intentan vincular con "terrorismo" al GDF
Los hermanos Cerezo, rehenes de la PGR

EN HONOR DEL refrán que proclama "el que calla, otorga", guardé absoluto silencio ante la carta que el joven Francisco Cerezo Contreras publicó el miércoles de esta semana en El Correo Ilustrado para desmentirme. Un día antes, en este diario, yo había afirmado que "en la cámara fotográfica de los agentes de la Policía Federal Preventiva (PFP), linchados en Tláhuac, aparecía retratada la casa de Francisco Cerezo Quiroz", lo que el hijo de éste negó enfáticamente. Al oír sus explicaciones comprendí y, con mucha vergüenza, admití mi error. Aún me arde la cara por ello.

Cerezo Contreras me había mandado por Internet un escrito para contarme cómo su padre y su madre habían participado en la construcción de la colonia Peña Alta, en el ahora célebre poblado de San Juan Ixtayopan, hacía más de 20 años, antes de abandonarla, un lustro después, para acercarse al centro del Distrito Federal. Y agregó que no se explicaba por qué los espías federales investigaban los vínculos de "un profesor", que había vivido en la zona, con los hermanos Héctor, Antonio y Alejandro Cerezo Contreras, presos desde agosto de 2001 en el penal de alta seguridad de La Palma.

Si algo quería destacar en su mensaje Francisco Cerezo Contreras es que ese profesor era nada menos que Francisco Cerezo Quiroz, padre tanto de él como de los muchachos sentenciados originalmente a 13 años de cárcel cuando un juez los encontró "responsables" de haber colocado unos petardos en sucursales de Banamex dentro de la delegación Xochimilco.

A partir de esas afirmaciones, en las que Francisco hijo quería ironizar el hecho de que los hombres de la PFP "intentaran descubrir el origen del esperma que nos dio vida", saqué una conclusión falsa que ahora alguien más ha querido usar como "evidencia" de que en Tláhuac abundan los grupos armados. Mi equivocación consistió en deducir que si el profesor Cerezo había edificado su propia casa en la colonia Peña Alta de San Juan Ixtayopan, entonces esa vivienda figuraba entre las que habían mostrado los medios electrónicos al presentar las fotografías que los agentes de la PFP tomaron en el barrio antes de ser molidos a golpes y quemados en vida.

Y con base en estos caprichosos fundamentos, hice decir a Francisco Cerezo hijo que "la casa que vigilaba la PFP era la de mi padre". La distorsión en que incurrí, llevado por mi entusiasmo, me pareció oportunísima en la medida en que venía a confirmar aquello que fuentes anónimas de la PFP habían declarado a Miguel Angel Velázquez el viernes 26 de noviembre, para revelar que bajo el pretexto de investigar el narcomenudeo en San Juan Ixtayopan, los agentes en realidad seguían una pista relacionada con las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FARP), organización que se atribuyó el asunto de los petardos en Xochimilco, si bien las autoridades se lo achacaron al Ejército Popular Revolucionario (EPR), sosteniendo además que Francisco Cerezo Quiroz era su "máximo" dirigente.

Una vez que fui con toda razón desmentido, supuse que el asunto quedaba cerrado. Sin embargo, al examinar el caso Cerezo Contreras para El Universal, Raymundo Riva Palacio escribió que, de acuerdo con una "información confidencial", los agentes de la PFP "se encontraban en San Juan Ixtayopan, en el sur de la capital, vigilando la casa de seguridad donde tenían conocimiento que vivía Francisco Cerezo Quiroz".

Abundo: en una charla personal, la noche del pasado martes 30, Francisco Cerezo hijo me señaló que en "las fotos de la supuesta cámara de los agentes de la PFP ni siquiera aparece la casa de mi padre, porque ésta se localiza a más de 500 metros del lugar donde ocurrió el linchamiento". Ahora, no obstante, resulta que mi lamentable pifia se ha convertido en "información confidencial", pese a que fue publicada y desmentida de inmediato en este diario.

Pero hay otro detalle, sumamente interesante, que fortalece lo que me dijo Francisco Cerezo Contreras. En las propias páginas de El Universal de ayer, Marco Lara Klahr informa que tuvo acceso a la libreta de apuntes del policía Edgar Moreno Nolasco, el tercer integrante del trío de la PFP apaleado en Tláhuac que se mantiene entre la vida y la muerte en el Hospital Central Militar. Pues bien, en ese cuaderno el reportero afirma que encontró notas relacionadas con las más diversas investigaciones, incluso con el seguimiento de una prima de Vicente Fox en la delegación Venustiano Carranza (?), pero ninguna que hable de grupos guerrilleros en San Juan Ixtayopan.

Y, otra vez sin embargo, ayer al mediodía, un alto funcionario de la Procuraduría General de la República (PGR) declaró que, según las líneas de investigación que desarrolla esa dependencia, la delegación Tláhuac podría estar infestada de grupos guerrilleros. Todo sugiere que esa "pista" es la que desde hace varios días propuso, y ahora trata de fortalecer, el citado Riva Palacio, quien como ex empleado de Carlos Ahumada de seguro goza de inmensa credibilidad en las oficinas de Rafael Macedo de la Concha, o "de la Cancha", como una ingeniosa periodista rebautizó al procurador por su afición al futbol, deporte que alguna vez practicó con Ahumada y Riva Palacio en las instalaciones del periódico El Independiente.

Vínculos ideológicos


Más allá de las visibles, obsesivas, patológicas intenciones del "gobierno" de Vicente Fox de ligar el "descubrimiento" de una sucursal de Corea del Norte en Tláhuac, para acusar también de eso a Andrés Manuel López Obrador, el momento es oportuno para revisitar el caso de los Cerezo Contreras, quienes fueron detenidos en su modestísima vivienda de Xochimilco días después de que estallaran los famosos petardos de las FARP. Los delitos que les adjudicaron fueron los siguientes:

"Daño en propiedad ajena", "transformación de artificios", "terrorismo", "posesión de cartuchos", "posesión de armas", "almacenamiento de artificios" y "violación a la ley de delincuencia organizada". La primera acusación, la del "daño en propiedad ajena" por los efectos que produjeron los petardos el 8 de agosto de 2001 en las oficinas de los Banamex, no consta en el auto de formal prisión pues de desvaneció por falta de pruebas.

La segunda, "transformación de artificios", fue la que dio origen a la detención de los muchachos, los cuales fueron torturados durante más de 12 horas para que firmaran una declaración autoinculpatoria. Como lograron resistir y no pusieron su rúbrica en papel alguno, el juez los exoneró de este cargo, igualmente, al dictarles la formal prisión. En cuanto a lo de "terrorismo", el delito se desvaneció como los dos anteriores, y pasó lo mismo con la "posesión de cartuchos", porque la policía no demostró la existencia de éstos. Así pues, de las siete acusaciones originales, sólo quedan tres, pero existe una contradicción jurídica entre la cuarta y la quinta.

En la quinta, "posesión de cartuchos", la abogada de la defensa, la incansable Bárbara Zamora, señaló que "si bien la PGR afirmó que en las actas de cateo se detallaban las armas y el supuesto equipo, no se cumplió con la ley (...) porque no se etiquetaron las armas ni los cartuchos, ni se acompañaron de la firma de testigos, por lo que el procedimiento carece de valor jurídico". El juez aceptó esta observación y retiró el cuarto delito pero, por asombroso que parezca, la mantuvo intacta en el quinto -"posesión de armas", que según la defensa fueron "sembradas" en número de seis, cantidad mínima que exige la ley para configurar ese cargo-, y en el sexto, "almacenamiento de artificios", si bien los peritajes demostraron que los hermanos Cerezo poseían "artefactos pirotécnicos de elaboración artesanal", se trataba de cuetes y palomas "de poca calidad y fáciles de conseguir en el mercado nacional".

Condenados el 10 de diciembre de 2002 a 13 años y medio de prisión, los hermanos apelaron de la sentencia y obtuvieron una reducción de la pena a la mitad, pero no pueden salir bajo fianza debido a que el séptimo delito que les echaron encima, "violación de la ley de delincuencia organizada", es de los llamados "graves". Pero de acuerdo con los códigos vigentes, este cargo sólo se determina bajo tres modalidades: secuestro, narcotráfico y terrorismo, y como éste, "terrorismo", lo rechazó el juez de primera instancia, no existen razones legales de ninguna índole para que continúen tras las rejas.

Siete meses atrás, Bárbara Zamora solicitó el recurso de amparo para que los muchachos recuperen su libertad, pero el tribunal que debe resolver el expediente está demorando su dictamen porque, en opinión del Comité Hermanos Cerezo, que fue constituido para defender a estos estudiantes universitarios, el Estado los mantiene como rehenes para que tarde o temprano se acerque a ellos el profesor Cerezo Quiroz y puedan detenerlo en la hipotética calidad de "jefe máximo" del EPR.

Con su conducta ilegal en el caso Cerezo Contreras, con su silencio cómplice ante las redadas y las inhumanas torturas que sufrieron muchos jóvenes altermundistas el 28 de mayo en Guadalajara, seis de los cuales todavía están presos -horripilante episodio que acaba de ser repudiado por Amnistía Internacional-, y con las redadas cometidas arbitrariamente en San Juan Ixtayopan, donde la Agencia Federal de Investigación detuvo sin duda a no pocos inocentes, entre ellos un mecánico de aviación, el "gobierno" del cambio que nunca llegó, a pesar de lo cual el Presidente de la República dijo el miércoles que "todos contamos ya con salud, educación y vivienda", está consiguiendo que cada día un poco más la palabra "foxismo" se parezca a "fascismo".

Y este es un hecho que todos debemos tomar muy en cuenta: para acusar de terrorismo a los hermanos Cerezo, la PGR afirmó que éstos tenían materiales que los "vinculan ideológicamente" con la guerrilla. Argumento sustentado en que los jóvenes adornaban su pobres muros con carteles del Che Guevara y guardaban en sus libreros textos del subcomandante Marcos.

Apoyo a Froylán Yescas


Hoy cumple 15 días en huelga de hambre Froylán Yescas, quien recibirá esta mañana el apoyo de diversas organizaciones ciudadanas en su campamento frente a la Cámara de Diputados, donde exige con su sacrificio que el país reflexione y cese la degradación de la vida política, se encamine a una transmisión pacífica de poderes en 2006 y se abandone la pretensión de desaforar a López Obrador.

[email protected] y http://www.plandelos3puntos.org

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