México D.F. Viernes 19 de noviembre de 2004
El grupo Nesh-Kala presenta disco y dvd
Rescate de ritmos y cantos prohibidos por la Inquisición
La del virreinato en la Nueva España fue una época que muchos imaginan totalmente oscura: la Iglesia todopoderosa, una atmósfera de terror permanente, el pueblo siempre inmovilizado por las ropas pesadas y el temor de Dios.
Y aunque algo de cierto tiene esa idea, también hubo una faceta gozosa, irreverente y lúdica en el pueblo de aquel entonces que ni la Santa Inquisición pudo borrar.
Tal es el mensaje y el objetivo del grupo de música Nesh-Kala: rescatar de los archivos antiguos los cantos y ritmos que la Inquisición consideraba ''pecaminosos" y revalorarlos en su dimensión literaria y musical.
Conformado hace 12 años, este conjunto tuvo desde el principio la inquietud de sacar a la luz el Index Prohibitorum de la Iglesia en tiempos novohispanos. Para lograrlo, buceó en los mil 500 volúmenes que sobre la Inquisición existen en el Archivo General de la Nación, el acervo más completo de su tipo en América Latina.
La labor de investigación se llevó un año y el resultado es un compendio de canciones populares de los 300 años de la Colonia en la Nueva España.
Pero no sólo hay aquí lo que bailaba y cantaba ''la broza, la gente común". También hay historias de amores prohibidos dentro del clero, como el del fraile que vivió 10 años dividiendo su alma entre Dios y una mujer, antes de delatarse a sí mismo ante el Santo Oficio, agobiado por la culpa; o el del sacristán que aprovechaba la confesión para pedir amores (más bien explícitos) a una bella mulata.
''Mediante estas letras prohibidas el pueblo expresaba su inconformidad por la represión. Son muy críticas del sistema religioso y son al mismo tiempo muy chuscas y eróticas, con doble sentido.
''Por ejemplo, el chuchumbé, el ritmo que los esclavos negros trajeron a Veracruz, en el primer verso dice: 'En la esquina está parado un fraile de La Merced, con los hábitos alzados, enseñado el chuchumbé', cuenta Irma Zamudio, integrante del grupo.
Esta pieza ''demoniaca" acumuló 11 denuncias. Pero igual así llegó a la ciudad de México y luego a Acapulco, atravesando el país de costa a costa, de boca en boca. El ritmo era tan pegajoso, que inclusive un organista de iglesia lo tocó en una misa de Navidad, lo que le acarreó severos regaños de sus superiores.
A pesar de los edictos de prohibición y el espionaje de los llamados familiares (laicos que servían de ''orejas" para la Iglesia) los versos se propagaban y nunca hubo manera de castigar a nadie: los cantos y bailes eran de todos y de nadie, del dominio popular. Y así crecían y se modificaban con el tiempo, sin desaparecer.
Con Irma Zamudio en los coros, el violín y la flauta; Daniel Contreras en la guitarra y la voz; Luis Mondragón en las percusiones, y Eduardo Becerril en el bajo y los coros, Nesh-Kala (Purificando el tiempo, en maya), presenta su disco y dvd Música prohibida por la Inquisición.
La cita es hoy a las 1as 18 horas en el Museo Nacional de Culturas Populares (avenida Hidalgo 289, Coyoacán). Entrada libre. FERNANDO CAMACHO SERVIN
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