.. | México D.F. Miércoles 20 de octubre de 2004
El joven operario de una fábrica de estufas venció a su oponente en unos cinco minutos
Marcos Benavides fue el triunfador del concurso anual de albures en Pachuca
JAIME WHALEY ENVIADO
Pachuca, Hgo., 19 de octubre. De aspecto engañoso, a sus casi 30 años, Marcos Benavides parece un chamaco y más cuando se le escucha la retahila de palabras de doble sentido con las que batió a su enemigo la noche del viernes pasado sobre el rojo encordado de la Arena la Afición, cuando se impuso limpiamente para llevarse el primer lugar del concurso anual de albures.
Luego de un combate verbal que se extendió por casi cinco minutos, Benavides, operario en la fábrica de estufas Mabe, fue declarado ganador en el antiguo arte de alburear en esta contienda que cada año tiene lugar en esta población minera, pues son los mineros aquellos que mantienen viva esta tradición de sobajar al prójimo, mas no de forma soez, sino un poco con violencia coloquial, con doble sentido, cuya interpretación se les deja a aquellos avezados en la sicología.
Casi una veintena de concursantes -18, para ser precisos, incluidas dos mujeres- concentraron sus esfuerzos de esgrima verbal y agilidad mental ante un auditorio de 2 mil 200 personas, la capacidad del viejo galerón en el centro de la capital hidalguense, con el concurso de un ciudadano distinguido de la entidad, el cómico Sergio Corona, antiguo pulquero y alburero confeso.
"Aprendí esto (albures) cuando tenía 16 años y administraba el tinacal de un tío en Apan", señaló Corona, moderador de la velada, a quien la carencia de pelo lo convirtió en un pelón, el que hacía guantes.
Ya con ingenio, ya predecibles, el doble sentido, elemental o elaborado, inundó por un par de horas la arena para solaz de la concurrencia y estuvo presente en todo, pues desde los pósters, un chile entre tenedores, hasta las cartas solicitando la presencia del público, "si tiene usted hermanas denme la oportunidad de invitarlos...", contuvieron mensaje presto para una doble interpretación.
Las reglas, fijadas por la Fundación Arturo Herrera Cabañas, organizadora del acto, son muy claras no vale insultar al contrincante ni utilizar palabras soeces, quien lo haga quedará automáticamente descalificado; se requiere temple y carácter para no dejarse herir por lo expresado. Asimismo, quedan eliminados quienes no contesten el albur en cinco segundos, o repitan alguno.
Benavides, quien desde hace un par de años tenía el gusanito, no adentro, sino de participar salió temprano de su casa en el valle de Chalco, faltó a su trabajo, tomó el autobús y se presentó a las puertas de la arena, decidido, con un "vengo a concursar", se registró y al cabo de 120 minutos tenía ya en la bolsa el premio principal, 10 billetes de a 500 pesos.
"Como que no di el ciento por ciento", señaló. "Hay que manejar los verbos, hay que acomodar las frases a favor de uno." Y agregó que aunque no lee mucha poesía, el albur contiene rima, "lo que obliga a trabajar la mente para que se oiga bonito. También hay que descifrar las metáforas".
Donaciano Pérez Gamero, fue el ocupante del segundo lugar y seguramente, en el futuro, cuando se tope con Benavides, bien le podrá decir: "yo contigo en asuntos de albures no compito, pues acabas siempre por torcerme". |