La situación de los campesinos es grave, advierte el especialista Ignacio Chapela

La agricultura industrial, causa de la erosión genética del maíz mexicano

Se debería pagar al país por su diversidad del grano y haberla mantenido, considera

ANGELICA ENCISO L.

El reconocimiento de que el maíz para México es parte de su cultura más que un grano forrajero, y las diferencias que existen entre los campesinos mexicanos y los de Estados Unidos y Canadá, es uno de los aspectos más relevantes del informe Maíz y biodiversidad que realizó la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte (CCAAN), sostuvo el especialista Ignacio Chapela.

El investigador, que junto con David Quist descubrió la presencia de maíz transgénico en los cultivos tradicionales de la sierra norte de Oaxaca en 2001, y que desde entonces enfrentó una campaña de desprestigio internacional, presuntamente financiada por las empresas productoras de transgénicos, expresó que las recomendaciones de la CCAAN implican, sin decirlo, a la agricultura industrial.

A raíz de que Chapela publicó su estudio sobre el maíz transgénico en la revista científica Nature, enfrentó refutaciones a sus investigaciones, pero lo esencial, que es la presencia del transgénico en las siembras de la Sierra Juárez, ha sido corroborado por todos los especialistas.

Entrevistado vía telefónica, el investigador de la Universidad de Berkeley agregó que la situación de los campesinos mexicanos es un problema grave y nadie ha dado atención al hecho de que se les exigiera competir con los industrializados de Estados Unidos, lo cual es imposible.

Consideró importante que el documento resalte la importancia de las diferencias del cultivo de maíz en la región y es claro que a México se le debería pagar por su diversidad del grano -hay 56 razas de maíz- y por haberla mantenido. "El reporte es interesante porque saca todos estos detalles a luz, lo cual es lo que ocasiona la queja de Estados Unidos".

Aseveró que también es relevante que se considere que la agricultura industrial ha causado la erosión genética del maíz y en las sugerencias de la CCAAN se dice que "debemos repensar qué tanto esta agricultura daña la diversidad de México, que finalmente es el banco de la diversidad para el mundo".

Agregó que en Estados Unidos el tema ni siquiera se discute, pero está considerado como de seguridad nacional porque lo maneja el Departamento de Estado. Para ese país es clara la intención de convencer a las naciones de que no hay problemas con esta tecnología porque la mayoría de la industria agrobiotecnológica se encuentra ahí. La inversión que esa industria ha realizado en 25 años es de alrededor de 220 mil millones de dólares, lo cual les ha redituado en muy poco.

En tanto, Greenpeace demandó que antes de aprobarse la Ley de Bioseguridad en la Cámara de Diputados, los legisladores tomen en cuenta las recomendaciones sobre maíz transgénico que hicieron los científicos a los gobiernos de la región.

Por su parte, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales informó en un comunicado que "coincide con la preocupación expuesta por diferentes grupos sociales respecto el uso responsable y cuidadoso de los productos transgénicos". Aunque aseguró que el informe se divulgará en la página de Internet de la CCAAN el 13 de noviembre, este organismo informó que en esa fecha el consejo de la comisión -integrado por los ministros de medio ambiente del TLCAN- daría a conocer si se divulga el documento.

Ayer Greenpeace entregó a representantes de organizaciones y a comunidades campesinas indígenas de Oaxaca ejemplares del informe de la CCAAN, el cual "es el más importante a nivel mundial que hasta ahora se ha hecho en relación con el impacto de los transgénicos en el centro de origen de un cultivo, y que los gobiernos de Estados Unidos, México y Canadá intentaban ocultar a la sociedad".