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México D.F. Martes 31 de agosto de 2004

El líder de Convergencia advierte riesgos de violencia si no se logra la conciliación

Fox perdió la oportunidad de consolidar la transición democrática: Dante Delgado

Reconoce que los partidos y los actores políticos se hallan "totalmente desprestigiados"

CLAUDIA HERRERA BELTRAN

El presidente Vicente Fox pasó a la historia como el mandatario de la alternancia, pero falló en la operación para construir la transición democrática en México. Las instituciones del sistema político siguen intactas y operan con las viejas reglas, a pesar de que la sociedad está cansada del modelo arcaico, afirma Dante Delgado Rannauro, fundador del partido Convergencia, del que es candidato a gobernador de Veracruz, en coalición con PT y PRD.

dante_delgado_dd01El ex priísta hace una pausa en su campaña electoral y analiza la administración foxista y el papel que las fuerzas políticas han desempeñado en esta etapa. Admite que los partidos y los actores políticos están "totalmente desprestigiados" y ad-vierte riesgos de violencia si no se logra la conciliación.

"Espero que no sea un indicio el año 2010, que haya necesidad de que, como la historia nos lo está enseñando, los cambios esenciales del país sean cada cien años", refiriéndose a la Independencia y a la Revolución Mexicana.

Aunado a ello, plantea, el gobierno federal enrareció el clima de conciliación con la embestida contra el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, a partir de la pretensión de su desafuero, que -dice- si se aplicara parejo pondría en capilla a varios gobernantes, incluyendo al presidente de la República.

El abanderado de Unidos por Veracruz se muestra cauteloso, prefiere "no personalizar" cuando se le pregunta sobre las alianzas entre partidos con plataformas divergentes, e insiste en que Convergencia ha sido congruente con su ideario. Lo hace en momentos de definición: busca ser nuevamente gobernador de Veracruz (sustituyó a Fernando Gutiérrez Barrios de 1988 a 1992, cuando éste fue nombrado secretario de Gobernación en la administración de Carlos Salinas de Gortari). Convergencia se juega su futuro en el proceso electoral del próximo 5 de septiembre, en una entidad que es su cuna y principal bastión.

Este abogado de 53 años, originario del puerto de Alvarado, ha sido diputado federal, embajador de México en Italia, secretario de Organización del PRI y procurador agrario. En 1997 rompió con el PRI y fundó Convergencia por la Democracia. Después fue encarcelado durante 15 meses acusado de peculado y abuso de autoridad. Salió libre porque los delitos que se le imputaron habían prescrito.

Con la visión de un político que transitó de un color partidario a otro y que ha logrado convertirse en fuerza política bisagra en el mapa político, Dante Delgado desmenuza, en entrevista, algunos aspectos de este periodo de gobierno.

Asegura: "Fox pasó a la historia como el presidente de la alternancia, y eso es algo que lo significa, porque tuvo el valor de sacar adelante ese proyecto. A mí me hubiera gustado que no nada más fuera el presidente de la alternancia, sino el de la transición. Pero ese papel no lo jugó en sus botas".

Y lo atribuye, en parte, a que Fox no llegó con un acuerdo político previo, que -recuerda- era el que se buscaba alcanzar en 2000, cuando se pretendió construir una alianza de todas las fuerzas de oposición para llegar así a una transición pactada.

En razón de ello, indica, para el Presidente y su partido (Acción Nacional) ha sido particularmente difícil concertar acuerdos con un PRI que no pretende que le vaya lo mejor posible a Fox, sino recuperar la Presidencia de la República.

Además, explica, el mandatario nacional no contaba con una experiencia sólida para poder articular un ejercicio de negociación política para impulsar su propuesta. Esto, añade, trajo en consecuencia que en una primera etapa hablara festivamente de su gabinete y presentara coordinaciones por sectores que al año fueron desmanteladas.

"Y estos tipos son los que han ido frenando la posibilidad de concertar hacia fuera, porque inclusive hacia adentro hubo problemas", acota.

Cuando se le pregunta en qué medida han pesado los intereses de los partidos políticos para impedir los acuerdos, señala que el problema de fondo es cómo se conciben: "Si digo 'éste es mi proyecto' y pido que para que haya acuerdos los otros se sumen a mi propuesta, no hay concertación, sino simplemente la solicitud de suma y de adhesión, y así no se construyen los acuerdos ni aquí ni en ninguna parte".

Por estas actitudes, afirma, los partidos y los actores políticos están totalmente desprestigiados en México y en muchas partes del mundo. Sin embargo, matiza, son el vehículo que establece la Constitución para el relevo de las instituciones públicas.

Atribuye este desprestigio a que las fuerzas políticas no están tomando las banderas de la sociedad, sino siguen aferradas a los conceptos tradicionales de la política mexicana.

-¿Se pueden sentir satisfechos los políticos con los altos índices de abstencionismo en los procesos electorales y la idea que prevalece en la sociedad de que son corruptos y sólo buscan vivir del presupuesto?

-Lo único que puedo decir es que frente a un viejo régimen que no se actualiza, que no establece reglas nuevas, va a haber un descrédito permanente para todos los actores y partidos políticos. Lo que tenemos que hacer es transparentar todo, y eso va a ser muy favorable para el país, inclusive para que haya una revalorización de la política.

-¿Hasta dónde los partidos políticos estarán dispuestos a hacer estos cambios?

-El problema son las vanidades de poder, y si las hay no vamos a llegar a ningún lado. Hay unos que lo hacen por interés de posicionamiento presente; otros que lo pretenden por interés de posicionamiento futuro y otros que creen que mientras les vaya bien a ellos es suficiente.

-Pero ésa es una visión egoísta.

-Es egoísta y primitiva. Es parte de nuestra idiosincrasia, y precisamente lo que debemos hacer es generar una nueva cultura, porque hasta ahora lo que estamos haciendo es posicionar a diferentes actores, pero con los mismos instrumentos basados en un poder disfuncional para la sociedad.

Las nuevas reglas de la política

Frente a esto que llama viejas formas de hacer política, propone reglas diferentes, que sean discutidas no sólo por los actores políticos, sino también por diversos sectores de la sociedad.

Entre estas propuestas, señala que conviene modificar el calendario electoral para evitar que el país esté envuelto de manera permanente en comicios, así como acotar la figura presidencial, instituir la revocación del mandato, poner fin al financiamiento público de los partidos políticos y regular los tiempos en radio y televisión.

México, explica, no puede darse el lujo de tener 72 procesos electorales cada seis años. Plantea, por ejemplo, que el primero y el último años del sexenio no se efectúen procesos electorales, porque eso estropea cualquier posibilidad de alcanzar un acuerdo político.

También está en favor de revisar la institución presidencial: "No soy de los que piensan que debemos tener un presidente débil, porque el régimen que nos hemos dado es presidencialista; pero sí un presidente acotado, que tenga que someterse a reglas de control y contrapeso más firmes".

-El Presidente se queja de que el Congreso lo tiene acotado.

-Son dos cosas diferentes. El gobierno quería, al amparo de las viejas reglas, tener mayoría en el Congreso, nada más que la sociedad dijo que no; querían operar con el proyecto de carro completo, nada más que el electorado no lo aceptó. Por eso digo que siguen intactas las instituciones, y no porque todas se tengan que cambiar, sino que conviene modificar las que son disfuncionales para la sociedad.

Una propuesta más de Delgado consiste en cancelar el financiamiento público a los partidos políticos. En opinión del veracruzano, este esquema ha generado una desproporción económica en perjuicio de los partidos nuevos y sólo favorable a una burocracia electoral.

En lugar del financiamiento público pugna porque los partidos políticos reciban aportaciones de diversos actores de la sociedad, pero obligándolos a hacer transparente la forma en que obtienen sus ingresos.

Se le cuestiona qué tanto éxito puede tener un esquema así, considerando antecedentes como el caso de Amigos de Fox. Se trata, dice, de establecer reglas y no excepciones, que además deben ser sancionadas enérgicamente por la autoridad, incluso llegando a la revocación del registro del partido.

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