.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
La Jornada Michoacán
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones
Obituario

P O L I T I C A
..

México D.F. Sábado 14 de agosto de 2004

Ilán Semo

Nueva (y vieja) política mexicana

El término "cambio" ha pasado en los últimos años por las figuraciones y desfiguraciones que aguardan a toda noción que ingresa en las aguas impredecibles de los usos y abusos de la fabulación política. Su historia reciente es la de un horizonte ambiguo que gravita entre la propaganda y la realidad. Sus alusiones son tantas y tan contradictorias que cualquier intento de precisarlo ya resulta inverosímil. Después de las elecciones de 2000 cambio significa: un horizonte de expectativas que desbordan una historia escrita invariablemente con la tinta de la predecibilidad; un cúmulo de esperanzas reprimidas o contenidas que allanan el camino a un país que busca, sin saber necesariamente cómo, las vías elementales de su modernidad; la visión del pasado como lastre y del futuro como apuesta incierta; una licencia de mayoría de edad democrática; también el temor a despedirse de una historia sin contar con los asideros esenciales para visualizar una nueva sociedad. Gradualmente, el término y sus usos fueron empobreciéndose. O mejor dicho: el gobierno que lo elige como logotipo de la nueva era, un grupo extraño y desconocido de gerentes y administradores que provienen de Guanajuato en su mayoría, lo va empobreciendo.

A cuatro años de distancia del año 2000, y reducido a un guiño de una oferta que acaba reduciéndose más allá de cualquier tinte de un futuro mínimamente eficiente, el cambio adquiere connotaciones de una realidad que resulta tan ambigua y compleja que sus pretensiones se reducen a esa típica versión de la historia nacional donde domina la máxima del "mal menor" . En 2004, "cambio" denota una vaga línea de consideraciones sobre el punto de arranque de un proceso incierto, un recuento de oportunidades una vez más pospuestas, un balance espinoso de promesas por valorar y una contemplación aún más ambigua (y curiosamente más enardecida) del pasado.

Pero si lo entendemos más como un término sociológico o simplemente descriptivo que como una consigna de campaña o un catálogo de lamentos, el cambio es sin duda alguna lo que distingue la dirección, el sentido y el ritmo de las transformaciones que han afectado a la política nacional en los últimos cuatro años.

Como en todo proceso de esta envergadura, el proceso de transición democrática reúne elementos de continuidad, con un pasado que cada día se antoja menos habitable, y elementos de ruptura evidentes que hoy parecen desbordar cualquier afán de volverlos efectivamente intelegibles y modestamente gobernables. Lo viejo y lo nuevo se entralazan de tal manera que sus saldos no dejan de sorprendernos día a día, y que causan ese espíritu espasmódico que va de la algarabía a la decepción y viceversa. Y el acumulamiento de sorpresas llega incluso a agotar la legitimidad de la sorpresa misma.

Una de las transformaciones más visibles que parece provocar el giro de 2000 es lo que, muy esquemáticamente, se podría definir como el cambio del paradigma de la política nacional. Sin duda, suena a cliché. Pero a veces los clichés ayudan, así sea para arrojar un highlight sobre un fenómeno que a primera vista aparece como un cúmulo de ensayos tan primitivos, confusos y difusos, que apenas permite ser vislumbrado.

Grosso modo, el régimen priísta fincó su legitimidad sobre un orden político en el que la izquierda y la derecha pertenecían al entorno de un sistema que se erigía en juez, pedagogo y policía de ambas franjas que componen el espectro político moderno. El centro se hallaba por encima de ambas definiciones y podía pendular hacia una u otra sin capitalizar las desventuras de la definición misma. El centro lo era todo. Lo era en la práctica y en el imaginario. En el entorno del sistema, izquierda y derecha podían llegar a coincidir frecuentemente, sobre todo en los reclamos de democracia y libertades civiles, y obtenían su definición de la relación que mantenían con el centro y no de su conflicto directo.

A partir de 2000, lo que emerge gradualmente es una bifurcación de la política nacional que no admite centro alguno, con excepción del que se requiere para asegurar la estancia en el gobierno. El centro se deshabita y es el conflicto lo que pasa a habitarlo.

Esta configuración política, más cercana a la historia (también tumultuosa) europea que a la estadunidense, ha ido inutilizando a ese estilo que aseguraba su legitimidad dando golpes de vez en cuando a la izquierda y de vez en cuando a la derecha, inclinándose hacia un lado y hacia otro según los requerimentos del momento.

Aun cuando se trate de simples aglomerados, izquierda y derecha han pasado a dominar el centro de la actividad política barriendo con imaginarios, culturas, costumbres y prácticas fundadas en la habilidad de hallarse por encima de ambas. Y se trata de una configuración que (1867 es la última vez que se recuerda un fenómeno parecido en el horizonte mexicano) convierte al pluralismo en el punto de partida de toda política, local y nacional. En este sentido, la labor de la transición mexicana ha modernizado al país más que todos sus protagonistas individuales en su conjunto, que parecen sumidos en la nostalgia de un pasado en el que ganaba quien podía construir (por consenso o por violencia) un centro capaz de volver las diferencias hecho indiferente

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm

Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Coordinación de Publicidad
Tels: (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00 Exts: 4900 y 4104

Email
Coordinación de Sistemas
Teléfonos (55) 91 83 03 11 y 91 83 03 77

Email

  © Derechos Reservados 2003 DEMOS, Desarrollo de Medios, S.A. de C.V.
Todos los Derechos Reservados. Derechos de Autor 04-2003-08131804000-203.
Prohibida la reproducción total o parcial del contenido sin autorización expresa del titular.
El título y contenido se encuentran protegidos por la legislación de la materia en la República Mexicana.