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P O L I T I C A
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México D.F. Viernes 13 de agosto de 2004

ASTILLERO

Julio Hernández López

El castillo embrujado

Decepciones y enojos
Rencores y venganzas
Periodismo incómodo

A UNAS SEMANAS del cuarto informe de cogobierno, la pareja real pareciera estar afectada por un fuerte maleficio político. No sólo mantienen los enamorados el récord de que, desde el poder, casi nada de lo que han pretendido les ha salido bien, sino que ahora se van deslizando por un tobogán en el que socarronamente se aferran a creer que ascienden (ejemplos de esos despropósitos llenos de virus que Los Pinos cree saludables logros: el avance en el proceso de desafuero del adversario en punta, el acomodo de estadísticas a conveniencias discursivas, las dosis diarias de optimismos oratorios a contrapelo de la terca realidad, la jactancia de reconocimientos internacionales balines o sin contexto o mal entendidos, la aprobación de reformas legislativas generadoras de sublevaciones; las victorias de Pirro, pues).

PERO HAY ALGO AUN más grave: a pesar del diario ejercicio escenográfico de poner buena cara a los malos tiempos (o justamente a causa de esas exigencias actorales, que luego de ser cumplidas llevan a los histriones a abatimientos y enojos) el ánimo del matrimonio gobernante pareciera haber caído en una hondura donde se mezclan impotencia, incomprensión, traiciones, crítica y el avistamiento inevitable de un fin adelantado de sexenio con su carga de cuchillos largos que desde ahora se encaminan hacia el tándem de El Bajío, pero también y de manera muy anunciada contra algunos de sus muy beneficiados familiares, en especial hacia los hijos de la Reyna Madre.

ESE CAMBIO EN EL ánimo de la pareja presidencial salta a la vista aunque las sonrisas, el desparpajo y el chistorete sigan siendo fórmula básica de sus andanzas públicas. La comedia suena más a tragedia conforme los ejecutantes tratan de convencer a su público de que las rutinas de divertimiento son genuinas y que no han sido afectadas por sus dolencias personales. El miembro varón (šoh! por cortesía de Protanga) de la sociedad conyugal parece cada vez más amargoso en ciertos temas que le causan increíble obsesión, como el del gobierno capitalino, a cuyas obras viales, segundos pisos, cadenas humanas y problemas en general busca referirse en un tono que deja traslucir envidia, odio y un posicionamiento de inferioridad (šsiendo él quien preside el país!) que busca permanentemente cuando menos emparejarse con su detestado rival.

LA DAMA SIN CANDIDATURA pudiera, sin embargo, estar bajo asalto de peores resentimientos que el buenazo de su marido. A fin de cuentas, Chente puede en verdad aspirar a irse en 2006 al rancho guanajuatense, con la convicción de que habría pasado a la historia (es de suponerse que él, alegremente, pensará que con un juicio final positivo) y de que desde Los Pinos hizo lo que pudo para cambiar una realidad inamovible. Pero Martita no tiene esos consuelos y sí un enojo creciente al ver que una carrera política que ella creía imparable fue frenada (injustamente, ha de pensar ella) y que ahora, cier-ta-men-te, su futuro menos peor estaría en la placidez bucólica sancristobalense (y no en juzgados y cárceles). Lo grave de esta historia de fin adelantado de sexenio es que esa porción femenina dominante tiene una gran influencia sobre el individuo teóricamente responsable de tomar decisiones en el país, y que los resentimientos y los deseos de venganza tienen a su servicio a las instituciones de la República.

EN ESE CAMINO DE desquiciamiento pueden maquinarse mil equívocos trascendentes. Desde el sueño de nuevos partidos amigos en los que resurjan las aspiraciones políticas propias, con la presupuestalmente consentida Elba como punta de lanza de una resurrección de falsos feminismos revanchistas, hasta el cobro adelantado de facturas a quienes ya no habría tanto qué tolerar, por ejemplo los periodistas críticos y, en especial, los de los medios escritos. Ayer, por ejemplo, un grupo desayunó con el reportero José Martínez para expresarle solidaridad ante indicios de espionaje y acoso de los que ya ha demandado formal indagación judicial (Martínez ha escrito biografías de Carlos Hank, Carlos Slim y Elba Esther Gordillo, y trabajos de investigación como el más reciente de sus libros, Corrupción de Estado, Conaliteg-Vamos México).

OTRO EJEMPLO DE LA nueva intolerancia imperial ha alcanzado a Guadalupe Loaeza, cuya punzante pluma ha entregado como más reciente obra Simplemente Martita, implacable retrato de las ambiciones pero también de las limitaciones de quien ha soñado con presidir México cuando no pudo hacerlo en Celaya. Casi un mes atrás (el 16 de julio) Diego Antoni fue despedido de su trabajo de asesor en el secretariado técnico del gabinete social de la Presidencia porque hubo quienes pensaron que era incompatible ocupar un cargo institucional en la actual administración y ser hijo de Guadalupe Loaeza. Antoni ha desarrollado una vida profesional y política propia, de tal manera que, habiéndose definido cívicamente en apoyo al foxismo desde antes que llegara al poder, le pareció satisfactorio ser invitado por los buscadores de talentos para que por méritos propios ocupara un cargo en el naciente gobierno. Hasta allí le alcanzaron los enojos de la persona a quien todos los involucrados en el despido mencionan como la organizadora de revanchas (incluyendo a funcionarios de alto nivel, que se desmarcan bajo promesa de no dar su nombre): "Simplemente Martita", nadie más ordenó ese despido, aunque formalmente el verdugo haya sido Eduardo Sojo, jefe de la oficina de Políticas Públicas de la Presidencia.

LA INSTALACION DE LOS rencores acumulados como política de gobierno podría convertir Los Pinos en una casa de espantos, en un castillo embrujado. Pocas cosas buenas puede hacer la pareja presidencial en el poco tiempo útil de gobierno que le queda (ha consumido ya dos terceras partes). Es de desearse que una de ellas sea la de mantener un verdadero respeto a la crítica y al ejercicio periodístico independiente del poder (o, cuando menos, no castigar a nadie por lo que sus familiares o amigos escriban).

MIENTRAS, YA SABEN: šfeliz fin de semana! Aquí nos encontraremos el próximo lunes.

Fax: 5605-2099 [email protected]

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