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México D.F. Domingo 6 de junio de 2004

ANDANZAS

Colombia Moya

Por qué el ballet ruso

TODA VEZ QUE la cuna del ballet se ubica en Italia con el inicio de sus famosos ballet y mascaradas espectaculares, como una evolución de las danzas palaciegas o cortesanas, con la no menos notable influencia de danzas campesinas, y populares, de donde se derivan las palabras ballo, balleti y ballet; la transmigración cultural sucedida desde el siglo XV y XVI por toda Europa, alimenta y recoge a su vez las características locales de cada región y país donde esta poderosa expresión danzable del espíritu humano se transforma en un gran espectáculo; es el vehículo de un nuevo arte sin limite que desde sus inicios aglutina la música, las formas, el color en el espacio, con el poder que sólo el cuerpo humano transfigurado y viviente puede producir.

FUE TAL SU desarrollo y esplendor que rayó en la soberbia, y por largos periodos de la historia vivió en su propia torre de marfil, perdiendo su trama esencial con la sociedad en la vitrina del gran espectáculo refinado y perfecto, y que hoy, como desde finales del siglo XIX y principios del XX, números artistas han tratado de liberarla y asimilarla de nueva cuenta al palpito del corazón de la gente a través de otros principios, técnicas y concepciones del mundo y la vida.

POR QUE EL ballet ruso, tan ruso en sí mismo a pesar de que está hecho de pedacería de aquí y de allá, sobrevive como un ave espléndida y maravillosa, delicada y costosa. Por qué los rusos, con una de las revoluciones más poderosas del mundo, mantuvieron su gusto por el ballet, sus principios, fantasía y origen indiscutible, sus príncipes y cortesanos, villanos y brujos maléficos, alentando siempre en su público lo que la revolución bolchevique abatió hasta sus cimientos: la aristocracia, la nobleza, en aquel paroxismo fanático que aún la adorable Isadora Duncan no pudo hacer mucho en su escuela de Moscú y sus nuevas ideas sobre el arte de la danza.

EL BALLET RUSO se hizo ruso luego de la visita de multitud de artistas italianos de la opera y sus piezas danzables, de bailarinas profesionales famosísimas como Carlota Brianza y toda una pléyade de bailarines músicos y cantantes que llenaban los teatros imperiales por aquella vieja aspiración del Zar Pedro el Grande de "europizar" la bárbara Rusia, no sólo con arquitectos, artesanos, músicos y compositores. La Zarina llevaba a los huérfanos de los orfanatos de San Petersburgo a aprender el arte del ballet con aquellos maestros venidos de Francia e Italia contratados para la flamante escuela imperial donde se forjo una tradición y repertorio que invadió al mundo, con aquellas obras maestras siempre latiendo en los corazones de los pueblos, pobres y ricos, chicos y grandes.

POR ESO, CUANDO vemos en esta ciudad compañías como la que no hace mucho se presentó en el Auditorio Nacional -el ballet de Kiev del teatro nacional de Ucrania con La Bella Durmiente, gracias a los buenos oficios de Ars Tempo y diversas instituciones que no han dejado de apoyar la cultura de manera notable en los últimos tiempos y que prueba el gran papel que aun pueden hacer en este terreno-, una no deja de comprender porqué este tipo de obras Tchaikovsky-Petipa-rusos, es una ecuación que, culturalmente, produce oro molido, pues estamos viendo ciento y tantos años después la joya, la conjunción de valores académicos, artísticos, literarios, emocionales y estratégicos que son capaces de producir una compañía de tal calibre; el ballet de Kiev reúne todas estas proezas bajo la dirección de un otrora extraordinario bailarín del Bolshoi, Viktor Yeremenko, de los pocos en haber podido presentarnos aquel esclavo del ballet de Sherezada, que fuera una de las glorias de Vaslav Nijinsky.

AUN HABIENDO DIVERSAS compañías "contemporáneas" en Rusia, el fenómeno de lo contemporáneo parece aun no dárseles, como cuando hicieron La amapola roja en los años 40, a raíz de la Segunda Guerra Mundial, en un intento por contemporizar el Ballet Ruso.

LOS RUSOS SIGUEN amando y venerando, y lo harán por siempre, su ballet tradicional, porque es muy de ellos, es perfecto, porque el alma rusa es delicada y ama la belleza y la perfección a que han llegado en el desarrollo milagroso de la anatomía humana, en la interpretación escénica precisa entre la pantomima tradicional y la proyección emocional, en su asombrosa disciplina que hace parecer a 50 artistas un solo cuerpo, por todo esto y más, son lo que son en la danza.

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