México D.F. Domingo 6 de junio de 2004
La influencia fue recíproca, no unidireccional,
asegura la arqueóloga Josefa Iglesias
Experta descarta hegemonía de Teotihuacán
sobre el área maya
Esta posición confirma y amplía la existencia
de una polémica entre académicos sobre el tema
ARTURO JIMENEZ ENVIADO
Palenque, Chis., 5 de junio. Teotihuacán
sí fue una gran civilización y un Estado poderoso, pero la
presunta enorme influencia que ejerció hacia culturas del sur, como
las del área maya, ha sido puesta en duda.
La relación de Teotihuacán con los mayas
es vista por la arqueóloga española Josefa Iglesias más
como una "interacción" que como una "dominación"; fue afirma,
más una presencia que una influencia avasalladora; algo recíproco,
no unidireccional.
Iglesias habla en entrevista luego de presentar su conferencia
Poblaciones prehispánicas en movimiento: la presencia teotihuacana
en Tikal, con la que se constata la existencia de una polémica académica
que está por ampliarse.
Por un lado está una voz mayoritaria que da por
sentada una fuerte influencia de Teotihuacán sobre el mundo maya,
en la que figuran investigadores, sobre todo epigrafistas, como David Stuart,
Simon Martin y Nicolai Grube.
Por otro, una minoría emergente que observa una
exageración acrítica sobre la presencia teotihuacana en ciudades
mayas de Guatemala, Belice y México, como Tikal, Vaxactum, La Sufricaya,
El Perú, Altum Ha, Becan, Dzibanché y Oxkintok.
En esta posición figuran los investigadores George
Braswell, Juan Pedro Laporte, Joyce Marcus y la propia Iglesias, quien
señala que, contrario a lo que pudiera creerse, muchos especialistas
mexicanos comparten esta visión, como Enrique Nalda.
Con planteamientos sólidos y provista de una amplia
información extraída de objetos de cerámica y obsidiana
verde y textos e iconografía de personajes en estelas y vasijas,
Iglesias, profesora de la Universidad Complutense, terminó su exposición
y enseguida fue felicitada por varios colegas.
"La invitamos para próxima Mesa Redonda de Teotihuacán",
le dijo Moisés Rosas, secretario técnico del Instituto Nacional
de Antropología e Historia. "Sé que a muchos no les va a
gustar, principalmente a los epigrafistas", respondió la investigadora.
Y Roberto García Moll le comentó que Simon Martin no estaría
de acuerdo con ella.
Excepciones en el mar maya
La
aseveración de una intromisión fuerte de Teotihuacán
en el área maya, señala Iglesias en la entrevista, se basa
en textos e iconografía que hablan de la llegada de determinadas
personas e incluso que hay una iconografía que puede provenir del
centro de México.
"Pero a partir de ahí se desarrolla la teoría
de que existió un poder de control de Teotihuacán en algunas
ciudades mayas, las cuales fueron en alguna medida conquistadas o controladas."
Para Iglesias, quien ha realizado con su esposo, Andrés
Ciudad, diversos trabajos arqueológicos en Guatemala, eso se ha
"sobrevalorado" o "sobredimensionado", pues la base documental iconográfica
han sido "extraídas de su contexto".
Por eso, agrega, parecen muy llamativas: "¡Dios
mío, qué barbaridad, tanto Teotihuacán aquí!
Pero se pierde la visión de que eso está dentro de un absoluto
mar maya. Las excavaciones no nos muestran que existiera una gran cantidad
de teotihuacanos ejerciendo control en el área maya".
Una cosa, sigue, son los "soportes públicos y propagandísticos"
de aquellos tiempos, que eran "un poquito manipulados" por quienes ejercían
el poder, y otra cosa la realidad.
Es lo mismo que pasó en México con la llegada
de los europeos, pone de ejemplo, pues las culturas indígenas continúan
existiendo después de 500 años de que comenzó el "arrasamiento
cultural de los españoles".
La historia "bonita" de los epigrafistas
Pero en el caso de los teotihuacanos hacia los mayas ni
siquiera sucedió eso, asegura Iglesias.
"Lo que se observa son cosas puntuales o específicas
para una cierta época. Lo normal es que esas civilizaciones contemporáneas
entre sí mantuvieran relaciones. Pero eso se ha dado en toda la
historia de Mesoamérica.
"Se cree que porque no tenían caballos o carros
para moverse no lo hacían. Había redes de comercio y relaciones
desde las épocas más tempranas. Aquí la gente siempre
se ha estado moviendo. La historia de Mesoamérica es la historia
de su movilidad. Así llegaron los primeros pobladores al continente
americano.
"Y eso hace que las sociedades entren en contacto e interactúen.
Es normal que eso ocurra, sobre todo entre las elites. Yo estoy más
a favor de que los contactos fundamentales, aunque hubo comercio y otros
intercambios, fueron entre las elites."
Gente teotihuacana llegó a Tikal, "pero, ojo",
de la misma manera que gente de Tikal llegó a Teotihuacán.
"No pensamos que el contacto haya sido por coerción ni que los teotihuacanos
impusieran un gobierno.
Y concluye: "Lo que pasa es que los epigrafistas han tomado
tanto la primacía de contar lo que pudo haber sucedido y nos han
contado una historia tan bonita, que hemos perdido la perspectiva.
"Hemos dejado a un lado lo que sabemos de la arqueología
y hemos asumido: fue un imperio. No hay un modelo único: llegaron
elites, comerciantes y colonos, y en cada lugar las características
son diferentes. Se ha querido aplicar a Teotihuacán el modelo azteca
de control y tributos, pero no hay pruebas."
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