México D.F. Domingo 6 de junio de 2004
Fallece víctima de Alzheimer, mal para
el cual negó fondos a investigaciones
Muere Ronald Reagan, impulsor en EU de la revolución
conservadora
Lo califican de héroe "democrático" y
"campeón mundial de la libertad"
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 5 de junio. Ro-nald Reagan,
quien como presidente otorgó apoyo al grupo de Osama Bin Laden,
entregó armamento de destrucción masiva a Saddam Hussein,
envió armas a Irán a cambio de fondos para la contra
nicaragüense en contravención de la Constitución, cuyo
gobierno fue culpado por la Corte Mundial de violar el derecho in-ternacional,
este sábado, con la noticia de su muerte, fue inmediatamente proyectado
como héroe "democrático" y "campeón mundial de la
libertad".
No
cabe duda que fue una de las figuras más importantes en la política
estadunidense del último me-dio siglo, cuyo legado de fortalecer
el movimiento ultraconservador dentro del Partido Republicano, su bandera
anticomunista, su política exterior unilateral y el mito de Es-tados
Unidos como país escogido por Dios como líder del mundo ha
sido heredado por el actual presidente, George W. Bush.
La muerte en su hogar en California ayudará a fortalecer
el ala ultraconservadora del Partido Re-publicano, y su deceso ya es un
espectáculo político que llevará a por lo menos una
semana de actos conmemorativos, ceremonias y de más para elogiar
su vida y, a la vez, resucitar la vida política de sus herederos.
El cuerpo de Reagan fue primero llevado hoy a una funeraria
y de ahí será trasladado a su bi-blioteca presidencial en
Simi Va-lley, para una primera ronda de festejos funerarios.
Poco después será enviado por avión
a Washington, donde yacerá en capilla en la Rotonda del Capitolio
durante unos días, y de ahí se realizará un servicio
funerario en la catedral nacional, donde se espera que participen dirigentes
políticos mundiales junto con la cúpula po-lítica
y social estadunidense.
Eventualmente, el cuerpo de Reagan será enterrado
junto a su biblioteca, en California.
Desde el fin de su presidencia en 1988, el actor y después
político anticomunista se ha convertido en un icono político
nacional y héroe supremo de la ala derechista dentro y fuera de
su partido.
Aeropuertos -entre ellos el de Washington- cientos de
carreteras, avenidas y edificios (inclusive la sede federal más
grande de esta capital) han sido renombrados para honrarlo.
Se le recuerda como el hombre que "ganó" la guerra
fría, redujo los impuestos, incrementó el gasto militar
y articuló la llamada "doctrina Reagan", que en nombre de "la democracia
y la libertad" apoyó a grupos anticomunistas en Nicaragua, Afganistán,
el sur de Africa y otras partes del mundo.
Anticomunista e informante
La elección de Reagan en 1980 marcó el comienzo
de una transformación dramática del Partido Republicano,
de una organización basada en el sector empresarial y conservadores
institucionales en-focados en reducir el papel del gobierno en la economía
a uno donde se incorporó y articuló un movimiento de base
ultraconservadora, frecuentemente ligada a las iglesias evangélicas.
De
hecho, fue quien abrió el camino para la elección del actual
presidente Bush, y la óptica política, económica y
social -la fe religiosa en algo llamado "democracia de mercado libre",
o sea, la implementación del neoliberalismo- que hoy expresa el
actual mandatario.
Su creciente fervor conservador y anticomunista (inicialmente
fue miembro del Partido Demócrata, y hasta sindicalista como presidente
del Gremio de Actores de Cine) se expresó desde los años
50, cuando fue informante de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI)
de posibles comunistas en Hollywood y ayudó a la cruzada anticomunista
del senador Joseph McCarthy.
Como actor y luego como político, Reagan percibía
el mundo en términos simplistas -en blanco y negro-, ignorando todo
en medio. Al parecer tenía poca capacidad para distinguir entre
la verdad y la ficción.
Vale recordar que en un momento de su presidencia comentó
a un grupo de reporteros que recordaba con horror cuando él marchó
a los campos de concentración para liberar a judíos encarcelados
durante la Se-gunda Guerra Mundial, acontecimiento en el cual jamás
participó.
Reagan sí había tenido un papel en una película
de propaganda sobre los campos de concentración de los nazis, pero
nunca llegó ni cerca de las primeras líneas de combate en
esa guerra.
Pero fue su talento de actor lo que más le ayudó
para tener el papel principal como líder político, desarrollando
una oficina de comunicación social en la Casa Blanca que hasta hoy
es el modelo para políticos republicanos y demócratas; por
eso se ganó el apodo de "gran comunicador".
Comenzó los programas semanales de radio de la
presidencia que todavía conti-núan, y sus asesores eran genios
en proyectar la imagen propagandística de su administración
republicana.
Mientras que sus antecesores presidenciales republicanos
se enfocaban sobre la sustancia de los debates políticos, a Reagan
nunca le importaron los detalles de las propuestas políticas, sino
la retórica y la imagen que deseaba presentar ante el pueblo.
Y en contraste con presidentes republicanos como Richard
Nixon, Dwight Eisenhower y Gerald Ford, quienes respondían a su
base política de la elite empresarial y económica del país,
Reagan logró desarrollar apoyo entre sectores más populares,
incluso la clase trabajadora blanca, mediante sus aliados en el movimiento
religioso conservador y su proyección de un Estados Unidos más
fuerte, renovado y optimista ante el mundo.
Como resultado, logró vender su política
económica de reducciones de impuestos pa-ra los ricos y mayor gasto
militar, a pesar de que esto llevo a un déficit presupuestal sin
precedente y los incrementos en desigualdad económica más
marcados en casi un siglo en Estados Unidos, y se mantuvo entre los niveles
de aprobación más altos desde los tiempos de Franklin Delano
Roosevelt.
Tan efectivo fue su talento de actor que mientras declaraba
que estaba incrementado el apoyo para los niños pobres, construyendo
más vivienda popular y promoviendo programas para generar más
empleos, su gobierno estaba en realidad reduciendo fondos en todos estos
rubros.
Fue al principio de su presidencia que Reagan también
envió un mensaje al sector sindical, el cual hoy continúa
sufriendo sus consecuencias. Cuando los controladores de trafico aéreo
comenzaron una huelga, Reagan ordenó despedir a todos, y ello -se-ñala
todo líder sindical- marcó el fin de los derechos laborales
más básicos del país.
En el teatro mundial
A nivel internacional, su cruzada incluyó lo que
Noam Chomsky califica como "las guerras terroristas de los años
de Reagan en Centroamérica, que dejaron a tres países en
ruinas, rociados de decenas de miles de cadáveres torturados y mutilados".
Fue en el caso del minado de los puertos de Nicaragua que la Corte Mundial
falló que su gobierno había violado la ley internacional.
Su administración también violó la
Cons-titución de Estados Unidos y una prohibición explícita
del Congreso sobre asistencia a la contrarrevolución nicaragüense
en el escándalo Irán-contra.
El teniente coronel Oliver North, junto con el asesor
de Seguridad Nacional John M. Poindexter y el secretario asistente de Estado,
Elliott Abrams, fueron culpados por violar la prohibición, mentir
al Congreso y/o violar la Constitución (todos siguen presentes hoy,
con los dos últimos en el go-bierno de Bush hijo).
Reagan negó que sabía del programa encubierto
con el que se enviaron armas al régimen "enemigo" de Irán
a cambio de fondos secretos para la contra nicaragüense (donde
también participaron los gobiernos saudita, hondureño e israelí,
entre otros).
De hecho, al ser interrogado al respecto, Reagan respondió
una y otra vez que "no recordaba" ciertos eventos y decisiones. Ahora,
muchos años después, hay sospechas de que tal vez estaba
diciendo la verdad -no recordaba- porque tal vez ya padecía de Alzheimer.
Aunque los encargados de la investigación en el
Congreso del asunto Irán-contra, encabezados por el senador
John Kerry, virtual candidato demócrata a la presidencia, estaban
convencidos de que tanto Reagan como su vicepresidente George H. W. Bush
(padre) tenían que haber sabido de este programa encubierto, nunca
lograron llegar al fondo del asunto; algunos dicen que en realidad no deseaban
hacerlo.
Por otro lado, aunque este delito fue más grave
que el de Watergate, el talento de Reagan como "gran comunicador" fue otra
vez clave para salvarlo de un destino parecido al de Richard Nixon.
La "doctrina Reagan" en la política exterior cuenta
entre sus hazañas la invasión de la pequeña isla de
Granada, la guerra encubierta contra los sandinistas, el apoyo al régimen
de apartheid en Sudáfrica y a las fuerzas contrarrevolucionarias
en Angola, entre otras aventuras unilaterales.
También en este rubro estaba la guerra secreta
financiada por la CIA contra el régimen pro soviético en
Afganistán, cuyos líderes fueron recibidos en la Casa Blanca
en 1985 por Reagan, quien los llamó "luchadores de la libertad".
Como comentó Eqbal Ahmad, Osama Bin Laden y otros
eran integrantes de las fuerzas que Reagan estaba comparando con los padres
de la nación estadunidense. Ahmad señaló que muchos
de los que antes eran "nuestros aliados" después fueron "terroristas",
dependiendo de los intereses estadunidenses en una coyuntura dada.
Lo mismo ocurrió con Saddam Hussein: Reagan amplió
su relación con él durante la guerra con Irán, coordinando
la entrega de armas químicas y biológicas, armamento de destrucción
masiva que hoy se busca.
Pero gran parte de esto no estará en el programa
oficial durante el gran festival que se prepara para recordar a Reagan
la próxima semana. Sólo se recordará al vencedor de
la guerra fría, al que derrumbó el muro de Berlín,
quien fue víctima de un atentado y bromeó, un "caballero"
a la antigua, enamorado de su esposa (ella consultaba a un astrólogo
y le susurraba al oído qué decir en pú-blico) y al
que fue "todo un estadunidense".
Y claro, justo en medio de un ciclo electoral presidencial,
todo este espectáculo también tendrá el propósito
de nutrir y re-cuperar la imagen política del heredero de la llamada
"revolución Reagan": el presidente George W. Bush,
Habrá una consigna para Bush y sus aliados: el
rey ha muerto, viva el rey.
Elogios de Bush, Blair y Chirac; debió ser juzgado:
Kadafi
AFP, DPA Y REUTERS
Los Angeles, 5 de junio. El ex presidente Ronald
Reagan, quien gobernó Estados Unidos de 1981 a 1989, murió
hoy víctima del Alzheimer, una enfermedad degenerativa del sistema
nervioso central que pa-deció durante 10 años, y para la
cual, irónicamente, negó fondos que impulsaran la investigación
científica de sus causas durante sus administraciones.
El
fallecimiento del ex actor de reparto y ex gobernador de California suscitó
reacciones extremas en todo el mundo, que van desde la calificación
de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher de "verdadero
héroe" estadunidense, hasta el reclamo del dirigente libio, Muamar
Kadafi, quien lamentó que no haya sido juzgado por haber ordenado
el bombardeo sobre Trípoli en 1986, que causó la muerte de
su hija Haifa.
Reagan, quien apenas el 6 de febrero cumplió 93
años, murió la madrugada del sábado en su residencia
de Bel Air, un suburbio en el noroeste de Los Angeles, acompañado
por su esposa Nancy y sus hijos Patti y Michael.
La noticia fue divulgada inicialmente por una portavoz
de su oficina, Joanne Drake, alrededor de las 13 horas (15 en la ciudad
de México), y confirmada poco después por su esposa Nancy
Davis, con quien se casó en segundas nupcias en 1952.
"Mi familia y yo queremos informar a todos que el presidente
Ronald Reagan murió tras 10 años de Alzheimer y a la edad
de 93 años", dijo la también ex actriz, en breve comunicado.
Nacido en la localidad rural ce-realera de Tampico, Illinois,
Reagan abandonó su pueblo a causa de los hostigamientos de su padre
alcohólico, Jack. En 1940 se casó con Jane Wyman, de quien
se divorció en 1948.
De 1967 a 1974 gobernó California y el 20 de enero
de 1981 asumió como cuadragésimo presidente de Estados Unidos,
en me-dio de una de las peores crisis internacionales desde la Segunda
Guerra Mundial. En Teherán, Irán, ese mismo día fueron
liberados 52 rehenes estadunidenses retenidos durante 444 días.
Dos meses después de su in-vestidura presidencial,
Reagan sobrevivió a un intento de asesinato, cometido por un hombre
que negó intenciones políticas y que -según dijo-
sólo quiso impresionar a la actriz Jodie Foster.
Sin haber cumplido siquiera un año en la presidencia,
el republicano Reagan inició su embestida contra los sandinistas,
que habían derrocado a la dictadura somocista en 1979. El primero
de diciembre de 1981 firmó un documento que preveía "asistencia"
para los contrarrevolucionarios.
El 8 de marzo de 1983, calificó a la Unión
Soviética de "imperio del mal" y 15 días después lanzó
la iniciativa conocida como guerra de las galaxias, programa de
defensa antimisiles.
Ese mismo año, el 25 de octubre, ordenó
la invasión a la isla de Granada, para responder a una supuesta
"infiltración cubana".
El 12 de junio de 1987, en un discurso frente a la Puerta
de Brandenburgo -entonces parte de la muralla que dividía Berlín
este del oeste-, el entonces mandatario estadunidense desafió al
líder soviético, Mijail Gorbachov, a "destruir este muro".
Desde
que abandonó la Casa Blanca, prácticamente dejó de
hacer apariciones pú-blicas. La última fue en 1994, en Washington,
con motivo de su cumpleaños número 83; el 6 de noviembre
de 1994 anunció que padecía mal de Alzheimer.
En abril de 1995, vio la Casa Blanca en la televisión
y dijo no recordar que vivió en ella, según la prensa estadunidense.
En 2003, la revista People informó que Reagan
era incapaz de hablar o alimentarse por sí mismo, debido al avance
de su enfermedad. De hecho, ya no podía reconocer a ninguno de sus
familiares y pasó sus últimos días de vida en una
cama de hospital instalada en su casa.
Una de las primeras reacciones tras el deceso de Reagan
fue la del presidente George W. Bush, quien afirmó que "gracias
a su liderazgo el mundo dejó una era de miedo y tiranía".
Estados Unidos, agregó, "dejó detrás
de sí una era de división y duda" durante las administraciones
de Reagan.
Otro actor y correligionario, el gobernador de California,
Arnold Schwarzenegger, afirmó estar profundamente entristecido por
la muerte de su "héroe".
A su vez, el virtual candidato presidencial demócrata,
John Kerry, dijo que el ex mandatario fue "la voz de Estados Unidos, en
los buenos y en los malos momentos".
Por su parte, el ex presidente Bill Clinton -demócrata-
dijo que Reagan mantuvo a Estados Unidos "a la vanguardia de la lucha por
la libertad en todo el mundo".
En Europa, en tanto, el primer ministro británico,
Tony Blair, calificó a Reagan de "buen amigo de Gran Bretaña",
mientras el presidente francés, Jacques Chirac, afirmó que
"por la fuerza de sus convicciones y su compromiso en favor de la democracia,
dejará una marca profunda en la historia".
En contraste, en El Salvador el portavoz de la ex guerrilla
del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, Sigfrido
Reyes, dijo que "a Reagan lo recordarán en Centroamérica
por haber impulsado una política guerrerista que siempre estuvo
reñida con la voluntad de los pueblos".
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