.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Migración
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones
E S T A D O S
..

México D.F. Martes 11 de mayo de 2004

Detenidos con engaños, los hermanos perdieron sus estudios y a su familia

Tras 13 años en EU, deportan a dos mexicanos a un país que ya no es suyo

Califican de racistas operativos de Migración en el barrio La Cuadra, en Phoenix

CRISTOBAL GARCIA BERNAL ENVIADO

Phoenix, Arizona, 10 de mayo. Cuando eran niños, los hermanos Juan y Carlos Morales Vera ingresaron sin documentos en Estados Unidos junto con sus padres. Trece años después fueron deportados, y se han vuelto extranjeros en su propia tierra, pues desconocen las costumbres y tradiciones mexicanas.

Las autoridades migratorias pusieron en marcha un operativo de arrestos masivos de indocumentados en el barrio La Cuadra, de la comunidad Palomino, ubicada al sur de Phoenix, capital de Arizona.

En esa acción fueron aprehendidos Juan, de 15 años, y Carlos, de 20; poco importó a la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) que los muchachos hubieran pasado la mayor parte de su vida en territorio estadunidense.

La Cuadra es un barrio que abarca alrededor de 1.6 kilómetros cuadrados, y se estima que 40 por ciento de sus habitantes son indocumentados de nacionalidad mexicana.

En las últimas fechas, el sector ha sido blanco de diversos operativos de la policía y la ICE, acciones que los pobladores consideran muestras de racismo.

Los hermanos Morales Vera fueron sorprendidos por efectivos policiacos cuando unos agentes los llamaron desde el exterior para que salieran de su hogar.

Una vez afuera, los aprehendieron y posteriormente los deportaron por la frontera de Nogales, Sonora. Actualmente viven en casa de una tía en Monterrey, Nuevo León.

El Departamento de Policía de Phoenix ha argumentado que con sus acciones pretenden evitar que proliferen las pandillas de jóvenes delincuentes, llamadas gangas en el argot local.

Si hubo algún error por parte de Juan y Carlos, fue resultado de que los jóvenes vestían ropa holgada, como la que caracteriza a los pandilleros de ascendencia latinoamericana, si bien esta vestimenta es común entre los jóvenes de Estados Unidos.

El caso de Juan y Carlos ha causado controversia entre las organizaciones proderechos de los inmigrantes en Phoenix.

Para ayudarlos, la activista Liza Román intentó introducir a los hermanos Morales de vuelta a Arizona dentro de la cajuela de su automóvil. Pero los esfuerzos de la defensora de inmigrantes fracasaron, porque fue sorprendida por agentes del Servicio de Inmigración estadunidense.

Sin que fuera la intención de Román, esto agravó la situación legal de Juan y Carlos, debido a que fueron fichados por violar las leyes de inmigración, y a pesar de que se promovió el perdón ante el gobierno federal de Estados Unidos, pasarán muchos años antes de que puedan ingresar de manera legal al vecino país, pues están sujetos a una penalización múltiple.

Por sus acciones, la activista Román habría enfrentado una pena de 5 años de cárcel y pagado una multa de 250 mil dólares, pero al declararse culpable de los cargos de tráfico de humanos y conspiración, le fue concedida la libertad condicional, presuntamente gracias a la influencia de su pareja sentimental, el subjefe de policía local, Silverio Ontiveros, a quien actualmente investigan sus superiores.

Román, de 40 años, fue arrestada el pasado 15 de abril en el puerto fronterizo de DeConcini, en Nogales, Arizona, cuando trató de infiltrar a Estados Unidos a los hermanos Morales, quienes fueron deportados a México cinco días antes, por lo que en menos de una semana tuvieron que enfrentarse a dos repatriaciones.

Mientras llega el día que los hermanos Morales puedan ingresar legalmente a territorio estadunidense, su madre Martha Vera considera que se cometió un acto de injusticia en perjuicio de sus hijos y la familia, pues la deportación fue producto del engaño.

Recuerda que con sus hijos en brazos cruzó la frontera, sin documentos, por las inmediaciones de Tijuana, Baja California, y durante más de una década y con muchos esfuerzos logró con su familia forjar una vida digna en Estados Unidos, a cuyo gobierno atribuye que se interrumpieran sus sueños. "Yo sin mis hijos no soy nadie", dice con tristeza.

"El gobierno me arrebató a dos de mis hijos, pues de la noche a la mañana ya no están conmigo. Es una pesadilla desgarradora la que vivimos mi hija Mayra y yo día a día ante la ausencia de Carlos y Juan", agrega entre sollozos.

Martha, desconsolada por la ausencia de sus hijos, pidió al presidente Vicente Fox y a su esposa Marta Sahagún que realicen las gestiones necesarias ante el gobierno estadunidense para que le regresen a sus hijos.

Juan, el menor de los deportados, estudiaba bachillerato en la High School Pueblo, mientras que Carlos cursaba las carreras de administración de negocios y justicia criminal. Ambos obtuvieron siempre notas excelentes y destacaron entre los primeros lugares de sus clases, pero esta historia pudiera tener un final amargo.

Juan y Carlos, que ya tenían parte de su vida hecha en Estados Unidos, se han convertido en unos extranjeros en su propio país.

A pesar de que no olvidaron el idioma español, el inglés fue la lengua que más usaron, al grado que sus vidas eran como las de cualquier ciudadano de Estados Unidos.

Ahora se han visto forzados ha empezar una nueva vida en Monterrey, en la casa de su tía Concepción Vera, a quien no conocían.

"Para mis hijos, Estados Unidos se había convertido en la tierra de las oportunidades; pero 13 años después este país les ha negado toda posibilidad de continuar preparándose, a pesar de que esta nación ya había sido adoptada por ellos, porque ellos querían ser alguien en la vida. Todos los días le pido a Dios que me los regrese. Yo soy su madre y quiero estar con ellos, porque sin mis hijos yo no soy nadie, ni ellos sin mí", indicó Martha.

Para el cónsul de México en Phoenix, Carlos Flores Vizcarra, la decisión del gobierno estadunidense, en cuanto a deportar a Juan y Carlos, expresa la crisis en materia de política de inmigración que existe en los distintos polos urbanos de la capital de Arizona.

El caso, que ha acaparado el interés de la comunidad mexicana en Arizona, obligó al gobierno de México a poner especial atención y ya realiza los trámites correspondientes para que los hermanos Morales continúen sus estudios becados en México, al mismo nivel que cursaban en Estados Unidos. Flores considera que la separación del seno de la familia Morales obedece a visiones de odio de dos mundos diferentes, que ha obligado al gobierno de México a comprometerse en mantener los lazos de unión a través de una constante comunicación.

"La deportación de Juan y Carlos es un verdadero drama para la familia que se queda en este país y la que regresa a México", agrega Flores, quien asegura que existe el compromiso del gobierno federal de continuar apoyándolos para que continúen su nueva vida en México

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4329 y 4110
Email