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E D I T O R I A L
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México D.F. Viernes 7 de mayo de 2004

 

CUBA: ASEDIO RENOVADO

Las conclusiones de la llamada Comisión de Asistencia para una Cuba Libre, anunciadas ayer por el presidente estadunidense, George W. Bush, son representativas del mesianismo criminal que impera en la Casa Blanca y que motiva al Ejecutivo del país vecino a asumirse como representante de la "libertad", hablar sin pudor en nombre de los propios cubanos y atribuirse derechos inexistentes para tratar de inducir cambios de régimen y derrocamientos de gobiernos establecidos en otros países.

Las medidas para favorecer la "libertad" en la isla, anunciadas ayer por Roger Noriega, subsecretario de Estado para América Latina, representan, paradójicamente, severas restricciones a las libertades fundamentales de estadunidenses y cubano-estadunidenses, incluida la de viajar libremente a Cuba ?se restringen los viajes de uno al año a uno cada tres años, y sólo con el fin de visitar a familiares en primero o segundo grados?, y atropellos a la soberanía nacional, no sólo del país caribeño, sino también de las naciones latinoamericanas a las que se "apela a sumarse a este esfuerzo".

El grosero injerencismo estadunidense llega al grado de proponer la destrucción del orden jurídico e institucional imperante en la isla, recetarle la adopción de "una economía de libre mercado", planificar una apertura a la inversión extranjera y descartar los controles de precios de la energía y otros servicios básicos. La prepotencia estadunidense va dirigida incluso contra ciudadanos de terceros países, a los que la Casa Blanca y el Departamento de Estado instan a suspender sus viajes turísticos a Cuba y la realización de negocios en ese país.

El hecho de que el paquete de medidas propuestas sea, ante todo, una maniobra torpe de sentido electorero, que no ha sido capaz de lograr el consenso ni siquiera en las comunidades de cubanos exiliados de Florida, así como la previsible ineficacia de las nuevas presiones para inducir cualquier cambio en la isla, son circunstancias que no invalidan las perspectivas ominosas de estos desplantes autoritarios de Washington. El simple hecho de que Bush se presente como abogado "del interés del pueblo cubano" es una escandalosa distorsión de la legalidad internacional que no debe constituirse en un nuevo y peligroso precedente del agresivo intervencionismo desplegado por el actual presidente estadunidense, intervencionismo que ayer fue dirigido contra Irak ?con los resultados de catástrofe conocidos por todo el mundo?, que hoy apunta contra Cuba y mañana podría tener en la mira a Venezuela, a Brasil, a Argentina o al propio México.

Es particularmente preocupante la "apelación" formulada ayer por Roger Noriega "a nuestros vecinos latinoamericanos a sumarse a este esfuerzo" y su referencia a países "que en su momento apoyaron a Castro" y que actualmente "han comenzado a pronunciarse públicamente" en su contra. Habría que actuar con mucha ceguera para no ver en esas palabras una alusión directa al gobierno de Vicente Fox y sus infundados desfiguros diplomáticos de estos días contra el gobierno cubano.

El canciller Luis Ernesto Derbez aseguró ayer ?en una conferencia de prensa mancomunada con el titular de Gobernación, Santiago Creel, que resultó en una nueva y deplorable exhibición de enojos sin motivo, o bien de motivos inconfesables? que el gobierno foxista no participará en la nueva campaña de hostigamiento contra el régimen de Castro, pero lo cierto es que la crisis diplomática provocada por el Ejecutivo federal en las relaciones con la isla coincide con las peticiones de Washington y encaja a la perfección con los designios de Bush en contra de los cubanos. Si realmente se ha tratado de una desafortunada coincidencia, el gobierno mexicano debe deslindarse de la campaña estadunidense y restituir de inmediato, y a plenitud, los nexos diplomáticos con La Habana.
 

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