México D.F. Viernes 7 de mayo de 2004
Preferimos que nos paguen bien el producto y
que no nos dieran el Progresa: campesinos
Crisis en el sector frijolero de Zacatecas; se acumula
la cosecha de dos años
Están en bodegas 200 mil toneladas y en seis
meses se agregarán 400 mil más
ALFREDO VALADEZ RODRIGUEZ CORRESPONSAL
Zacatecas, Zac., 6 de mayo. En
improvisadas bodegas particulares -como cobertizos de tractores-, silos
y almacenes que ocupó en otros tiempos la Compañía
Nacional de Subsistencias Populares, se acumulan por todo el estado las
cosechas de frijol de los ciclos 2002 y 2003 que no pudieron ser vendidas.
El volumen rebasa las 200 mil toneladas y en menos de seis meses se levantará
la producción 2004, calculada en más de 400 mil toneladas.
En
un recorrido hecho por La Jornada por el llamado "corazón
de la zona frijolera del país", el testimonio de los campesinos
ante la problemática que enfrentan se detecta politizado y su discurso
es desesperado.
En las ciudades del norte del país un kilogramo
de frijol cuesta entre 8.50 y 12 pesos, según la variedad y el centro
comercial donde sea adquirido. Aunque la empresa Almer (contratada por
la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural,
Pesca y Alimentación para el acopio del frijol zacatecano) compró
el producto a cinco y 5.75 pesos el kilogramo, los campesinos enfrentan
un mercado "abierto", donde los coyotes les pagan entre 1.70 y dos
pesos el kilogramo. Con eso "no salen los gastos" pero se ven obligados
a vender, los que pueden hacerlo.
En la colonia Progreso, municipio de Río Grande,
el agricultor Pedro Castruita cuestionó "las habladas" de que el
frijol mexicano no satisface el mercado nacional y por ello la importación
del grano es necesaria. "Dicen que no abastece nuestro frijol y el caso
es que las bodegas están llenas, echándose a perder. ¡Ya
mejor se los damos a las borreguitas y lo cuecen las mujeres para los cochinos,
para no tirarlo!"
Y todos los productos en el mercado están caros,
dicen: "para comprar una Coca-Cola, que vale siete o 10 pesos -según
el tamaño-, necesita uno vender cinco kilos de frijol. ¡Y
vaya usted a la tienda con su frijol a ver si le dan un refresco!"
Gerardo Almanza, otro agricultor de la región,
opina que "la situación está pa' la fregada, todo está
muy caro, lo que es el fierro, baleros, esos sí muy caros, y lo
que produce uno, barato. El diesel, la luz eléctrica, todo está
caro. ¿Los coyotes?, esos están pagando el frijol
a 1.80 y a dos pesos el kilo. Nosotros necesitamos que nos compren nuestro
frijol bien, a buen precio, para poderse uno nivelar, porque si no ahí
nos tienen apachurrados todo el tiempo".
En Felipe Angeles, municipio de Sombrerete, el frijolero
Javier Córdoba Guerrero puntualiza que "necesitaríamos que
nos lo pagaran a siete pesos el kilo para que saliera, y que nos lo compraran
todo de golpe. Con eso la hacíamos. ¡Valdría más
que ni nos dieran (los apoyos del) Procampo, ni nos dieran subsidio del
diesel, pero que nos lo pagaran bien!"
Jesús Longoria Espinosa, delegado rural de la colonia
González Ortega, municipio de Miguel Auza -donde en una sola bodega
están almacenadas más de 2 mil toneladas de frijol de la
cosecha 2002-, lamenta la apertura comercial que los ha desplazado.
En la región se señala a por lo menos cinco
familias que "controlan" el coyotaje: Se habla de "los Morales"
y "los Valles" en el municipio de Juan Aldama; "Arturo Hernández
y hermanos" en Río Grande; "los Olvera" y "los Santos" en Sombrerete.
Estos intermediarios pagan el frijol a muy bajo precio
para luego venderlo bien -se asegura- a empresas como Nestlé, Unilever
y otras cadenas comerciales, llevándose la ganancia que el campesino
nunca ve.
En Zacatecas se calcula que unos 80 mil campesinos se
dedican al cultivo de frijol. Con el esquema de acopio privatizado se habrían
beneficiado apenas 6 mil productores, según la Comisión de
Asuntos Agropecuarios del Congreso del estado. Los demás, cerca
de 74 mil agricultores y sus familias, se enfrentan al libre mercado -con
fronteras parcialmente protegidas, aunque solo hasta el año 2008-,
y ya no consiguen más que sobrevivir.
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