México D.F. Miércoles 5 de mayo de 2004
Susan Sontag
Diálogo entre una descendiente de Noé y
un pájaro
Cuéntame un cuento 舑dijo una de las
descendientes de Noé舑. Sí, cuéntame un cuento.
舑¿De qué clase? Mmmm. Puedo
contarte uno con final feliz.
舑No seas condescendiente. Puedo tolerarlo.
Sólo cuéntame un cuento.
舑Entonces te contaré uno con final
triste. Pero después de un rato ya no prestarás
atención. Estarás inquieta, con la mirada distraída. Y
te preguntaré lo que ocurre y me responderás que ya has
oído ese cuento antes. Me dirás que no tenía por
qué haber terminado tan mal.
舑¿Sólo hay dos clases de cuentos?
No es cierto.
舑Ay, el cielo es amplio. Ay, el océano,
profundo. Y todos los cuentos ya han sido contados, ay, ay, ay...
舑¡Basta! Sólo quieres atemorizarme.
Pero es inútil, no tiene remedio. Debo mantener el ánimo en
alto. Sé que eres un pájaro agorero. Te gusta atemorizarme.
舑¿Agorero yo? Te equivocas. Me encanta
estar vivo. Precipitarme, lanzarme y posarme donde me apetece. Lo que
ocurre es que si observo mi entorno no puedo sentir más que
desánimo.
舑Escucha, se supone que eres el portador de
buenas nuevas.
舑Sólo puedo relatar lo que veo.
舑Pues vuela, entonces. Y no vuelvas hasta que
puedas contar algo optimista.
舑¿Ves? Te lo dije, no quieres oír
malas noticias.
舑Vaya, es que no quiero escuchar malas noticias
siempre. No me lo reproches.
舑Bien, lo intentaré de nuevo. No creas
que me gustan las calamidades, claro que no. Así que quieta
aquí y déjame echar otro vistazo.
舑¡Espera!
舑¿Qué?
舑No te distraigas por ahí. Quiero decir,
no hagas el tonto. Es decir, sólo trae las noticias.
舑Primero me riñes por agorero, y ahora me
reprochas que lo pase bien. Pero no puedo evitarlo. El éxtasis es lo
mío. Soy un artista, ya lo sabes.
舑¿El éxtasis, dónde?
舑Por doquier.
舑Vaya suerte.
舑Qué, ¿nunca lo has sentido?
舑Claro, pero...
舑Sí, ya sé. Pero entonces algo te
desanima. Cargas con todas estas posesiones que tanto te importan y tienes
que guardar y remplazar, y todos tus ambiciosos proyectos y tu crasa
parentela, y...
舑No hables de mis parientes, ¿te queda
claro? Se esfuerzan mucho.
舑Todos os esforzáis. Sobre todo en
ignorar las malas noticias hasta que vienen a posarse en tu regazo.
舑Y ¿por qué no habríamos de
albergar esperanzas? Considera a cuánto hemos logrado sobreponernos.
Y aquí estamos, todavía. Perduraremos. Lo sé.
舑Eso espero. Ojalá estés en lo
cierto. En todo caso, yo me voy.
舑Pero, ¿volverás?
舑Sin duda.
舑¿Me lo prometes?
舑Desde luego que volveré.
***
舑Vaya, ¡te has retrasado!
舑Lo siento. Me lo estaba pasando bien.
舑¿Y qué más?
舑Estaba buscando buenas noticias.
舑¿Y?
舑Pues bien, siempre hay alguna buena noticia, si
eso es lo que quieres saber. Te ruego que no creas que disfruto con tu
preocupación.
舑Vamos, preocúpame.
舑Nada parece estar marchando muy bien
allá. Vi cosas muy perturbadoras.
舑Estoy segura de que te desviaste para
encontrarlas.
舑No hizo falta ir muy lejos.
舑Quizás no te parezcan bien a ti.
Quizás mi punto de vista es distinto.
舑Muy bien, prueba tú. Traigo algunas
fotos.
舑Vaya, fotos. ¡Qué bien!
舑Míralas.
舑¡Dios mío, es la luna! Las aguas
retrocedieron y recalamos en la luna. Alabado sea el Señor.
舑No, es el desierto.
舑Ah. Mira, éstas son magníficas.
舑Gracias.
舑Me parece muy hermoso. Estos dorados, rosados y
castaños. Y el cielo. Y la luz. No veo que haya nada malo.
舑Bien, no se trata sólo de mirar. Tienes
que saber lo que ha estado sucediendo. Hay un cuento que acompaña
las fotos. Cuando conoces el cuento, las fotos cobran otro sentido.
舑Ya sé, ahora me vas a venir con lo de la
maldad humana. Ya me sé la historia. Por eso hubo un diluvio.
舑No, no quiero contarte algo tan general.
Más bien quiero hablar de la pasividad. Y del poder. Quizás
adviertas que no hay gente en las fotos. Pues esto es lo que ha hecho la
gente.
舑De igual modo, me parece hermoso. ¿No
puedes ver el friso sutil de las ruinas a lo lejos, casi del mismo color de
la arena?
舑A veces, cuando las cosas son destruidas,
parecen hermosas.
舑¿Más hermosas?
舑A veces.
舑¿Y cómo lo sabes?
舑Debes aprender a interpretar las
señales.
舑No, puro graznido.
舑Graznido humano, te lo aseguro.
舑¿Hay mucha gente que conoce esta
historia?
舑Sí. Mucha. La cuestión no
está en saber sino en preocuparse.
舑Pero debes aceptar que preocupaciones sobran.
No puedes preocuparte por todo.
舑Creo que esto debería preocuparte.
舑Pero el mundo es un lugar muy amplio,
¿no es así? Quiero decir, hay mucho espacio.
¿Realmente importa lo que sucede en unos cuantos lugares? ¿Si
unos lugares se estropean, arruinan o profanan? Siempre hay espacio para
continuar. ¿Si se le prende fuego a unas bibliotecas llenas de
libros y manuscritos viejos, si se saquean unos cuantos museos? Al mundo le
sobran más cosas viejas, si eso es lo que te gusta ver.
舑Debes de ser de Estados Unidos.
舑¿Cómo?
舑No importa.
舑Creo que le contaré esta historia a unas
cuantas personas. ¿Les puedo mostrar las fotos?
舑¿Por qué no?
舑No vueles ahora. Quédate en tu percha.
¡Volveré antes de que me eches de menos!
***
舑¿Me echaste de menos?
舑¿Qué dijeron los demás?
舑Dijeron que las fotos eran hermosas.
舑¿Es todo?
舑Dijeron que también estaban inquietos.
舑¿Qué más?
舑Dijeron que no había nada que hacer.
舑¿Eso dijeron? ¿Todos?
舑Bueno, no todos...
舑Y...
舑Dijeron que el mundo allí fuera es
cruel.
舑Yo diría que el mundo también es
cruel aquí dentro. En tu, ¿cómo le has llamado?, arca.
舑Nos las arreglamos.
舑Ya veo.
舑¡De verdad! Sólo tenemos que,
mira, reducir nuestras expectativas.
舑A medida que todo empeora.
舑Exacto.
舑¿Y ahora quién es el pesimista?
舑No es pesimismo. Es realismo.
舑Sí, claro.
舑Y también me advirtieron de que me
tomara con un grano de sal lo que decías. Dijeron que eras un
artista.
舑Yo ya te dije eso.
舑Creí que tu labor era traer noticias.
舑Los artistas también hacen eso.
舑Sí, malas noticias.
舑No siempre, te lo aseguro.
舑Dijeron que a los artistas les gusta centrarse
en los desastres. Que se deleitan en las malas noticias. Y que son
moralistas ingenuos que no comprenden las leyes de hierro de la historia. Y
(no te rías) del progreso.
舑¿Cómo cuáles?
舑Bien. El porqué tienen que hacer eso. La
gente que todo lo domina. Por qué tienen que destruir el desierto.
Y, a veces, las ciudades y los pueblos. Lo que me mostraste en las fotos.
舑¿Por qué, entonces? Dímelo
tú.
舑Porque tenemos enemigos. Enemigos
malévolos. Hemos de estar preparados. Tenemos que defendernos.
Tenemos que ir allá y detenerlos antes de que sean lo bastante
fuertes para hacernos algo.
舑¡Loro!
舑Oye, no todos somos pájaros aquí.
舑¿De verdad te crees lo que acabas de
decir?
舑Mira, estoy pensando en lo que me comentas. Es
una pena, en verdad. Las marismas se convirtieron en desierto. El desierto
profanado. Y lo que le sucedió a los animales. Y a la agente y a lo
demás. Pero hay muchas otras consideraciones, políticas,
económicas, científicas, que no comprenderías. Eres un
vagabundo. Eres un artista.
舑Es cierto. No tengo ataduras. Como un
pájaro.
舑Digamos.
舑Veo que has conocido a muchos artistas.
舑Si te he ofendido, lo lamento.
舑¡Dios mío, dame fuerzas!
¡Estos ilusos tan...!
舑A mí no me graznes. Yo no fui. Yo no
devasté el desierto. No maté a los animales. Ni
masacré a los conscriptos. No prendí fuego a la biblioteca ni
saqueé el museo de antigüedades.
舑¿Sabías que durante la primera
guerra del Golfo se mostraban películas pornográficas a los
pilotos justo antes de que los enviaran a sus misiones de bombardeo?
舑Pilotos de Estados Unidos.
舑Así es.
舑Oye, ésa ha sido práctica en
más guerras coloniales norteamericanas que las que puedo contar.
Pero los estadunidenses no inventaron el vínculo entre la
testosterona y el placer de dar muerte, sobre todo de dar muerte desde lo
alto de los cielos a gente indefensa en tierra, del mismo modo que es el
único país que envenena su propio territorio.
舑¿Qué quieres decir?
舑Que todos hacen lo mismo en cuanto se les
presenta la oportunidad. Así pues, ¿por qué te metes
con Estados Unidos?
舑Supongo que porque soy un artista
estadunidense.
舑¿Estás poniéndote
sarcástico?
舑¿Yo?
舑Sí, tú.
舑Hasta pronto, yo me largo al desierto de la
alegría.
舑Sabes, antes de que te marches, debes reconocer
que la naturaleza es violencia.
舑Y la naturaleza humana.
舑Sí. Aunque no todos se comportan tan mal
como la gente puede llegar a comportarse.
舑Como si fuera perenne. Eso está
sucediendo ahora mismo.
舑Pues yo no soy una de las perpetradoras. La
gente que de hecho hace esto ni siquiera hablaría con una criatura
como tú. La gente que hace esto sólo alzaría una arma
y te borraría de los cielos.
Se escucha un aletear de alas.
舑¡Oye! ¡No te vayas! ¡No soy
una de los dirigentes del planeta! ¡Soy una pobre criatura como
tú! No te... vayas.
*
Aquí estoy de vuelta.
Silencio.
舑¿Hola?
舑Creí que no ibas a volver.
舑Ay, soy un pájaro persistente.
舑¡Sin duda alguna! Pero, en serio, te
admiro porque no te has dado por vencido.
舑Pensé que si seguía cantando, lo
comprendería finalmente.
舑Pues sí, la tenacidad es una de las
virtudes. Y las fotos son inolvidables. He de reconocerlo. Tus paisajes de
catástrofe.
舑Pero te gustaría olvidar lo que te he
mostrado, ¿no es así?
舑Claro que sí. ¿Quién
quiere sentirse más desamparado?
舑Pero no lo olvidarás.
舑Aunque me quedara ciega no podría
olvidar esas fotos.
舑Es curioso que menciones la ceguera. Pues
ése era el tema de la homilía que tenía
intención de pronunciar. ¿Lista para la homilía?
舑Dispara.
舑Dios mío.
舑Vamos, es una broma.
舑No hay bromas.
舑Tienes que tener sentido del humor. Para
sobrevivir.
Silencio.
舑Vale, pues.
Silencio.
舑En serio, estoy escuchando.
舑Mi homilía. Acaso lo sepas o no, pero
hay dos clases de ceguera. La retiniana, que causa deterioro ocular, y la
cortical, que resulta de una lesión en el cerebro y deja los ojos
intactos.
舑Qué interesante.
舑El punto es que la gente con ceguera cortical
ve, en algún sentido, es decir, recibe impresiones visuales en la
conciencia. Pero se considera ciega porque esas impresiones no pasan a la
plaza más pequeña de la conciencia. Esto ha sido demostrado
en un experimento reciente.
舑Me gustan los experimentos.
舑Sí, ya lo sé. Bien, en todo caso,
imagina una persona con ceguera cortical en un lado, por ejemplo, digamos,
el derecho. La sientas a la mesa. Giras su cabeza a la izquierda. Colocas
unos objetos, digamos, una taza de café y un candelabro, en la mesa,
a la derecha. Si preguntas. 舖舖¿Qué ves en el lado
derecho de la mesa?舡 La respuesta es: 舖舖Nada. Ya sabes
que estoy ciego de ese lado舡. Pero si replicas:
舖舖Sí, es cierto, no puedes ver de ese lado, estás
ciego. Pero supongamos que pudieras ver, imagina que puedes ver.
¿Dónde crees que están los objetos en la mesa?舡
Y entonces, oh milagro, apenas dudándolo, la persona ciega extiende
el brazo, abre la mano un poco en busca del candelabro, y la abre
más para la taza.
舑¡Vaya! ¿En verdad?
舑Sí. Pero ésta es una historia. Me
pediste un cuento. Esta es una parábola.
舑¿Y cuyo sentido es...?
舑Que lo mismo sucede con nuestras acciones. De
igual modo que sabemos mucho más de lo que nos damos cuenta, podemos
hacer mucho más de lo que nos creemos capaces. Formula la pregunta
directamente: ¿Qué podemos hacer para evitar la
destrucción del planeta y la creciente ola de violencia humana? La
respuesta tiene que ser: Nada. ¿Los seres humanos contra los
animales, los hombres contra las mujeres, la historia contra la naturaleza?
Nada. Pero qué sucede si decimos: De acuerdo, no puede evitarse. Sin
embargo, si imaginamos, sólo como hipótesis, aunque desde
luego es imposible...
舑Ya veo 舑dijo la descendiente de
Noé.
舑Sí 舑respondió el
pájaro舑. Otro marco para la voluntad. Porque está tan
claro como el día y la noche: los bosques están siendo
arrasados; las aguas, envenenadas; el aire se está oscureciendo y
volviendo tóxico. Y los gobiernos presuntuosos continúan
proyectando su poder con éxito: para conmocionar y asombrar,
masacrar, explotar y despojar. Es cierto, no se puede salvar al mundo.
Pero, ¿si actuamos de todos modos como si pudiera salvarse? Pues
entonces...
舑Ya veo 舑repitió la descendiente de
Noé.
舑Sí 舑dijo el pájaro agorero,
algo más animado舑. Casi es posible que se pueda salvar el
mundo.
Texto de la escritora y activista estadunidense
incluido en el primer número de la revista Granta en español, que se
reproduce con autorización de sus editores
Traducción: Aurelio
Major
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