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México D.F. Jueves 8 de abril de 2004

La Casa Blanca espera que sus declaraciones salven el futuro político de Bush

Hoy comparece Rice; deberá contrarrestar acusaciones sobre fallas para prevenir el 11-S

En los medios, más interés por el talento histriónico de la consejera que por el contenido

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington y Nueva York, 7 de abril. El futuro político de George W. Bush podría ser determinado este jueves, cuando su consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, se presente ante la llamada Comisión del 11-S para responder en público y bajo juramento a acusaciones de que su gobierno no actuó de manera efectiva en los meses anteriores para evitar los atentados.

Rice deberá ofrecer argumentos para contrarrestar las afirmaciones de ex altos funcionarios de su gobierno y de los jefes de la comisión de que la Casa Blanca no hizo lo suficiente antes o después de los atentados para combatir el "terrorismo", de que ignoró advertencias repetidas de que se realizaría un atentado, y de que dos años después, Estados Unidos está en mayor peligro que antes del 11 de septiembre de 2001. También tendrá que responder a las contradicciones entre sus declaraciones y las de otros altos funcionarios del gobierno de Bush.

Con todo, Rice acudirá a estas audiencias bajo condiciones que la favorecen. Después de semanas de rechazar solicitudes para que se presentara en público y bajo juramento, la Casa Blanca cedió ante la presión política, pero a cambio logró una serie de concesiones. Rice sólo deberá aparecer durante dos horas y media, y el acuerdo también establece que será la última ocasión en que un funcionario de la Casa Blanca se presente ante la comisión en público (aunque seguramente habrá más sesiones en privado).

Esta segunda condición es clave, ya que este año electoral el presidente y sus estrategas desean concluir lo más pronto posible el debate en público sobre su manejo de la política "antiterrorista", mucho antes de los comicios presidenciales de noviembre, cuando Bush buscará la relección para otro periodo de cuatro años.

Sin embargo, esta es la inquisición que la Casa Blanca esperaba evitar desde el inicio. Bush luchó durante un año contra la creación de esta comisión bipartidista para investigar estos atentados, y después intentó nombrar a Henry Kissinger para presidir la comisión (Kissinger se retiró de la jugada después de negarse a revelar los nombres de los clientes de su consultoría, entre ellos prominentes figuras de Medio Oriente). Aun después de instalada la comisión, la Casa Blanca rehusó, durante casi un año, ofrecer acceso a importantes documentos de inteligencia a todos los comisionados.

Pero la Casa Blanca se encontró a la defensiva después de las declaraciones de Richard Clarke -reconocido como uno de los principales expertos sobre terrorismo durante su servicio de casi 30 años en el gobierno y ex zar antiterrorista en esta administración y la pasada-, quien sostuvo que el gobierno de Bush no se enfocó lo suficiente en esta amenaza antes del 11 de septiembre, y que sus acciones posteriores han dejado aún menos seguro al país. Inicialmente la Casa Blanca intentó minar a Clarke, de quien dijo que era un ex empleado desencantado, posiblemente loco, y que sólo buscaba promover su figura y su nuevo libro en el ámbito público.

Pero la contraofensiva fracasó y hoy incluso algunos integrantes republicanos de la comisión parecen estar de acuerdo con Clarke en que la respuesta de la Casa Blanca ante el "terrorismo" ha sido insuficiente y poco efectiva. "La nación necesitaba un liderazgo pensante para abordar los problemas de base reflejados por el 11 de septiembre", escribió Clarke en su libro. "En su lugar, Estados Unidos obtuvo reacciones mal pensadas, respuestas mal concebidas, y un rechazo del análisis a favor de la sabiduría impuesta. Nos han dejado menos seguros."

Rice no tendrá que responder sólo a las críticas de Clarke. El jefe de la comisión, el ex gobernador republicano de Nueva Jersey Thomas Kean, ha declarado que antes de los atentados hubo "graves errores" cometidos por varias agencias gubernamentales. Y una de las grandes preguntas es: ¿por qué ningún funcionario ha sido despedido por estas fallas?

Ahora la Casa Blanca espera que Rice salve la situación. La consejera de Seguridad Nacional iniciará su declaración con una breve presentación en la que argumentará que el presidente actuó de manera enérgica en el combate antiterrorista antes de septiembre de 2001, pero que sus acciones y decisiones deben ser interpretadas en el contexto de la información y análisis que existía en esa coyuntura, explicó un funcionario de la Casa Blanca esta semana.

Según estas versiones filtradas, la funcionaria intentará ofrecer una descripción día por día de lo que hizo el gobierno antes y después de los atentados, y atacar a la vez los argumentos de su ex subordinado Clarke.

Al parecer, muchos observarán su actuación en todo el país. Las tres cadenas nacionales de televisión y varias de cable interrumpirán su programación para transmitir en vivo este acontecimiento y en Washington varios actos que habían sido programados para esa hora del jueves fueron postergados o cancelados.

Hasta el momento se ha dedicado mucho tiempo y espacio en los medios a analizar esta comparecencia, pero la atención se ha centrado, en gran medida, en el talento de la actuación, más que en el contenido. O sea, se ha tratado más como un espectáculo teatral que como un acto político, y se ha caído en la especulación sobre las dotes histriónicas de Rice.

Pero la asesora no siempre actúa bien bajo presión. Ha dicho en varias ocasiones: "no era posible imaginar" que los terroristas emplearían aviones como misiles, sólo para después tener que reconocer que la CIA y otros analistas contaban con información específica de planes para secuestrar aviones y estrellarlos contra edificios mucho antes de septiembre de 2001. Varios periódicos han publicado listas de aparentes contradicciones entre las declaraciones de Rice en este año.

Rice deberá evitar provocar nuevas controversias con declaraciones cuestionables o contradictorias para tener éxito este jueves. Si logra ser convincente en su presentación, circulan rumores de que podría ser la próxima secretaria de Estado si Bush logra su relección. Pero eso está en tela de juicio. Como una amiga de Rice comentó al New York Times esta semana: "la argumentación que arme el jueves podría determinar su futuro". Pero también podría definir el futuro político de su jefe.

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