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México D.F. Viernes 20 de febrero de 2004

Reconocen al escritor jalisciense por su libro Reducido a polvo

Luis Vicente de Aguinaga, Premio Nacional de Poesía Aguascalientes

''Equilibra expresión con dominio formal'', ponderan los integrantes del jurado

La inminencia de la muerte es el hilo conductor de esa obra, dice el galardonado

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

Por su libro Reducido a polvo, el poeta jalisciense Luis Vicente de Aguinaga (Guadalajara, 1971) fue designado ayer ganador del Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 2004, dotado con 250 mil pesos.

El jurado, integrado por Víctor Sandoval, Juan Domingo Argüelles y Myriam Moscona, determinó que el poemario de De Aguinaga merecía el galardón, porque ''equilibra expresión con dominio formal y se asienta en la tradición de la poesía universal moderna y contemporánea, sobre todo la española".

Reducido a polvo -manifiesta su autor- le tomó cinco años de trabajo y está organizado en siete secciones que se corresponden y se ordenan en forma piramidal. Tiene como hilo conductor ''la inminencia de la muerte y el peligro de la desaparición".

Desde la primera hasta la última página, lo transita la soledad existencial y la angustia ''que se dan como consecuencia de ese riesgo".

Al final, el libro ''se resuelve en una especie de celebración erótica que, quiero creer, no es una celebración convencional sino que viene tramándose a lo largo de las páginas".

Es de algún modo un acercamiento a la ancestral oposición dialéctica entre Eros y Thanatos. Conceptos y motivos que ''en mi libro no se alternan ni entran en conflicto, sino que el primero es una resolución del segundo, un complemento rítmicamente natural".

Relámpagos de visión

De Aguinaga admite que en torno de la muerte, tan sólo en México ya existen grandes poemas (sólo por mencionar dos: Muerte sin fin, de José Gorostiza y Algo sobre la muerte del mayor Sabines, de Jaime Sabines).

Sobre cómo se aproximó al tema, ''la única respuesta que se me ocurre es inconscientemente. Sólo así se puede agregar una hebra de paja a ese gran pajar".

En cualquier caso, ''mi experiencia se distinguiría de que a mí no se me ocurriría hacer un poema tan extenso sobre la muerte".

Al respecto, sin hacer juicios de valor, De Aguinaga considera que Muerte sin fin o Algo sobre la muerte del mayor Sabines ''son demasiado premeditados".

Sólo así se explica su extensión: ''Un poema que habla tanto tiempo de la muerte termina desfalleciendo por la intolerancia del lector hacia el tema.

''Yo más bien me entrego a la experiencia de lo instantáneo y a ciertos relámpagos de visión que no van más allá de los 30 o 35 versos".

Luis Vicente de Aguinaga recibió algunas de sus primeras influencias del también poeta jalisciense Raúl Bañuelos: ''Escribí muchos de mis primeros poemas muy cerca de él y en buena medida mis lecturas de aquella época correspondían a su tutela y enseñanza".

De las lecturas que hizo por su cuenta en aquel tiempo, recuerda ''con mucho aprecio a tres poetas que me mostraron muchas cosas: Salvador Novo (los primeros libros), Eduardo Lizalde y José Angel Valente. Además, por supuesto, de Octavio Paz y Efraín Huerta".

Entrega en la Feria de San Marcos

De Aguinaga sostiene que su gusto y sus preocupaciones estéticas y temáticas ''se formaron en torno de la poesía del siglo XX. Después fui encontrando pequeños grandes afectos en el Siglo de Oro español, en Jorge Manrique y en poetas de otros idiomas".

Poeta precoz, publicó su primer libro, Noctambulario (1989), a los 17 años. En 1990 la Universidad Autónoma de Zacatecas le publicó el segundo poemario, Nombre, dentro de la colección Cuadernos de Praxis Dos Filos.

En ambos casos se trata de ''cuadernitos breves" de no más de 15 poemas.

En 1991 obtuvo el segundo premio en el concurso de poesía que convoca la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara y en 1992 fue becario del Consejo Estatal de la Cultura y las Artes de Jalisco.

Su primera publicación ya más en forma fue Piedras hundidas en la piedra (1992), para el fondo editorial de la revista Tierra Adentro. Y en 1995, dentro de la colección Ala de Tigre de la Universidad Nacional Autónoma de México, publicó el poema extenso Agua circular, el fuego.

Cinco años después dio a conocer La cercanía y en 2003 Cien tus ojos. Ese mismo año publicó Rumor de la ciudad al hundirse, ensayo literario sobre Juan Goytisolo.

Luis Vicente de Aguinaga se dice defensor de ''la inspiración como núcleo y motor de la experiencia poética; siento que se puede vivir la inspiración y que vale la pena quebrar una lanza por ella como experiencia espiritual laica, pero ajena a todo tipo de fanatismo político, religioso o científico".

El Premio Nacional de Poesía Aguascalientes será entregado a Luis Vicente de Aguinaga en el contexto de la Feria de San Marcos, a finales de abril o principios de mayo.

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