Desde ayer, de acuerdo con el TLCAN, hay libre importación de productos usados

México podría convertirse en el "cuarto de los tiliches" de Estados Unidos

Advierte funcionario que no existe una norma que proteja los intereses de los consumidores

MIRIAM POSADA GARCIA

México corre el riesgo de convertirse en "el cuarto de los tiliches" de Estados Unidos porque a partir del primer día de este 2004 quedó abierta la libre importación de productos usados procedentes de Estados Unidos y Canadá, sin que exista una norma que regule su ingreso al país.

De acuerdo con lo establecido en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), a partir del primero de enero del año que recién comienza, México deberá abrir su frontera a bicicletas, motocicletas, remolques y maquinaria usadas.

El director de Industrias Pesadas y de Alta Tecnología de la Secretaría de Economía, Humberto Jasso, explicó que el gran riesgo de esta disposición consiste en que no existe una norma que garantice los intereses del consumidor, que al igual que lo hacen Estados Unidos y Canadá, restrinja el acceso de ese tipo de mercancías por cuestiones de seguridad o ambientales.

El funcionario señaló que irónicamente lo único usado a lo que México le restringió la entrada, dentro del acuerdo comercial, fue a la ropa, "pero es increíble ver cómo en los tianguis del país se venden las pacas de ropa usada abiertamente, cuando se trata de mercancía ilegal a todas luces".

Explicó que con la llegada de 2004 se vencen varios plazos establecidos en el TLCAN. Uno de ellos es la eliminación de restricciones a la importación de autos nuevos, otro más es la obligación de México de abrir sus fronteras a la entrada de computadoras usadas, además de la eliminación de aranceles mínimos a algunos productos agrícolas.

Pero también, dijo, está obligado a permitir la libre importación de artículos usados que por un lado pueden representar un riesgo para los consumidores mexicanos, y por otro una oportunidad para mejorar sus condiciones de trabajo y hasta de vida.

El riesgo, dijo, es que México se llene de chatarra y que aquí vengan a dar un montón de cosas que resulten ser desperdicios de Estados Unidos y Canadá. El riesgo es aún mayor debido a que hasta el último día de 2003 no se estableció ninguna norma que establezca límites de antigüedad por seguridad de los usuarios a sus vidas, salud o economía, o como medida de protección ambiental.

Jasso reconoció que México no le puede vender nada usado a Estados Unidos y Canadá porque esos países tienen normas de seguridad, comercialización y ambientales con las que se protegen e impiden el acceso de ese tipo de productos.

A partir de este año entrarán libres de arancel motocicletas usadas procedentes de Estados Unidos y Canadá, y a partir del 2005 podrán ingresar las de origen asiático; asimismo se podrán comercializar en México bicicletas de segunda mano, remolques para trailers de los cuales ya hay en México alrededor de 4 mil en condiciones ilegales, y también se podrá introducir libre de arancel maquinaria usada para construcción.

El funcionario consideró que si bien esto representa un riesgo para los consumidores, no es una situación del todo desventajoso para los mexicanos "porque debemos reconocer que en el país hay muy bajo poder adquisitivo y que tal vez esta sea la única posibilidad de que un campesino adquiera una motocicleta o una bicicleta que le permita trasladarse con mayor facilidad".

De igual forma, dijo, para alguien que se dedique a la construcción tal vez esta sea la única manera de ampliar o iniciar su negocio, ya que el equipo para esta actividad es muy costoso. Lo importante es cuidar que no nos llenemos de cosas viejas, porque en apariencia no representarán un riesgo para las respectivas industrias, pero sí para los consumidores y ante un eventual proceso de chatarrización.

Con la llegada de 2004 no sólo entrarán bicicletas, computadoras y motocicletas usadas. También es la puerta de entrada para la libre importación de automóviles nuevos, fenómeno que a decir de las autoridades no afectará a la industria nacional, pero podría tomar por sorpresa a los interesados en traer un auto de Estados Unidos o Canadá.

En este sentido Humberto Jasso Torres precisó que el precio de un auto comprado en Estados Unidos se puede elevar hasta en 8 por ciento por los impuestos que se deben pagar allá, más los nacionales, asimismo descartó que se pueda producir un mercado paralelo de autos importados debido a que los empresarios "aún no le encuentran el beneficio a este negocio", y porque la Secretaría de Hacienda tendrá un seguimiento muy estricto de las importaciones

Aseguró que es un mito que sea más barato traer un auto de Estados Unidos que comprarlo en México debido a que de lo único que están exentos son de pagar el impuesto de importación, aranceles, pero en ambos países deben pagar los impuestos correspondientes, que en el caso de México son IVA, ISAN, tenencia, más la contratación de un agente aduanal que haga el trámite.

Además, destacó, en Estados Unidos y Canadá 80 por ciento de los autos cuestan entre 20 mil y 25 mil dólares, mientras que en México esa misma proporción valen menos de 15 mil dólares.

Señaló que sólo la automotriz Peugeot ha solicitado su registro como importador, y dos empresas que en alguna época se dedicaron al autofinanciamiento están analizando la conveniencia de este negocio.

Explicó que México importa al año 500 mil autos de Estados Unidos y aproximadamente 150 mil de Canadá. En 2003 se vendieron alrededor de un millón de autos nuevos, y se espera que para 2004 la cifra se mantenga como resultado de los planes de financiamiento.

El funcionario enfatizó que los automóviles originarios de la región del TLCAN podrán entrar a México libres de aranceles, mientras que los provenientes de la Unión Europea ingresarán por medio de un cupo de importación de 150 mil unidades, cifra que consideró demasiado alta debido a que en 2002 alrededor de 600 personas solicitaron su cupo y sólo cien introdujeron autos europeos.