.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
CineGuía
Lunes en la Ciencia
Suplementos
Perfiles
Fotografía
Cartones
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
C U L T U R A
..

México D.F. Martes 16 de diciembre de 2003

Teresa del Conde

El peso de un alma

Con todo y que la película 21 gramos, de Alejandro González Iñárritu, ha sido analizada por expertos en la materia -yo sólo soy aficionada- en este periódico, he decidido comentar de manera breve mi impresión, inmediatamente posterior a su visión, dado que es una película estadunidense dirigida y producida por un cineasta mexicano. Sin dejar de ser muy buen cine, me parece algo sobrevalorada y me refiero sobre todo al guión de Guillermo Arriaga que entrecruza, como en el caso de Amores perros, varias vidas a partir de un terrible accidente.

Respecto del título, una leyenda francesa de carácter -digamos- metafísico, recoge la idea de que al morir el cuerpo humano pierde 21 gramos. La metáfora correspondería al peso del alma, que abandona su cárcel corpórea. Según el monólogo que sostiene el principal protagonista, profesor de matemáticas interpretado por Sean Penn, ese peso corresponde a un colibrí -situación simbólica- o a una barra de chocolate. El colibrí es pájaro mortuorio y en algunos retratos póstumos realizados, por ejemplo, por Botticelli en el siglo XV y por Dante Gabriel Rosetti en el XIX, se le incluye para indicar que el retratado ya no se encuentra en estos lares. El entrecruce de vidas ha sido motivo literario frecuente en la narrativa. Por ejemplo, La región más transparente, de Carlos Fuentes, así está armada; también Contrapunto, de Huxley.

Lo que 21 gramos depara, además del estilo raw, de su estética, que me parece acertado, es una estupenda dirección actoral, unida al conocimiento previo de las personalidades de los actores del elenco. Es decir: uno percibe que fueron escogidos a sabiendas de que el trabajo en equipo sería fundamental. Ellos y no otros resultarían idóneos para interpretar a los personajes. No fue al acaso que Naomi Watts -a quien vimos en Mulholand Drive- recibiera los premios Wella y el Leone del público a la mejor actriz en la pasada versión del Festival de Venecia.

Consideremos además que 21 gramos fue el único largometraje estadunidense presentado en concurso para ese festival y fue recibido con aplausos, pero con smarrimento (con fallas de atención y ''pérdida" de presencia) por los periodistas que lo reseñaron en ese festival. Debemos hacer notar que el trabajo de fotografía de Guillermo Prieto es excelente y que la escenografía de Tom Betts contribuye a la dureza trágica del filme.

Aunque desde mi punto de vista Amores perros, premiada en Cannes en 2000, es mejor película, las dos difieren mucho, si bien no en cuenta a estructura. 21 gramos la complica brincando sobre las narrativas, cosa que parece muy oportuna, porque obliga al espectador a realizar sus propias asociaciones. Un acierto más está referido a la sicología de los personajes: Benicio del Toro es imprescindible como alcohólico y truhán reconvertido al bien y a la sobriedad por medio de la congregación de neocristianos a la que asiste por su cuenta y en compañía de su familia. Sean Penn es en todo momento una atracción para los espectadores y el personaje que interpreta guarda singular acuerdo con su aspecto físico y su actividad académica, lo mismo sucede con su mujer fílmica, interpretada por la inglesa Charlotte Gainsbourg y con la actriz que representa el papel de esposa de Del Toro. Con tal elenco, inclusive una pieza de teatro sin escenografía, podría funcionar gracias no sólo a la elección de conjunto, sino al modo como cada personaje es dirigido.

Hay que pensar en lo siguiente: la industria cinematográfica mexicana es débil y es ''un milagro" producir películas competitivas y de alto nivel en los recientes tiempos. Por eso es una verdadera tristeza que el actual gobierno no vea este altísimo potencial, superior como proyecto al que encarna la megabiblioteca de Buenavista, que rubricará la gestión cultural del presente sexenio: México, un país de lectores. Ojalá las encuestas arrojen un ligero aumento en algunos años.

Pero la lectura corresponde a una condición casi genética que no se verá modificada en forma sensible mediante la megabiblioteca, sino tal vez con otro tipo de acciones, posiblemente editoriales (al estilo Vasconcelos, quizá). En cambio, el apoyo al cine podría redundar en situaciones más perceptibles. Mas no sólo no sucede eso, sino que la amenaza en contra de Imcine, del Centro de Capacitación Cinematográfica y de los Estudios Churubusco configura, en conjunto, un síndrome cuestionable que muchas personas allende del gremio cinematográfico repudiamos con firmeza.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4329 y 4110
Email