.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
CineGuía
Lunes en la Ciencia
Suplementos
Perfiles
Fotografía
Cartones
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
C U L T U R A
..

México D.F. Jueves 27 de noviembre de 2003

La noche del martes fue inaugurada la exposición de aniversario del EZLN en el Chopo

Revelan 69 miradas el secreto de la resistencia cultivada con amor y pena

Para Pablo Ortiz Monasterio los rebeldes embozados son también autores de la muestra

En torno de los zapatistas surgió un nuevo género de retrato de indios en México: Bellinghausen

BLANCHE PETRICH

En la muestra fotográfica conmemorativa del doble aniversario del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se exhiben gráficas de más de 68 fotógrafos y un "antifotógrafo", el sup. Muchos más, según Pablo Ortiz Monasterio, porque los autores de la exposición, en este caso, no son los portadores de la cámara, sino los propios rebeldes embozados.

marcos-templete_ok"Taparse la cara -señaló el investigador y teórico del arte fotográfico en la mesa inaugural de la exhibición, que abrió sus puertas la noche del martes en el Museo Universitario del Chopo- es un acto político, una estrategia de los zapatistas surgidos del anonimato, que les permitió ejercer el poder y hacer circular sus ideas". Una estrategia que, a la postre, resultó exitosa y pudo transformar la imagen de los indios insurrectos en un instrumento de lucha.

Prueba de esta afirmación de Ortiz Monasterio es la colección de 140 imágenes expuestas en este museo de la colonia San Rafael, que suele ser identificado como espacio que cobija a quienes nadan a contracorriente.

Prolijamente organizadas por Yuriria Pantoja, curadora de la muestra, cada fotografía ejerce su muy particular imán: el pasamontañas, el paliacate, el secreto de la conspiración, revelado en el levantamiento y la resistencia cultivada amorosa y penosamente a lo largo de la década pasada.

Es el efecto de los "ojos subrayados", como lo llamó el periodista Hermann Bellinghausen, lo que obliga a los espectadores a detenerse largamente en cada metro de la exposición, lo que provoca pequeños amontonamientos de pisotones amistosos.

Uno de los mayores atorones se produce frente a la imagen Las cuatro jinetas del Apocalipsis. El autor, Marcos, explica en su mensaje grabado que son la Chelo, la Grabiela (y no Gabriela) y la Chagua, espulgando a la Maricela; niñas que viven "en la realidad de La Realidad" y que eran, en los tiempos de la fotografía, un ciclón permanente. Ellas serán siempre niñas de La Realidad en esa foto, pero en la realidad, con minúsculas, ya serán adolescentes zapatistas y una de ellas, la Maricela, inclusive ya es mamá, informa el informador Hermann Bellinghausen, conocedor de muchos de los pequeños mundos de las fotografías al derecho y al revés.

Un nuevo género, el retrato del indio enmascarado

Bellinghausen, corresponsal de La Jornada, el mismo compañero de correrías de la mayoría de los fotógrafos y fotógrafas de este colectivo, recordó cómo, hace 10 años, la noticia del levantamiento atrajo a centenares de periodistas y fotógrafos cargados de adrenalina.

"La historia, en su fase bélica, se acabó a los 11 días y la mayoría de los periodistas se fueron yendo. Pero para los fotógrafos y camarógrafos el encanto seguía ahí y se quedaron, o volvieron una y otra vez, en pleno proceso de seducción". Así, afirmó, el encuentro de los zapatistas con la sociedad civil empezó a través de los ojos de los fotógrafos.

El retrato de indios en México, apuntó el periodista, es una tradición, un género. "Pero en torno del zapatismo surgió un nuevo género: retratar indios con el rostro tapado". Con esas imágenes, los fotógrafos, en su mayoría fotorreporteros, pero no todos -algunos verdaderas instituciones de la lente en México, como José Angel Rodríguez, Víctor Flores Olea, Lourdes Grobet y Antonio Turok- se convirtieron en "adelantados que descubrieron primero lo que después descubrió la sociedad".

Como género, estos fotógrafos huyeron del retrato folclorizante. "La naturaleza del conflicto y su dramatismo no permitieron que el tema se banalizara. Y el tema de la pobreza apareció, ineludible, sobre la mesa", continuó.

En algunos casos se entabló una relación de intimidad entre los retratados y el retratista. Esa mirada sin fronteras destaca, por ejemplo, en una fotografía de José Angel Rodríguez, acuclillado al lado de un grupo de niñas (empapadas, ateridas) desplazadas de Xoyep frente a un hato de leña.

Para Bellinghausen, este proceso no sólo resultó en una nueva era para la fotografía mexicana, sino también para el "otro México".

Hace no mucho, recordaba, la vida de un indio no valía demasiado. La matanza de Bolonchán, por ejemplo, ocurrió en los años 80 y hoy día ni siquiera se tiene un registro preciso de cuántos tzeltales fueron asesinados por el gobierno del estado.

Hoy, en parte por la visibilidad de los indios a la que estos fotógrafos hicieron una contribución no menor, el país no deja de registrar una sola muerte de indio. Hablando en plata, como hablaría un ganadero de la región, la mirada de los fotógrafos sobre esos rincones del país "hizo subir el precio del indio". Y a los ojos de México tomó forma el valor de los indígenas como personas.

Como ha ocurrido en todas las actividades de la campaña 20 y 10: el fuego y la palabra para conmemorar el 20 aniversario de la fundación del EZLN y el décimo de su declaración de guerra, el subcomandante Marcos también participó en esta inauguración mediante un comunicado grabado.

En él, agradeció la "mirada honesta" de los fotógrafos participantes. "Fuera de la inmediatez de los medios de comunicación, del impacto noticioso, del dramatismo del fuego y la palabra, estas 68 miradas se declaran irreverentes y desafían la mirada única del Polifemo del Poder. No miran al indígena menesteroso que tanto añoran Marta Sahagún y Xóchitl Gálvez. Tampoco al indio politeísta que aterra a Abascal y a sus Legionarios. Ni al precolonial sacrificador con un corazón sangrante en una mano y el pedernal en la otra, la imagen preferida de Aznar y sus anexos de letras agonizantes. No miran al indio dócil y domesticado sirviente que prefieren Creel y Fernández de Cevallos".

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4329 y 4110
Email