.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
CineGuía
Lunes en la Ciencia
Suplementos
Perfiles
Fotografía
Cartones
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
C U L T U R A
..

México D.F. Viernes 14 de noviembre de 2003

José Cueli

Feminicidios y crueldad

Hay sucesos que por el impacto que ejercen sobre nosotros paralizan nuestra capacidad reflexiva. Impresionan y azoran de tal manera que nos conducen a experimentar los afectos y sensaciones más extremos: horror, terror, odio al transgresor, indefensión y confusión. Al recuperarnos de esa intensidad emocional se instaura la capacidad reflexiva y el juicio crítico.

Las imágenes de las tumbas y ofrendas por las víctimas de los asesinatos perpetrados en Ciudad Juárez, se nos presentan como algo que en silencio nos habla de una violencia brutal, que demandan se haga justicia a estos atroces crímenes que no acaban de esclarecerse. Aparecen más como una pesadilla, como un sueño traumático que no permite ni el reposo ni la elaboración del contenido traumático. Y es que el límite entre el sueño y la vigilia, entre cordura y locura, entre racionalidad e irracionalidad parece ser más tenue de lo que solemos o queremos creer. Traspuesta la línea, el aterrorizante espejismo se torna real y nos topamos, sin ambages, con la parte maldita de la naturaleza humana.

La célebre Bodas del cielo y el infierno, de Blake, en opinión de Bataille, proponía al hombre no que acabara con el horror sino que sustituyera la mirada huidiza por una visión lúcida. Mirada lúcida que no acaba de aparecer para tratar de entender los feminicidios de Ciudad Juárez, que más parecen ser vistos por una mirada absurda, obtusa, vacía, malévola. Casi una amaurosis en un devastador escenario de mujeres asesinadas, en el que no hay luz posible para alumbrar los senderos de la razón, que arrebatada por los insaciables impulsos destructivos de los victimarios no cesan de sembrar el terror y la muerte. La razón salida de sus goznes permitiendo a la parte maldita del individuo hacer y deshacer a su voraz antojo con desmedida crueldad.

Jacques Derrida, notable filósofo francés, alerta sobre el hecho de que en torno de la crueldad hacemos como si nos supiéramos de acuerdo sobre lo que el concepto quiere decir. Sin embargo nos aconseja ir más allá, ya sea asignando a la palabra crueldad su progenie latina (cruor, crudus, crudelis) ''una tan necesaria historia de la sangre derramada, del crimen de sangre, de los lazos de sangre", o que tomemos la línea de filiación a otras lenguas y otras semánticas (por ejemplo Grausamkeit, que sería la palabra empleada por Freud) en cuyo caso no se asocia con el derramamiento de sangre, sino más bien alude ''al deseo de hacer sufrir o hacerse sufrir por sufrir e inclusive al hecho de torturar o matar, de matarse o torturarse torturando o matando por tomar un placer síquico en el mal por el mal, hasta por gozar del mal radical, en todos estos casos la crueldad seria difícil de determinar o delimitar".

Derrida parte de la hipótesis siguiente: ''Si hay algo irreductible en la vida del ser vivo que llamamos hombre, en el alma, en la psiché (...) y si eso irreductible en la vida del ser animado es la posibilidad de la crueldad (la pulsión, si quieren, del mal por el mal, de un sufrimiento que jugaría a gozar del sufrir, de un hacer sufrir o de un hacerse sufrir, por placer), entonces ningún otro discurso -teológico, metafísico, genético, fisicalista, cognitivista, etcétera- sabría abrirse a esta hipótesis. Todos estarían hechos (a excepción del sicoanálisis) para reducirla, excluirla, privarla de sentido".

De acuerdo con esto, según Derrida, el único discurso que podría hoy reivindicar el tema de la crueldad síquica como propio sería el sicoanálisis. No sería el único lenguaje ni el único tratamiento posible pero sería, para Derrida, ''el nombre de eso que, sin coartada teológica ni de otra clase, podría volcarse hacia lo que la crueldad síquica tendría de más propio.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4329 y 4110
Email